Dinero habló con esta profesora de la Universidad de Virginia, acerca de los factores clave para lograr la sostenibilidad financiera de un sistema de salud como el colombiano.
Con motivo del diálogo Sistema de salud colombiano: propuestas para su sostenibilidad, evento organizado por el Centro de Liderazgo y Gestión, estará en el país el próximo 18 de agosto Elizabeth Teisberg, profesora titular de la Darden Graduate School of Business de la Universidad de Virginia y experta en reformas a los sistemas de salud.
Gracias a su experiencia como consultora en la reforma de los sistemas de salud de un importante número de economías europeas, la coautora del best seller Redefining Health Care, que escribió con el gurú del management, Michael Porter, destaca la importancia de enfocar el gasto en salud hacia la prevención, medir los resultados de la provisión de servicios de salud y cambiar la forma en que opera el sistema actualmente en el mundo entero para reducir los gastos innecesarios del mismo.
D — ¿Por qué es tan difícil optimizar la provisión de servicios de salud?
Tanto en la teoría como en la práctica se busca proveer un mejor servicio de salud a más personas. Para lograr ese objetivo se debe enfrentar una elección que por lo general presenta dos opciones: o se gasta más o se restringe más.
Sin embargo, existe una tercera opción, una mejor opción, que es mejorar el valor entregado por el sistema de salud, de tal forma que se pueda hacer más con el dinero que se tiene.
D — ¿Cómo funciona esto en la práctica?
No hay soluciones mágicas para los problemas de los sistemas de salud. Hay problemas estructurales, costos crecientes y gastos crecientes que deben frenarse.
Muchos países han comenzado por identificar los problemas estructurales de sus sistemas, hacer un balance de lo que tienen y de lo que no tienen en términos de resultados de los servicios que ofrecen, y examinar la estructura de competencia en sus mercados.
D — ¿Cuáles son los elementos clave que se deben mirar al hacer ese balance?
Si se quiere salir de la trampa de gastar más o restringir más, es necesario pensar en cómo se pueden hacer las cosas de manera diferente para que se agregue más valor al sistema. Hay varias cosas que la experiencia mundial muestra que realmente funcionan, así como cambios que se pueden hacer. Gran parte de los sistemas de salud están estructurados y organizados de formas que generan ineficiencias y se gasta mucho en lo que no se debería.
Una de las cosas que se debe hacer es crear una organización de prestación de servicios de salud estructurada de forma diferente. Buena parte del tiempo, las discusiones giran en torno a los pagos y a la creación de estructuras que al final resultan menos efectivas y son menos costo-eficientes. Lo primero que se debe hacer es reestructurar y reorganizar la prestación de los servicios de salud.
D — ¿Cuál es esa estructura que debería adoptarse?
La salud se debe estructurar en torno a las circunstancias que los pacientes enfrentan y no agruparla alrededor de especialidades médicas, que es la forma en la que por lo general se estructuran en el mundo entero. Esta es una de las partes esenciales.
Otra muy importante es hacer algo que se hace en muy pocos lugares: medir resultados. ¿Cómo se puede saber si se está gastando en las cosas correctas o en formas eficientes si no se están midiendo los resultados? Hay al menos dos problemas que ocurren cuando no se miden resultados: el primero, que los proveedores de salud comienzan a especificar y a restringir procedimientos, la única forma en que sienten que pueden tener el control; y, la otra, que no es posible saber en qué gastar si no se están midiendo resultados.
Cuando se miden resultados se puede destinar el dinero a las cosas que dan mejores resultados y se puede reducir un número importante de pérdidas porque se tiene mayor claridad acerca de lo que funciona y de lo que no. Cuando los pacientes no saben qué padecen o desconocen lo que necesitan, demandan más tratamientos, pero la gente no quiere más tratamientos, quiere más salud.
D — ¿Cómo se genera una competencia que beneficie al usuario?
Una de las cosas que se ve en los sistemas del mundo entero es la mala destinación de los recursos, que depende principalmente de quién paga por los servicios de salud. Si se miran los países de Europa, en ellos hay una gran variedad de sistemas y tipos de organizaciones: hay países donde la gran mayoría de servicios son privados y los individuos pagan por casi todo y, en el otro lado del espectro, hay países en los que el acceso es más socializado, en los que el gobierno paga por gran parte de los servicios de salud. En todos esos países hay problemas con la competencia que existe en salud, porque la competencia tiende a darse en las cosas equivocadas.
