Fuente:www.elpais.com.co
Luego de varios meses de aparente calma, la situación económica del sistema de salud en Colombia podría empeorar a finales de este año. Todo porque arrastra un déficit millonario que tiene arrinconadas sus finanzas, y que no pudo sortear el anterior Gobierno.
El panorama que se avecina es complejo, advierte Juan Manuel Diaz-Granados, presidente de la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral, Acemi, el gremio de las EPS.
Luego de la controvertida Emergencia Social que tumbó parcialmente la Corte Constitucional, ¿cuál es ahora la situación real de las finanzas del sistema de salud?
Es una situación muy complicada. Hay un desequilibrio muy profundo en el sistema, ya que los ingresos del régimen contributivo, que son las cotizaciones que pagamos los colombianos, no son suficientes para atender todos los egresos, que corresponden a 140 millones de servicios anuales que se brindan en el Plan Obligatorio de Salud, POS, y que cubren a 18 millones de personas.
De otro lado, existe la presión de los servicios no POS que se han multiplicado por cinco en los últimos años, razón por la cual estos valores ya llegan a $2,5 billones, suma que ya no es posible pagar con los ingresos que actualmente tenemos. Confío en que habrá medidas transitorias para garantizar la operación normal del sistema.
¿Por qué son insuficientes los pagos a la salud que hacen los colombianos?
Los ingresos del régimen contributivo son de $2 billones cada año. Esta suma es insuficiente para pagar los servicios no POS.
El presidente Uribe, antes de terminar su mandato, tramitó ante el Congreso de la República la Ley 1393 con la cual se le dio un salvavidas transitorio al régimen contributivo. Esa ley le otorgó un préstamo por $800.000 millones al sistema de salud para seguir operando. Fue un mecanismo muy importante que está ayudando, pero lamentablemente esta plata se acabará en el corto plazo. Y posiblemente hacia el mes de diciembre de este año, o a más tardar en febrero del 2011, estos recursos se habrán acabado. Existe el riesgo de que el régimen contributivo del sistema de salud entre en una situación financiera calamitosa. El déficit es de unos $100.000 millones al mes, lo cual significa que para un año completo estaríamos hablando de $1,2 billones, suma que el sistema no puede pagar.
¿Eso supone la posibilidad de subir las cotizaciones?
La situación es compleja, pero no sería viable incrementar los impuestos o subir las cotizaciones, dado que en el programa del presidente Santos ese tema no está previsto. Además, afectaría la formalización del empleo y la creación de más puestos de trabajo.
Lo que se requiere es un programa de choque contra la elusión y la evasión de las contribuciones en salud. Hay mucha gente que le está ‘haciendo conejo’ al sistema, es decir, no pagando lo que le corresponde. En segundo lugar, hay que actualizar el POS y que bajen los precios de los medicamentos.
¿De cuánto es la elusión de aportes?
Un plan de choque agresivo con utilización de mecanismos de cruce de información en bases de datos, podría ayudarle al sistema a recaudar al menos $500.000 millones al año, y ojalá fuera un billón de pesos. Es fundamental desarrollar una estrategia muy fuerte en este campo.
Usted propone reducir los precios de los medicamentos. ¿Cómo lograrlo, si esos controles e intenciones ya han fallado en el pasado?
En este campo hay que trabajar en dos frentes. Primero en los precios de los fabricantes en Colombia que son más altos en muchos casos frente a los que existen en América Latina. Es el mismo medicamento producido por el mismo laboratorio, pero que en Colombia su precio es mayor que en otros países. Hay que buscar mecanismos para abaratar su costo, como por ejemplo, con importaciones paralelas, y adicionalmente controlando los márgenes de intermediación en el sistema que se introducen a través de la cadena de uso de los medicamentos.
Se dice que los recobros por medicamentos son parte de los males del sistema. ¿A qué atribuye ese desborde, pues se habla de abusos?
Las EPS son aseguradoras especiales que cubren los riesgos que están en el Plan Obligatorio de Salud (POS). La Corte Constitucional ha construido toda su doctrina de protección al derecho a la vida digna y ha dispuesto que a las personas hay que brindarles servicios por fuera del POS y le asignó esa tarea a las EPS para luego recobrarlos al Fondo de Solidaridad y Garantías, Fosyga. Dado que el POS no ha sido actualizado en materia de medicamentos, la brecha ha venido creciendo. Y esta situación es la que está poniendo en aprietos la viabilidad futura del sistema. Para el 2010 esos recobros se estima que sumarán $2,5 billones por servicios no POS.
¿Por qué las EPS dicen que están medio quebradas si sus ingresos son millonarios?
La situación de las Empresas Promotoras de Salud es muy difícil. De las 15 EPS afiliadas a Acemi, 12 de ellas tuvieron que ser capitalizadas para seguir funcionando por las pérdidas que han tenido. A junio del 2010 la situación del sector es completamente negativa en la medida en que las EPS en su conjunto van perdiendo más de $30.000 millones, razón por la cual su situación es muy complicada.
¿Podría ser la ley estatutaria de la salud, el verdadero salvavidas del sistema de salud?
Esa ley se debe tramitar cuanto antes en el Congreso de la República para que permita destinar mejor los recursos de la salud y atender necesidades prioritarias de la población. Esa tarea hay que hacerla y definir la estructura de esa ley, la cual, repito, servirá para focalizar el uso de los dineros. Será una ayuda para el sistema. Lo otro debe ser el trámite de una ley ordinaria para ajustar el sistema en algunos puntos.
El presupuesto para la salud en el 2010 es de $25 billones. ¿Será que falta manejo gerencial de esos recursos, y por eso el sector está
enfermo?
Ese volumen de dineros es muy importante para el país. Sin embargo, Colombia está muy por debajo de lo que gastan en salud naciones desarrolladas y de igual nivel nuestro.
Si uno reorganizara mejor el sistema en el uso de las fuentes disponibles, podrían mejorar los niveles de eficiencia para hacer una mejor administración de los recursos.