Fuente : www.larepublica.com.co
Sus principales puntos son la alta tasa de desempleo, el mayor impacto en los jóvenes y el alto grado de informalidad laboral, lo cual ha impulsado al gobierno a presentar un proyecto de ley, con un marco regulatorio orientado a favorecer el empleo en los jóvenes y al empleo formal.
¿Qué tanto impacto tendrá las medidas? ¿Qué tan viable es su control? ¿Qué otras medidas serían necesarias para el éxito deseado? Una actividad informal, ¿estaría dispuesta a pagar aportes a salud, pensión y riesgos profesionales, a cambio de no pagar parafiscales, que hoy tampoco lo hacen? ¿Debería pensarse en medidas más simples en la racionalización de los aportes parafiscales, para todas las empresas de una vez?. En el proyecto de ley, no hay medidas que hagan una evaluación del impacto fiscal, hemos querido, sin embargo, hacer unos cálculos preliminares.
1. Las medidas propuestas no son de gran impacto para la generación de empleo. Tampoco son de fácil control. Por ejemplo, recordó cómo, en un estudio reciente de los economistas Hugo López y Jesús Botero, si se eliminasen los parafiscales totalmente, apenas se generarían alrededor de 250 mil empleos. Con estas medidas, el efecto buscado sería mucho menor.
2. Las medidas para empresas pequeñas pueden ser una ayuda (no pagarían parafiscales), pero no es claro que estimulen la “formalización” de aquellas que hoy son informales, por cuanto tendrían que pagar otras erogaciones, como pensiones, salud y ajustar salarios al mínimo, a cambio de no pagar una parafiscalidad que tampoco pagan hoy. Además, sería lógico que se extendieran los beneficios a micro y pequeñas empresas formales existentes antes de la vigencia de la ley, para fomentar la creación de nuevos empleos.
3. En cuanto a las medidas para contratar jóvenes, si bien se aplicarían a toda clase de empresas, son limitadas en el tiempo. Además, para las grandes empresas que tienen perfiles de empleos definidos, muy seguramente estas medidas no resulten atractivas. El costo de estas medidas va contra el fisco, ya que se pagan los parafiscales pero ya no serán deducibles de la renta, sino descontables del impuesto.
4. Sin embargo, el efecto neto es ampliamente favorable para el Estado, si se compara el impacto de estas medidas versus los ingresos que obtendrá por la eliminación de la deducción del 30 por ciento por inversión en activos fijos, estimada por el mismo Gobierno, en 4 billones de pesos para el año 2010. Con ello, el Gobierno ha podido ser más agresivo en el apoyo a políticas de empleo. Así, por ejemplo, para 500 mil empleos de dos salarios mínimos, el impacto fiscal neto sería de 373.000 millones de pesos.
5. No se excluyen de la aplicación de estos beneficios, a las empresas ubicadas o que se ubiquen en zonas francas, ni las que tengan pacto de estabilidad jurídica, par quienes serían un beneficio adicional a los que ya tienen.
6. Algunos de las “locomotoras” del crecimiento económico definidas por el Gobierno (como infraestructura y vivienda de interés social) se verán afectadas por; primero, el alto déficit fiscal (que ha terminado en los mismos niveles que en 2003, a pesar de que el Gobierno anterior hizo más de seis reformas tributarias); segundo, la falta de recursos dada la “raspadura de olla” y por último, las vigencias futuras comprometidas en el Presupuesto; y otras podrían verse desestimuladas, como la minería, al recibir un trato desigual en la deducción en activos fijos, después de haber sido invitadas a invertir en el país con los estímulos que ahora se les retirarán. Hay que recordar además que este sector no está incluido en zonas francas como si lo están otras actividades.