Fuente: https://www.portafolio.com.co/
El compromiso del empresariado con la reintegración de ex combatientes (guerrilleros y paramilitares) a la vida civil es todavía débil, según los resultados de una encuesta de Confecámaras y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) con 1.070 empresarios de 16 ciudades del país.
De acuerdo con el sondeo -realizado el año pasado y presentado este fin de semana-, en el 2009 sólo se concretaron 17 empleos para desmovilizados, cuando el trabajo de sensibilización sobre el tema fue realizado en 490 empresas.
De hecho, el 96 por ciento de los consultados admitió no haber participado en los procesos de reintegración económica, sólo un 2 por ciento participaba y un porcentaje igual lo había hecho en algún momento pero había dejado de hacerlo. De este último grupo, un 60 por ciento argumentó pocos recursos y un 13 por ciento adujo que los desmovilizados eran poco responsables.
En todo caso, el estudio establece que entre los que nunca han participado en la reintegración económica de los ex combatientes, el 41,8 por ciento no lo ha hecho por falta de información, un 17,8, porque su negocio es pequeño y un 7,1 por ciento, porque no tiene recursos.
Pero llama la atención que entre los encuestados un 24,7 dijo no estar interesado en hacer parte del programa y un 4,1 por ciento, que no es política de la empresa emplear desmovilizados. Apoyarían, pero de lejos
A la pregunta de si estarían dispuestos a participar en el programa y de qué forma, la mayoría, el 44,3 por ciento, dijo que lo haría a través de programas de apoyo, no con empleo directo. De hecho, hoy 620 empresas, la mayoría de gran tamaño, apoyan la reinserción con becas de aprendizaje y a través del Banco de Tiempo (sus ejecutivos enseñan formación de empresas a desmovilizados).
El hecho es que sólo el 13,7 por ciento de los encuestados dijo que ofrecería trabajo a los ex combatientes dentro de la empresa y un 42 por ciento afirmó que no participaría de ninguna manera en la reintegración, incluso si le ofrecieran incentivos fiscales. A raíz de estos resultados, el presidente de Confecámaras, Eugenio Marulanda, les recordó a los empresarios que la reintegración no es un problema exclusivo del Gobierno, sino que están “en juego los intereses de la Nación”.
“Si los distintos sectores no le prestan la atención debida al proceso de reintegración, se pueden perder otros 50 años sin que se consoliden soluciones para el conflicto armado colombiano”, añadió.
La encuesta concentró buena parte de su análisis en las microempresas (71 por ciento). El 21 por ciento fueron pequeños empresarios, el 6 por ciento, medianas empresas y un 2 por ciento fueron grandes firmas.
Hay apoyo de algunas de las grandes compañías
La Alta Consejería para la Reintegración señala que desde el 2006 son 620 empresas las que se han vinculado de diferentes formas a la reinserción de ex combatientes. Y menciona algunas, como Coca-Cola Femsa, Protección S. A., Almacenes Éxito, Coltabaco, Fundación Carvajal, Sociedades Bolívar, Davivienda, Hidrocol, Confecámaras y Fides. Entre los apoyos se cuenta el Banco de Tiempo, a través del cual los ejecutivos de las compañías vinculadas destinan parte de su tiempo en la semana a capacitar a reinsertados en creación de empresas. En cinco años, y según las cifras de la Alta Consejería, han donado más de 13.732 horas, tanto compañías como personas.
Por medio de los fondos de becas han donado algo más de 4.000 millones de pesos, que han permitido estudiar a unos 200 desmovilizados. Hay otras 79 empresas, según la Consejería, que han elegido participar a través de sus programas de Responsabilidad Social. Por otro lado, y con el apoyo de Confecámaras, la Organización Internacional para las Migraciones y la Agencia de Cooperación del Gobierno de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, 17 empresas han contratado 53 desmovilizados.
En ese tiempo, y según las cifras de la Alta Consejería, ha atendido a 45.000 desmovilizados, de los cuales cerca de 18.000 tienen empleo, es decir el 41,8 por ciento; 2.300 tienen negocios propios y 13.027 están estudiando carreras técnicas, tecnológicas o universitarias. También hay personas naturales que han cooperado con el programa.
Coca-Cola Femsa, éxito en Banco de Tiempo
Álvaro Pérez, que manufacturaba uniformes para las Farc, hoy fabrica productos para mercadeo, como gorras y camisetas, para una de las marcas más importantes del mundo. Ese es un caso que con orgullo Coca-Cola Femsa cita para describir su aporte a la vinculación laboral y productiva de personas que han estado en la ilegalidad y se la juegan por la desmovilización. Desde el 2007 tiene en marcha su programa Banco de Tiempo, que se ha extendido a Barranquilla, Bogotá, Medellín, Valledupar, Montería y Bucaramanga. Suma 150 participantes formados.
Los ‘profes’ han sido 160 empleados de la compañía que han donado horas laborales, en un testimonio de perdón y reconciliación porque varios de ellos han sido víctimas directas o indirectas de la violencia. Cada seis meses sale una nueva promoción de colombianos que se capacitan en temas como emprendimiento laboral y empresarial, mercadeo, cooperativismo o recursos humanos.
Cuando arrancan, se cruzan sus expectativas con la oferta educativa para que se cumplan las metas, explican Felipe Márquez, vicepresidente de asuntos corporativos y Carlos Enrique Suárez Sanz, gerente de asuntos públicos de Coca-Cola Femsa. Los directivos invitan a las empresas a trabajar con el Gobierno en la reinserción para que los desmovilizados no vuelvan a la violencia.