La sostenibilidad ha dejado de ser una tendencia para convertirse en un eje central de la gestión empresarial, con impactos directos en la transparencia financiera y la toma de decisiones estratégicas. En este contexto, el Consejo Técnico de la Contaduría Pública (CTCP) ha establecido lineamientos clave para la integración de la sostenibilidad en la información financiera, enmarcando su aplicación en estándares internacionales y promoviendo la adaptación del ejercicio contable a esta nueva realidad.
El papel del contador público en este proceso es fundamental. La profesión contable no solo debe encargarse de registrar transacciones y elaborar estados financieros, sino también de asegurar la fiabilidad y transparencia de la información relacionada con los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ASG). Esto implica la necesidad de traducir riesgos y oportunidades de sostenibilidad en términos contables, promoviendo metodologías rigurosas para la medición y auditoría de estos aspectos.
Uno de los principales desafíos en la integración de la sostenibilidad en los informes financieros radica en la determinación de la materialidad de la información. El CTCP ha enfatizado la importancia de adoptar el enfoque de doble materialidad, considerando tanto el impacto financiero que los factores ASG pueden tener sobre una entidad, como el impacto que la entidad genera en su entorno. Esto exige un análisis detallado de los riesgos y oportunidades de sostenibilidad que afectan los flujos de efectivo, el acceso al financiamiento y el costo del capital, con un enfoque prospectivo de mediano y largo plazo.
En este sentido, las Normas Internacionales de Información Financiera sobre Sostenibilidad (NIIF S1 y NIIF S2), adoptadas por la Fundación IFRS, establecen requerimientos generales para la revelación de información financiera relacionada con sostenibilidad y con el clima. Su correcta implementación facilitará la alineación con las mejores prácticas globales y fortalecerá la confianza de inversionistas y demás grupos de interés en la información reportada.
Otro aspecto clave en la evolución de la sostenibilidad contable es la armonización de normativas. En Colombia, la Superintendencia Financiera y la Superintendencia de Sociedades han incorporado requisitos específicos para la presentación de informes de sostenibilidad. Por ejemplo, los emisores inscritos en el Registro Nacional de Valores y Emisores (RNVE) están sujetos a la Circular Externa 031 de 2021, la cual establece la obligación de divulgar información ASG conforme a estándares internacionales. Del mismo modo, la Circular 100-000010 de la Superintendencia de Sociedades recomienda a las empresas vigiladas reportar su impacto en sostenibilidad, utilizando marcos de referencia como el Global Reporting Initiative (GRI) y el Sustainability Accounting Standards Board (SASB).
El proceso de revelación de información sobre sostenibilidad también enfrenta retos operativos. La recopilación y gestión de datos confiables sigue siendo un obstáculo para muchas entidades, especialmente para las PYMEs, que carecen de infraestructura y recursos para implementar estos sistemas. Sin embargo, los beneficios a largo plazo de adoptar prácticas de sostenibilidad superan ampliamente estos costos, ya que permiten reducir riesgos, mejorar la reputación corporativa y acceder a mercados de capital responsable.
Desde la contabilidad pública, el impacto de la sostenibilidad también está siendo considerado. La Contaduría General de la Nación ha desarrollado iniciativas para incluir la sostenibilidad en la contabilidad del sector público, con el fin de mejorar la rendición de cuentas y alinear los reportes financieros con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Esto refuerza la tendencia global de consolidar un sistema contable que no solo mida el desempeño financiero de las entidades, sino también su impacto social y ambiental.
En este panorama, los contadores públicos deben asumir un rol estratégico, fortaleciendo sus competencias en sostenibilidad y auditoría ASG. La adopción de normas como la ISSA 5000, que establecerá lineamientos para el aseguramiento de información de sostenibilidad, marcará un punto de inflexión en la auditoría de estos reportes y en la exigencia de mayor rigor en su preparación.
El desafío ahora es avanzar en la implementación efectiva de estos estándares, garantizando que la información reportada refleje de manera transparente los riesgos y oportunidades relacionados con la sostenibilidad. La contabilidad, en este contexto, se convierte en un puente entre la estrategia empresarial y la confianza del mercado, asegurando que las decisiones financieras sean tomadas con base en información relevante, verificable y alineada con el propósito de desarrollo sostenible de las organizaciones.