Fuente: www.dinero.com
Los estudios muestran que es más rentable en términos sociales formalizar a los trabajadores colombianos que aumentar los recursos de asistencia para los informales.
Aunque se ha dado un gran aumento en el gasto público social y se han diseñado programas sociales focalizados en atacar la pobreza y mejorar la cobertura de la seguridad social, la pobreza en Colombia no se ha reducido como era esperado. El país sufre hoy una de las tasas de desempleo más alta en América Latina (es el segundo después de República Dominicana, de acuerdo con los datos de la Cepal), y aunque la cobertura en salud ha crecido, la financiación del sistema no es sostenible
La financiación de la seguridad social depende del mercado laboral. En un trabajo formal los empleados y los empleadores deben pagar la seguridad social, mientras que la seguridad social de un trabajador informal se financia con base en el principio de solidaridad. Adicionalmente, el trabajador informal puede recibir los beneficios de programas de asistencia social como Familias en Acción.
En un trabajo reciente con José Cuesta, calculamos las distorsiones que tiene este sistema de financiación. Para hacerlo, usamos datos sobre la valoración que los trabajadores formales e informales les dan a la seguridad social como porcentaje del salario que reciben [1].
Encontramos tres tipos de distorsiones, una social, una por informalidad y otra ocupacional. La primera distorsión, la social, se produce porque hallamos que los trabajadores formales valoran menos los beneficios que reciben de la seguridad social que lo que pagan por ella con sus aportes. En otras palabras, como está diseñado actualmente el esquema de seguridad social, el beneficio social es menor que el costo social.
La segunda, la distorsión informal, ocurre porque los trabajadores formales valoran más los beneficios recibidos por la seguridad social que los trabajadores informales. Esto tiene una implicación importante. Si se aumentaran sustancialmente los recursos para asistencia social a los informales, lo que ocurriría es que ellos no lo valorarían. O por le menos, no en la misma proporción en la que se afectarían los trabajadores formales que son quienes los aportan.
En otras palabras, este estudio demuestra que es más rentable en términos sociales formalizar a los trabajadores colombianos que aumentar los recursos de asistencia para los informales.
Los resultados de estudio sugieren que existen al menos estos dos incentivos perversos en el sistema de seguridad social y que es necesario revisarlos antes de tratar equilibrar sus finanzas. Reducir los costos de la seguridad social para el trabajador formal, reduciendo, por ejemplo, los parafiscales, puede ayudar a reducir la distorsión social pero esto sería sólo una parte de la solución. Las valoraciones también sugieren que la movilidad entre formalidad e informalidad debe ser flexible y que aumentar los beneficios de la asistencia social puede perpetuar la informalidad.