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El sistema de autocontrol, prevención y gestión de riesgos contra el lavado de activos, financiación de terrorismo y financiamiento de proliferación de armas de destrucción masiva – SAGRILAFT y el programa de transparencia y ética empresarial PTEE, han demostrado ser una de las mejores herramientas para prevenir estos delitos y retomar valores éticos y de transparencia en las operaciones corporativas. Los entes de control instan a sus entidades vigiladas a implementar estos programas con el fin de conocer a las contrapartes comerciales e identificar situaciones vinculadas de alguna forma con estas actividades.

¿Cómo se desarrolla un buen programa de SAGRILAFT y PTEE?

Se recomienda basar el programa en identificación, medición o evaluación, control y monitoreo de los riesgos. Para esto, es necesario conocer bien el negocio desde una perspectiva comercial (considerando la actividad, sector, localización, legislación, socios comerciales, relaciones con entidades oficiales, entre otras) y cómo la compañía se identifica, evalúa y define su perfil de riesgo. Una vez identificado lo anterior, se registran los controles identificados en los documentos guía del programa (Política, manual, matriz), se implementan y se comunican a través de entrenamientos de forma que se incorporen en la cultura de la organización y se hace seguimiento constante. Estos programas no se agotan con el diseño e implementación, es necesario hacer un monitoreo constante de los procesos internos y externos que afecten la actividad comercial de la empresa.

¿Cómo debe ser un buen programa SAGRILAFT y PTEE?

Debe ser comprensible para todos los miembros de la organización. El mensaje debe ser claro, debe incorporar políticas basadas en los principios y en el propósito de la organización y procedimientos conforme al tamaño, actividad y nivel de exposición al riesgo; debe tener asignaciones claras de responsabilidad; planes de comunicación y entrenamiento constante e incentivos y medidas disciplinarias en caso de incumplimiento.

¿Cuál es la mejor forma de interiorizar el programa en la cultura de la organización?

A través de comunicación y entrenamiento, pero esto solo no es suficiente, es necesario que desde la dirección de la organización se sienta un compromiso con el programa, no solamente desde un punto de vista de apoyo económico, también sobre cómo se viven y se aplican los valores éticos en la compañía. La labor del oficial de cumplimiento es fundamental para esta tarea, en él o en ella recae la responsabilidad del éxito del programa, de su difusión en la empresa, de la aplicación de sus lineamientos, así como de la aplicación de los incentivos y sanciones.

¿Qué recomienda a las empresas para mejorar sus programas existentes?

Hacer una autoevaluación del programa. La mejor forma de hacer esto es a través de métricas que permitan identificar vacíos en el programa o aspectos a mejorar. Una herramienta fundamental a la hora de evaluar un programa de cumplimiento es la línea de denuncia, esta da una aproximación al estado actual del programa, lo que permite hacer ajustes. La revisión debe ser constante, pues un programa de cumplimiento debe ser dinámico y acorde con la realidad comercial, social y geográfica de la empresa.