Fuente: https://www.finanzaspersonales.com.co
¿Es usted una de esas personas que gasta la mayor parte de horas a la semana trabajando, siente que su tiempo libre debería continuar con sus ocupaciones y además, sus conversaciones son siempre de trabajo? Si alguna de estas afirmaciones refleja su caso, tal vez valga la pena preguntarse si es un adicto a su oficina.
La psicóloga Claudia Zabala señala que una persona adicta es aquella que dedica muchas horas a la misma actividad, es decir, que dicha actividad le refuerza de tal manera que otras dejan de ser importantes.
Los seres humanos siempre estamos buscando un equilibrio de tiempo entre las actividades que nos resultan placenteras y todas nuestras responsabilidades y obligaciones. Cada uno de nosotros distribuye ese tiempo de acuerdo con sus propios intereses.
Normalmente dentro de las actividades placenteras se encuentra compartir con nuestra pareja, con amigos, hacer algún deporte, realizar actividades lúdicas o de recreación y por otro lado, están nuestras responsabilidades que pueden ser placenteras, como es el aspecto laboral, dice Zabala.
En la mayoría de los casos, nuestro trabajo ocupa la mayor parte de nuestro tiempo. Son jornadas de ocho e incluso hasta doce horas. Muchos anhelamos tener un trabajo que nos demande menos tiempo, para así poder compartir más tiempo con nuestros amigos, pareja y familia y hacer esas cosas que nos gustan.
Sin embargo, hay personas para las que los papeles se invierten. En estos casos, siempre están tratando de ocupar por ‘placer’ la mayoría de su tiempo, incluso el libre, para continuar con las ocupaciones laborales. Prácticamente, se acaban los fines de semana y festivos para descansar.
Son personas que incluso ven en el trabajo una manera de sentirse efectivas, valiosas,y éste se convierte en una forma de enfrentar la soledad, o de evadir situaciones sociales y familiares. No es nada raro, que estas personas comiencen a tener comportamientos como fumar de manera exagerada, o disminuir tiempo para actividades deportivas o de ocio, incluso hay personas que les afecta la rutina de alimentación balanceada, donde es más práctico las comidas rápidas que darse el gusto de una buena comida, lo que posiblemente conlleva a problemas de salud. Aquí estamos frente a los adictos al trabajo.
No se trata solo de dedicar mucho tiempo al trabajo, sino también de tener un interés constante por los temas laborales, de darle prioridad a los asuntos de su oficina sobre su familia y demás aspectos personales, y de abandonar todas esas actividades que usualmente hacía en el tiempo libre. “Si todo esto gira alrededor del trabajo entonces es una persona adicta”, concluye Zabala.
¿Cómo manejarlo?
Una vez haya identificado que su pareja, familiar o amigo es una persona adicta al trabajo, la recomendación es hacérselo saber, es decir, explicar y demostrar con evidencias que esa persona es adicta al trabajo y finalmente expresar nuestros sentimientos frente a esta situación que nos afecta, dice Zabala.
Incentive el desarrollo de actividades lúdicas, evite la sobrecarga laboral y fomente un balance entre la vida y el trabajo. Si esto no funciona, intente buscar ayuda de un experto para que lo oriente. También vale la pena, llegar a acuerdos con sus jefes donde las dos partes ganen y haya un equilibrio. El control de este tipo de adicción no corresponde solo al trabajador, la empresa también debe promover una cultura organizacional.
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