Fuente: https://www.finanzaspersonales.com.co
El diagnóstico de las deudas y la reestructuración financiera en el proceso de su planeación financiera. Las empresas recurren a ella. ¿Tiene aplicación para las personas naturales?
Uno de los objetivos de la planeación financiera es organizar el manejo del dinero para que se puedan lograr los diferentes objetivos trazados en su plan de vida. Considerando que tomar deudas es importante en algunos momentos, el tener demasiadas o tener compromisos financieros que se vuelven difíciles de cumplir puede generar angustia o stress financiero y quizás la necesidad de seguir prestando más para pagar, lo que se constituye en un alarma para ponerle atención a un problema y que al que se le debe buscar solución.
Ese es precisamente el objetivo de realizar un análisis financiero, determinar problemas que se enfrentan y cómo deben solucionarse, no ignorarlos y esperar que luego las cosas se arreglen sobre la marcha, porque no siempre sucederá de esta manera, sino que éstos pueden aumentarse con el correr del tiempo.
Si definitivamente en el presupuesto que se realiza se determina que los pagos de intereses y de capital están dejando en déficit el resultado de las entradas y salidas de efectivo, y que esta situación se vuelve repetitiva mes tras mes, entonces se deben tomar decisiones y realizar acciones al respecto; a veces la solución es dura pero con el tiempo se verán mejores resultados en las finanzas personales.
Reorganización empresarial
Precisamente, este mismo camino ha sido recorrido por muchas empresas, que se han encontrado que deben solucionar problemas de iliquidez, sobre todo cuando ésta se genero por excesos de endeudamiento o porque asumieron deudas contando con el buen desempeño futuro de la empresa y de la economía, lo que no ocurrió. Cuando eso ocurre se genera la incapacidad de pagar las obligaciones financieras adquiridas y de cumplirles a los acreedores, lo que ha llevado a muchas empresas a buscar soluciones, que comienzan por aceptar lo crítico de la situación y posteriormente por convocar a sus acreedores para definir un acuerdo de pagos y un proceso reestructuración financiera
El acuerdo consiste en encontrar soluciones en equipo, donde todos tienen intereses, tanto dueños como acreedores de la empresa que aceptan la propuesta, en aspectos como son: no pagar por un determinado tiempo los intereses, disminuir las tasas de los créditos, postergar el pago de abonos de capital, disminuir costos y gastos, diseñar estrategias para mejorar ingresos, etc.
Este proceso ha sido reglamentado por la legislación colombiana. Inicialmente se enmarcó en la Ley de Concordato, y luego se modificó por la Ley 550 de 1999 de reestructuración financiera y por la Ley 1116 de diciembre de 2006, denominada de Reorganización Empresarial.
Tablemac S.A., Coltejer S.A., Enka de Colombia S.A., Alquería, Tejidos Única, Transportes Rápido Ochoa y Danaranjo, son casos de empresas que han recorrido este proceso y a muchas se les ha facilitado salir adelante de su crisis financiera, entre otros por los siguientes factores: la mejora de la economía colombiana con crecimientos sostenidos desde el año 2002 hasta sus mejores resultados del 7,52 % en el año 2007, el acuerdo con los acreedores que les facilitó sortear este proceso, las medidas de ajustes de la organización, cambios de planes y estrategias y en general el redireccionamiento empresarial, que debe seguirse cuando los diagnósticos no son positivos.
¿Qué hacer si las deudas lo acosan?
Así como sucede en las empresas, en las finanzas personales también es necesario un diagnóstico, el suyo o apoyado por un consultor financiero, para evaluar su situación. No hay indicadores que se apliquen a todos por igual. Como ejemplos: que los pagos no excedan el treinta por ciento de los ingresos, o que los intereses no sean mayores que el diez por ciento de los mismos, o que la deuda sea el cincuenta por ciento o menos del total de sus activos. La mejor forma de analizar si tiene dificultades es por medio del análisis de sus entradas y las salidas periódicas de efectivo, lo que llamamos el flujo de caja, el cual es diferente para cada persona según sus propias condiciones.
