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Una reforma que aumente los recaudos y mejore la eficiencia del sistema y una norma que les establezca topes a las vigencias futuras, son dos medidas que no puede aplazar el gobierno para sanear sus finanzas, dice ese centro de investigación.
El gobierno debe pensar en hacer una reforma tributaria estructural para aumentar los recaudos y mejorar su eficiencia y en imponer topes al régimen de vigencias futuras. Esto para compensar el efecto del aumento de inversión que propone el ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, en el presupuesto de este año.
Hasta ahora, como lo señaló Fedesarrollo en su último informe sobre las finanzas públicas, el gobierno recién posesionado ya dio pasos para adoptar dos recomendaciones del Comité Interinstitucional que preparó la propuesta de la Regla Fiscal: las de adoptar una Regla Fiscal y reformar el sistema de regalías.
Fedesarrollo destacó que el Gobierno se comprometió, con la implementación de una Regla Fiscal para asegurar la sostenibilidad fiscal, para permitir la aplicación de políticas anti cíclicas, esto es ahorrar en las épocas de bonanza y gastar más en las de crisis y para evitar que el potencial boom petrolero y minero afecte negativamente otras actividades económicas por la vía que se conoce como la enfermedad holandesa.
La propuesta de la Regla Fiscal debería tener un efecto de mediano plazo en la reducción del déficit fiscal primario (es decir sin pago de intereses de deuda), que el Comité Interinstitucional había estimado en 0,6 puntos porcentuales del PIB en el año 2011 y en 3,4% en total durante la próxima década. El ahorro provendría en 1,2% del ahorro de excedentes petroleros, 0,8% de mayores recaudos por aceleración del crecimiento económico y 1,4% por la reducción de gastos o aumentos adicionales de recaudos tributarios.
No obstante, como el nuevo gobierno decidió aumentar el presupuesto de inversión en 0,4% del PIB, “el ajuste posterior en gastos o nuevos recaudos tendría que ser de por lo menos 1,8% del PIB”, señaló Fedesarrollo. Por eso es necesario adelantar las reformas complementarias que propusiera el Comité Interinstitucional: la reforma tributaria y el límite a las vigencias futuras.
El gobierno saliente presentó el pasado 20 de julio ante el Congreso de la República el Presupuesto General de la Nación para el año 2011 por un monto de $147,3 billones, el cual es consistente con un balance primario para el Gobierno Nacional Central de –0,7% del PIB para el próximo año. No obstante, el ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverri, anunció que aumentarán los gastos de inversión del Gobierno Nacional Central de tal forma que su balance primario sería de -1,1% del PIB. Con todo, la reforma tributaria estructural no está todavía en la agenda de ese despacho.