Fuente: https://www.finanzaspersonales.com.co
Aunque exista una formación académica, la falta de experiencia puede entorpecer las labores de cualquier pasante. Siga los siguientes consejos y no desaproveche esta oportunidad, que va a contar cuando decida ingresar del todo al mundo laboral.
Al final, esta experiencia le servirá para que, una vez se gradúe, su hoja de vida pese más en cualquier proceso de selección.
Uno de los socios fundadores de Impulsarme.com, una comunidad de empleo para jóvenes, Sebastián Jaramillo, da unos consejos para que usted aproveche todo lo bueno que le da una práctica profesional.
Sea dinámico: los practicantes por lo general son un poco introvertidos, porque no conocen la dinámica de su trabajo. La verdad es que la clave del practicante es mostrar entusiasmo y tratar de involucrarse en todas las actividades que pueda.
Sea proactivo: las empresas por lo general no le asignan tareas y responsabilidades directas al practicante, entonces tiende a aislarse y a no hacer nada. La clave del practicante está en ofrecer su ayuda, preguntar qué puede hacer y siempre mostrar su actitud positiva.
Que la poca experiencia no lo limite: como nunca ha trabajado, el practicante siente que no entiende el funcionamiento de su área y cree que no podrá hacer bien sus tareas. Por eso es recomendable que se busque a los que tienen experiencia, asesorarse y realizar todo lo mejor posible. Esto le ayudará a desarrollar las tareas básicas y a poder recibir unas más específicas.
En la práctica no va a desempeñar tareas importantes: esta es una de las cosas que más deben entender los estudiantes que entran a realizar una práctica. Muchos practicantes se quejan porque no tienen nada que hacer en su práctica o sus tareas son muy básicas. El pasante debe aprovechar la experiencia para conocer el ambiente laboral.
No pierda el contacto con la empresa: si se sintió a gusto con lo que hizo y descubrió que definitivamente si es el sector y el campo que le gustan, es importante que mantenga su relación con la compañía. Tener buenas referencias de su primer empleador es un valor agregado para su hoja de vida, más en Colombia en donde la mayoría de profesionales se gradúa sin tener experiencia laboral y las empresas los ven como un riesgo.
El graduado que trabaja por primera vez, tiende a rotar muy rápido de empleo precisamente porque puede descubrir que ese puesto no era lo que imaginó. Esto para las compañías no es conveniente, porque tienen que asignar gastos y tiempo de entrenamiento a otra persona.
Siempre complete el periodo de práctica: contrario al anterior consejo, si no le gusta lo que encontró en la empresa donde está
haciendo la práctica, lo más recomendable es no renunciar a ella y hacer siempre bien su trabajo. Abandonarla a mitad del camino, hacer a medias las tareas asignadas o llegar tarde, no es recomendable. Recuerde que la práctica hace parte de su formación como profesional. Si no fue de su agrado, no vuelva a aplicar a nada que tenga que ver con lo que hizo, pero mientras acaba haga su mayor esfuerzo y deje las puertas abiertas.
El salario no es lo más importante: este aspecto no debe ser determinante a la hora de aceptar o no una práctica. Muchas empresas importantes no pagan tan buen salario a sus practicantes, pero si le ofrecen la oportunidad de quedarse o sirven para abrir muchas puertas una vez se gradúe. Lo más seguro, es que después de graduado lo que dejó de ganar en la práctica, lo recupere con su trabajo.
Visualice qué es lo que quiere hacer: siempre piense en realizar la práctica en una empresa que se ajuste a su perfil y a lo que usted quiere como profesional. Aunque no es fácil, conseguir algo que le guste siempre es mejor a probar algo que definitivamente no es para usted.
Tomado de: https://www.finanzaspersonales.com.co/trabajo-y-educacion/articulo/guia-del-buen-practicante/42441