Conocer estos indicadores de otros o del promedio de las personas no es de mucha ayuda.
Si el diagnóstico constata que las deudas son muchas o que los pagos de los compromisos financieros que se hacen no son fáciles de cubrir y limitan el pago de los gastos normales del hogar y le están generando angustia financiera, entonces si no quiere seguir ahondando la crisis, debe tomar decisiones. Ser concientes del problema ya es una ganancia, pero cambiar los hábitos es mejor, por ello puede haber varias soluciones posibles:
1) Determine qué gastos puede disminuir. Empiece por los que no afecten su bienestar general, aunque quizás afecten su estilo actual de vida. Hay que hacer sacrificios, al menos temporalmente mientras se organiza.
2) Analice posibles negocios, complementarios a los ingresos que actualmente tiene, como ventas en red, prestar asesorías sobre un tema que conozca, si le gusta transmitir conocimientos, ser facilitador de aprendizaje, etc.
3) Entregue algunas de las tarjetas de crédito que las instituciones financieras le han aprobado y enviado, con una o dos es suficiente y guarde las que quedan por un tiempo, no las vuelva a usar hasta que regule su situación.
4) Reestructurar las deudas: conseguir un préstamo por el total de las deudas que tiene en la actualidad, al menos las de corto plazo, con fuentes extrabancarias costosas, o con tarjetas de crédito, sobre las cuales está pagando en las últimas compras una tasa cercana a la de usura (32,88% anual). También puede refinanciar los préstamos hipotecarios si le falta poco tiempo para cancelarlos. Si aumenta el plazo para pagarlos disminuye la cuota que actualmente tiene.
Si considera esta alternativa, refinancie con el banco que mejor tasa de crédito le ofrezca y elija un plazo amplio, de 48 meses, 60 meses o más, dado que a más plazo, menos cuota pagará, reduciendo así sus salidas mensuales del flujo de caja en el pago de las deudas. Además de mejorar el cumplimiento de los pagos que hará en el futuro próximo, también se sentirá más organizado, dado que pagar la cuota de un único crédito, es distinto a estar pendiente de varias fechas y pagos de distintos préstamos y diversas tarjetas.
¿Y si no tiene posibilidad de recibir más créditos?
Si la situación es apremiante, y no puede recurrir a nuevos y mejores créditos para pagar los que ya tiene, quizás porque ya está moroso y reportado o porque su situación es muy complicada, entonces otras alternativas de solución, aunque más duras, pueden resultar convenientes con el fin de devolverle su tranquilidad:
5) Liquidar alguna inversión financiera y pagar las deudas que le están asfixiando, por ejemplo un CDT que esté próximo a vencerse, contar con fondos disponibles en encargos fiduciarios o en carteras colectivas, recursos de un Fondo de Empleados donde esté afiliado, etc.
6) Vender algún activo fijo que le sirva de respaldo, como por ejemplo, del carro de uso personal para saldar parte de las deudas y comprar otro de menor valor, si le queda disponible.
En estas dos últimas situaciones, sería adecuado, para iniciar de nuevo su capitalización, tratar de empezar a ahorrar en un fondo donde se descuente de su sueldo – por nómina o por retiro automático del banco (nota debito), el valor de las cuotas que estaría pagado de continuar con el pago de los créditos.
Una reflexión final:
“El pensamiento influye en los comportamientos y éstos en los resultados”; use el poder de la mente, analice y actúe, tome decisiones para generar cambios, cuando se considera que deben hacerse. Póngalo en práctica, evalúe como esta su nivel de endeudamiento y piense cómo mejorar el pago de sus compromisos financieros, si sus deudas lo apremian.
Tomado de: https://www.finanzaspersonales.com.co/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=211