Fuente: www.portafolio.com.co
Casi el 87 por ciento de este valor deberá destinarse a la tarea de acuñar nuevas monedas, que estarán denominadas en centavos.
A cerca de 222.000 millones de pesos ascendería el costo de poner en circulación una nueva moneda en Colombia, según los cálculos hechos por el Banco de la República.
De acuerdo con un estudio realizado por el Emisor, y presentado al senador Antonio Guerra de la Espriella, autor del proyecto de ley que busca eliminar los tres ceros a los billetes actuales, el costo más alto será la acuñación de monedas, varias de las cuales estarían denominadas en centavos.
Guerra dijo que en su estudio, el Banrepública no ve objeción para que en Colombia circule una nueva moneda, sin la presencia de los tres ceros en los billetes como sucede en la actualidad. La creación del nuevo peso comenzará a debatirse en los próximos días en el Congreso de la República. La ponencia para primer debate será radicada este lunes en el Senado.
Los cálculos del banco central indican que producir nuevas monedas costaría alrededor de 187.000 millones de pesos, es decir, alrededor del 84 por ciento del monto total estimado. El senador Antonio Guerra de la Espriella dijo que el estudio presentado por el Banco de la República indica que en el país circulan 4.800 millones de monedas de todas las denominaciones y, de ahí, que el costo de sacar nuevas al mercado sea el más alto de todo el proceso.
Incluso será necesario buscar nuevos materiales y aleaciones para la producción de las monedas, pues los utilizados en la actualidad se han encarecido sustancialmente en los últimos años. La fabricación de planchas para la impresión de nuevos billetes costaría unos 2.000 millones de pesos.
Según el estudio del Emisor, el costo de producir los nuevos billetes y monedas se recuperaría en un plazo de nueve años. El proyecto de ley plantea que durante dos años circularán al mismo tiempo los billetes actuales y los nuevos para que el cambio se haga de manera gradual.
En el caso de las monedas, el proceso será similar, pero se extendería a un plazo de cuatro años. Justamente, Juan Mario Laserna, senador y uno de los ponentes del proyecto, señala que a la larga los costos para el Gobierno no van a ser tan altos “porque se puede tener ambos tipos de billetes en circulación y en la medida en que el Banco de la República recoja los billetes viejos y dañados, los puede reemplazar con los nuevos”.
Como se sabe, una de las tareas del Emisor es reponer las piezas que salen de circulación bien sea por desgaste o por maltrato. Datos del banco central indican que del total de billetes dañados, cerca del 10 por ciento son deterioro prematuro, lo cual le cuesta al banco un promedio anual de casi 6.000 millones de pesos.
Capacitación, la clave
Además, se deberán invertir alrededor de 32.000 millones de pesos en campañas masivas de educación y publicidad para explicar a los colombianos las características del nuevo peso. Esto, si se tiene en cuenta que en caso de aprobarse la ley, por ejemplo, un billete de 10.000 pesos van a convertirse en 10 nuevos pesos y más de uno podría tener la sensación de que perdió valor así el poder adquisitivo sea el mismo.
Otro tema que también implica costos es el cambio en los precios que debe hacerse en todo tipo de establecimientos del comercio. Laserna señala que con el nuevo peso, la idea es simplificar la contabilidad, generar ahorros en sistemas operativos, así como crear una moneda más estable y que sea más fácil de comparar con las de otros países.
A juicio de Laserna, es momento de hacer esta transformación en la medida en que ya el país tiene niveles bajos de inflación (2,31 por ciento anual hasta agosto) y que hay estabilidad económica, condiciones que no se presentaban hace algunos años, cuando hubo otra propuesta similar (ver recuadro). Álvaro Montenegro, profesor de la Universidad Javeriana, señala que en estas circunstancias no tiene mayor efecto que un billete sea de veinte mil ó de 20 pesos, “porque los precios se ajustan y la gente se acostumbra”.
No obstante, considera que el costo de hacer el cambio y de ajustar los sistemas de contabilidad no justifican la iniciativa, pues “hay cosas más importantes por hacer en Colombia que quitarle tres ceros a los billetes”.
Otros países tomaron la medida en medio de crisis de inflación
Las motivaciones que tiene Colombia para quitarle los tres ceros a la moneda son muy distintas de las que tuvieron otros países de América Latina cuando adelantaron procesos similares.
El senador Juan Mario Laserna señala que a diferencia de lo que ocurre en Colombia, cuando Argentina y Brasil le quitaron ceros a sus monedas, había poca credibilidad y las medidas se tomaron con el objetivo de resolver crisis y en especial fuertes inflaciones, cosa que no ocurre en la economía colombiana.
El caso más reciente fue el de Venezuela, que desde comienzos del 2008 empezó a utilizar el bolívar fuerte, tras quitarle tres ceros a la moneda. Según el Gobierno del vecino país, la idea era facilitarle las cuentas a los venezolanos, pero para nadie es un secreto que esa economía lleva varios años con la inflación más alta de América Latina.
En México, el incremento en los precios causado por el desequilibrio económico que se produjo en ese país, a finales de los 80 y comienzos de los 90, hizo que las autoridades le quitaran tres ceros al peso mexicano, proceso que empezó el primero de enero de 1993 y duró cerca de tres años, tiempo durante el cual se utilizaron las dos monedas de manera simultánea. Sin embar, los países que más experiencias han tenido en este frente son Argentina y Brasil.
En cuanto al primero, el mecanismo se ha utilizado en una docena de ocasiones durante el último medio siglo. Aparte de la hiperinflación que ha sufrido dicho país en varias ocasiones, la otra razón para adoptar la medida es la pérdida de confianza en la moneda.
En Brasil, se eliminaron los ceros de la moneda en varias oportunidades, hasta que en 1994 los cruceiros le dieron paso al real, que se utiliza actualmente. Este cambio vino acompañado con una serie de ajustes para estabilizar la economía y controlar la inflación, que superaba el 1.000 por ciento.
Entre tanto, Paraguay viene adelantando el mismo proceso que Colombia, pues quiere quitarle tres ceros al guaraní. La medida, de ser aprobada, entraría en vigencia el próximo año.
La propuesta no es nueva
La iniciativa de quitarle tres ceros a la moneda colombiana no es un tema que se evalúa por primera vez. Entre el 2000 y el 2003 se dieron una serie de discusiones en el Congreso de la República. La iniciativa alcanzó a superar dos debates en el Senado de la República sin mayores contratiempos, pero se hundió cuando llegó a la Cámara de Representantes.
Las razones del fracaso fueron varias: algunos consideraron que no era el momento apropiado para su discusión, otros no le vieron relevancia y hubo quienes insistieron en que a este proyecto le hacía falta mayor discusión.
Tomado de: https://www.portafolio.com.co/economia/finanzas/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_PORTA-7902483.html