La competencia solo funciona bien cuando la gente está compitiendo en las cosas que crean y agregan valor para los pacientes y sus familias. Cuando la gente compite por reducir costos, cuando compite por ofrecer servicios a un menor precio o por tener una mayor participación de mercado, no agregan valor para los pacientes. Por el contrario, si los proveedores compiten por mejorar sus resultados se agrega valor para los pacientes; si se compite por reducir desperdicios en el sistema, eso agrega valor para los pacientes.
En trabajos que hemos realizado con Michael Porter demostramos la importancia de las circunstancias que los pacientes perciben. Si se mira un clúster de pacientes similares, por ciertas circunstancias que enfrentan, y se parte de la pregunta de cómo crear soluciones y mejorar el valor para ese clúster de pacientes, la respuesta es que dicha solución no es igual para una mujer embarazada o para un enfermo de diabetes. La forma en que se crea valor para esas condiciones diferentes varía y por eso en el sistema de salud la competencia se debe dar en un nivel en el que se cree valor para dichos pacientes.
D — ¿Cómo se lleva a la gente a competir creando valor en lugar de reduciendo costos?
Una de las cosas más poderosas que tienen los gobiernos para dirigir a la gente hacia una competencia que incremente el valor es requerir que se midan los resultados. Cuando se miden los resultados se pueden hacer comparaciones en diferentes cosas, pero muchos países y muchas organizaciones comienzan por medir beneficios mas no resultados. Cuando se miden procedimientos y conformidad por procedimientos, no necesariamente se incrementan los resultados.
Hay un sinnúmero de estudios, pero hay uno en particular sobre diabetes, realizado en Italia, que mide la conformidad por procedimientos y resultados en pacientes con diabetes. Los autores encuentran que la gente estaba más conforme con los tratamientos en el norte de Italia que en el sur, algo que era de esperar, pero lo interesante e inesperado es que los resultados por paciente eran mejor en el sur de Italia y no tan buenos en el norte. Esto muestra el punto de que la conformidad por los procedimientos y los resultados no son lo mismo. Se puede estar a gusto con el procedimiento sin tener buenos resultados. Por eso es importante medir resultados.
D — ¿Qué otros cambios de la estructura son importantes para la sostenibilidad del sistema?
Otro punto fundamental es proveer servicios de salud en las etapas tempranas de la enfermedad. Uno de los más grandes errores que se cometió en el sistema estadounidense, por ejemplo, fue el de proveer acceso universal a la salud únicamente en la sala de urgencias.
Con una estructura así, no era una sorpresa que Estados Unidos tuviera el costo per cápita en servicios de salud más alto del mundo. La causa es que con esa medida la gente solo tiene acceso a la salud cuando la enfermedad está muy avanzada o cuando es una situación de emergencia. Estas son las situaciones más costosas de cubrir y donde se tiene la menor tasa de éxito. Esto hace menos eficiente y menos efectivo el servicio de salud.
Todos los países que proveen acceso universal a servicios de salud en etapa temprana tienen un costo per cápita inferior al de Estados Unidos.
Otra de las instancias en las que se gasta mucho dinero innecesariamente es cuando existe una mala coordinación de la salud. La falta de coordinación, por ejemplo en el embarazo, hace que se pierda continuidad en el tratamiento o en el seguimiento y así se está perdiendo dinero. Además, esto lleva a que el paciente sienta que no necesita cuidarse y eso empeora el problema.
Los servicios de salud deben estar mejor coordinados. Aquí es donde la estructura del sistema juega en nuestra contra, pues en muchos países no se puede hablar de servicios de salud pensados hacia las facilidades en lugar de hacia los pacientes.
Es difícil imaginarse estructuras que sean pensadas alrededor de las circunstancias médicas de los pacientes. Ese tipo de estructuras permitirían medir resultados más fácilmente, entregar salud eficiente más fácilmente y malgastar menos. En un embarazo, por ejemplo, muchas cosas se hacen repetidamente, muchas cosas se pierden, muchas comunicaciones nunca suceden y todo esto eleva los costos. Si se tienen equipos organizados alrededor de circunstancias de los pacientes, se pueden tener medidas de esos equipos, se pueden medir sus resultados y se pueden mejorar tanto la eficiencia como los resultados.
Tomado de: https://www.dinero.com/edicion-impresa/entrevista/elizabeth-teisberg_75136.aspx