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En la medida en que comienzan a surgir nuevas consecuencias de las iniciativas emprendidas para evitar peores efectos de la crisis en la economía, la deflación amenaza con convertirse en una realidad.

Después de la experiencia de Japón, país que lleva más de una década luchando contra la deflación, en las naciones más ricas del mundo ya no hay duda de que la posibilidad de llegar a esta situación es alta. Tras los desilusionantes datos de la actividad económica estadounidense, hechos públicos en agosto, y en los que se evidencia la desaceleración del crecimiento de su economía, la Reserva Federal (FED, como se le conoce en inglés), el banco central de Estados Unidos, ha reconocido que esa economía está más cerca que nunca de padecer una caída de los precios al estilo de Japón.

De hecho, el pasado 10 de agosto, la FED anunció que volverá a comprar deuda pública, como lo hizo en 2009, con el propósito de estimular la recuperación económica, cuya reciente desaceleración puso de relieve la cercanía de caer en una situación deflacionista. Así, en julio la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en Estados Unidos fue 0,3% y la medida básica fue 0,1%, llevando a la inflación anualizada a ubicarase en 1,2% y la medida básica anualizada en 0,9%. Lo que prendió las alertas de la FED fue precisamente que a pesar de que la inflación se incrementó ligeramente, la medida básica alcanzó el nivel más bajo registrado desde 1966. Por su parte, las ventas al por menor ese mismo mes tan solo crecieron 0,2%.

Un escenario deflacionario es indeseable por varios motivos. Por un lado, porque envía un estímulo negativo al consumo, dado que las personas perciben que los precios están cayendo y lo seguirán haciendo, por lo que la decisión más racional que pueden tomar es posponer sus compras, una reacción que retroalimenta el problema, pone en dificultades a las empresas y destruye más empleo.

De otro lado, la deflación perjudica a quienes tienen deudas contraídas. Además, las herramientas que tienen a su disposición los bancos centrales para luchar contra la deflación son menos efectivas que las empleadas para derrotar la inflación.

Repercusiones globales y locales 

El anuncio de la FED de reinvertir los pagos de los bonos emitidos por agencias y los respaldados por hipotecas en Tesoros de largo plazo estuvo acompañado de la intención de mantener en niveles bajos por un periodo prolongado sus tasas de intervención y aceptó que el panorama de la economía ha mostrado menor dinamismo. Ben Bernanke, presidente de la FED, se mostró partidario de que la recuperación se dará a un paso más lento de lo inicialmente esperado.

Con ello, el miércoles 11 de agosto, a pesar de una dramática caída de los principales índices accionarios en los Estados Unidos, y en consecuencia un incremento de más del 14% en el índice de volatilidad VIX por los temores del plan de estímulo de la FED, la tasa de cambio en Colombia siguió registrando retrocesos, acercándose a una relación de $1.800 por dólar. La expectativa de ingreso de dólares de Inversión Extranjera Directa (IED) y la posibilidad del restablecimiento de las relaciones comerciales con Venezuela influyeron en este comportamiento.

A mediados de mes, el IGBC registró la primera semana de caída después de cinco consecutivas al alza. Al final de la primera mitad de agosto, este índice libre del mercado nacional se ubicó en 13.301,28 unidades.

Por su parte, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, se ha mostrado decidido a ponerle fin al flagelo de la revaluación y se reunió con los integrantes de la Junta Directiva del Banco de la República para analizar propuestas sobre este tema, que tiene preocupados al sector exportador y a parte de la industria local. En lo corrido del año, el peso ha ganado una valorización de 12% respecto del dólar, la más alta de América Latina.

En un documento elaborado por la firma Corredores Asociados, se muestran optimistas en cuanto a que la inflación estará bajo control a nivel local. "Hoy la inflación anualizada se ubica en 2,24%. En lo corrido de 2010, la inflación ha estado por debajo de lo esperado por el consenso de los analistas del mercado y por el equipo técnico del Banco de la República; la caída de los indicadores de inflación básica (Núcleo 20, sin alimentos, sin perecederos, gas y servicios públicos) es de más de 50 puntos base en promedio. Las expectativas de inflación son bajas y se encuentran entre el rango establecido por el Emisor. Pensamos que el restablecimiento de las relaciones comerciales con Venezuela no presionará considerablemente la inflación al alza ante la débil demanda interna de ese país y al menor interés de algunos exportadores por reiniciar sus actividades en Venezuela", expresan.

Agregan además que el país puede esperar un mejor crecimiento de su economía, pero que este seguirá siendo inferior al potencial. "Con la información disponible podemos observar que la recuperación de la economía es más pronunciada de lo esperado, sin generar presiones inflacionarias. Sin embargo, a pesar del mejor desempeño de la economía la variación anual del Producto Interno Bruto de 2% reportado en el primer trimestre de 2010 es inferior al crecimiento potencial de la economía (4,5%)", declaran.

Por último, en Corredores Asociados tienen un diagnóstico reservado sobre el comportamiento externo. "Los datos recientes de la economía de Estados Unidos indican que ésta se ha desacelerado más de lo previsto en los últimos meses. Aunque la Reserva Federal de Estados Unidos apoyará, ofreciendo mayor liquidez, el mensaje de su última intervención, es un diagnóstico reservado. Por otra parte, si bien la prueba de esfuerzo de los bancos en Europa fue "satisfactoria", es probable que en las próximas semanas estudios independientes muestren lo contrario. Una desaceleración más pronunciada de lo previsto en China puede tener un efecto negativo en los precios de los bienes básicos y consecuentemente en los montos de exportación de Colombia", argumentan.

La encrucijada para la FED es evidente: en primer lugar debe volver a estimular la economía para que la desaceleración económica no se profundice en una nueva recesión, la segunda en tres años. Y, en segundo lugar, no tiene mayores herramientas para estimular una economía que al parecer, por sí sola, no parece retomar la senda de crecimiento de años anteriores. 

A esto se suman las declaraciones de Bernanke de que la liquidez generada por los vencimientos de títulos que tiene en su poder se va a reinvertir en títulos del Gobierno o Tesoros de largo plazo, para así presionar las tasas de los créditos principalmente de vivienda. Estas declaraciones están lejos de generar un estímulo a los sectores claves de la economía norteamericana para que genere empleo y reavive el consumo de los hogares.

Tomado de:  https://www.dinero.com/edicion-impresa/coyuntura/acentuan-temores-deflacion-estados-unidos_75649.aspx