Fuente : www.larepublica.com.co
De acuerdo con las cifras reportadas el pasado lunes por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, la desocupación en Colombia se redujo en 0,2 puntos porcentuales frente a 2009, cuando se ubicó en 12%; la cifra en diciembre fue de 11,1%, una disminución de 0,2%, frente a igual periodo de 2009, fecha en la que alcanzó 11,3%. En pocas palabras y a los ojos del Gobierno Nacional las cosas en materia de empleo van bien y la meta de bajar esa tasa a un dígito no está muy lejos.
Pero si se revisa al detalle el informe del Dane se podrá observar que el número de desocupados en todo el país durante el año pasado subió a 2 millones 562 mil, un aumento de 49 mil colombianos, un 1,9% más alto que el último registro. Curiosamente, el número de ocupados creció en 4,3% al subir a 19 millones 215 mil, con un alza de 788 mil. Por su parte, la tasa de desempleo en diciembre del año inmediatamente anterior en las 13 principales ciudades fue de 12,4%, frente a 13% en igual periodo de 2009.
El mayor drama -que no puede seguir pasando desapercibido por el Gobierno Nacional- es el grave fenómeno del subempleo, es decir, la creciente informalidad, que está deteriorando gravemente la estructura económica del país y que no deja desarrollar la bancarización, la seguridad social y el propio bienestar de las familias.
Recién posesionada la actual administración, al unísono el nuevo Ejecutivo planteó que la situación laboral del país es lamentable pues las cifras son la prueba de que se necesitan prender las locomotoras con las que se busca impulsar la economía. Y se habló, de manera enfática, de echar a andar el proyecto de primer empleo y formalización.
Está claro que bajar el fenómeno del subempleo es más difícil que reducir el desempleo, pues el asunto de la objetividad y subjetividad del subempleo marcan las políticas. No es lo mismo seducir a un informal que está buscando superarse para que estudie, o sea un objetivo; que luchar con una gran población informal subjetiva a la que no le interesa ni formalizarse ni superar su condición.
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