Fuente : www.elnuevosiglo.com.co
La iniciativa implementada por el Gobierno no convence al sector productivo, que teme una avalancha de productos desde China.
La reforma de aranceles implementada por el Gobierno Nacional para ayudar a los exportadores ante la fuerte caída del dólar, afectará seriamente la generación de empleo en la industria nacional, a la vez que fomentará la competencia desleal de productos de países como la China.
Así lo advirtieron ayer empresarios de sectores como metalmecánica, siderúrgico, plásticos, calzado, cuero, textiles y del papel, entre otros.
Por el contrario, el Gobierno considera que la reforma de aranceles generará 150 mil empleos y un aumento en el crecimiento de 0,22 por ciento.
Los industriales señalaron que el Decreto 4.114 emitido por el Gobierno el pasado 5 de noviembre y que reduce el arancel a más de 4 mil partidas en el país, traerá consigo una pérdida masiva de empleos en el sector industrial y un proceso de desindustrialización que cambiará la vocación de la industria colombiana hacia la comercialización de productos importados.
Aunque las conversaciones iniciales sobre la medida informaban que ésta buscaba abaratar importaciones de maquinaria y materias primas que no se producen en Colombia, el Decreto incluyó en su decisión productos nacionales, lo cual afectará gravemente la producción industrial colombiana.
Entre el grupo de industrias que denuncian esta situación están empresas como Curtiembres Itagüí y Búfalo, Acasa, Diaco, Holasa, Paz del Río, Corpacero, Coservicios, Emcocables, Acesco, Tubos del Caribe, Industrias Ceno, Sidenal, Proalco, Melco de Colombia, Perfilamos del Cauca, Andina de Herramientas, Consorcio Metalúrgico Nacional (Colmena), Sidoc, Metaza, Alambres y Mallas S.A. y Calzado Modapiel.
Expresan los inversionistas que “las medidas anunciadas por el Gobierno van a traer consigo una considerable pérdida de empleos en sectores como el de plásticos, el siderúrgico, el metalmecánico y otros más, que es lo contrario de lo que el presidente Juan Manuel Santos buscaba con la medida inicial”.
Señalan que “mientras todos los países del mundo están en el tema de defender sus empleos cuidando de no entregar sus industrias indefensas ante el ataque exterior, particularmente de la China, el Ministerio de Industria y Comercio Exterior no debería estar recorriendo el camino contrario”.
En su afán por no dejar que estas medidas impacten en el corto plazo, los empresarios le han pedido al Gobierno que excluya a aquellas empresas que representan a la industria nacional, generan empleo y son símbolo de la capacidad de producción colombiana.
En una comunicación enviada a los medios de información, advirtieron que, de seguir por este camino, las empresas nacionales perderán su vocación industrial y exportadora y terminarían como comercializadoras de productos de industrias de otros países.
Adicionalmente, los industriales señalaron la dificultad en la que están decenas de empresas que estaban iniciando grandes procesos de inversión y que, ante esta decisión, se encuentran revisando sus planes de expansión. Los industriales invitaron al Gobierno a llevar a cabo un diálogo sobre política industrial y a suspender los efectos nocivos de la medida.
Por su parte, Fedesarrollo sostiene que la aplicación escalonada del arancel de acuerdo con la elaboración del producto, cobija la mayor parte de las partidas arancelarias y fue el único afectado por la reforma del 5 de noviembre.
Antes de los recientes cambios se contemplaban 5 tarifas, en un rango de 0 por ciento a 20 por ciento, dando tratamiento especial a la importación de ciertos bienes como el automotor y de autopartes y algunos sub-sectores agropecuarios.
El segundo esquema consiste en las franjas de precios; adicional al arancel base, para un grupo de productos agrícolas rige un arancel variable. Como resultado de la franja de precios, el arancel efectivo sobre algunos bienes es excesivamente alto.
Por ejemplo, la importación de trozos de pollo en octubre de este año se gravó con un arancel de 110 por ciento. Si bien el propósito principal de un arancel es proteger o estimular la producción nacional, en la práctica la estructura arancelaria proteccionista colombiana ha tenido en gran medida un efecto contrario al deseado. El elevado nivel de los aranceles encarece los insumos importados utilizados en medida importante por el mismo sector agrícola, reduciendo la competitividad de la actividad y desincentivando la exportación de productos en los que el país probablemente tiene ventajas competitivas.
Con la reforma, el arancel promedio bajó de 12,2 por ciento a 8,25 por ciento. Con la reforma se infiere un cambio en la política, que ahora busca dar más peso al destino económico de la importación que al grado de elaboración del producto. Se redujeron los aranceles para bienes de consumo de 20 a 15 por ciento y de materias primas, bienes intermedios y de capital de un promedio de 10 a 5 por ciento.