Fuente : www.larepublica.com.co
Se trata del acto legislativo que reforma el régimen de regalías; la formalización y el primer empleo, y un profundo análisis sobre el crecimiento en el segundo trimestre de 2010, que tituló: “¿optimismo sobredimensionado?”.
Sobre el primer punto el centro de estudio e investigación económica plantea sin equívocos que “el esquema de regalías definido en la Constitución de 1991 ha sido inequitativo, no ha producido mejoras significativas en las condiciones de vida de los habitantes de las zonas beneficiadas y en su operación se han identificado diversas irregularidades”. Y apunta claramente a decir que el principal objetivo del proyecto de Acto es garantizar un manejo eficiente de los recursos provenientes del sector minero-energético, los cuales se prevé crecerán de manera importante en los próximos 10 años, en tres dimensiones: estabilidad macroeconómica; equidad en la distribución, entre regiones y generaciones e inversión de los recursos en función de las prioridades de desarrollo del país.
Creemos de la misma manera que las regalías deben beneficiar no sólo a las regiones productoras y portuarias sino a todos los colombianos y que para ello se debe entender bien el funcionamiento de varios fondos.
Pero también alerta en que si bien Colombia muestra un rezago importante en materia de innovación tecnológica, fijar explícitamente en la Constitución un porcentaje del 10 por ciento del gasto de regalías va a introducir más inflexibilidades a la política fiscal. Es importante que el Ejecutivo y el Legislativo analicen la viabilidad de que este proyecto este vinculado con el de ordenamiento territorial, para sincronizar que las regiones pensadas por Hacienda para las regalías, sean las mismas u otras de las que ha imaginado el Interior para el ordenamiento. Frente al tema del desempleo y la informalidad es valioso resaltar lo que dice Fedesarrollo, que son fenómenos estructurales y que afecta a los jóvenes y que para ello hay que revisar las normas que rigen la fijación del salario mínimo; reducir los gravámenes al trabajo formal y establecer cláusulas de salida y reingreso para los programas asistenciales que se ofrecen a los más pobres, de manera de generar estímulos a entrar en la formalidad.
Pero también es clave preocuparse por el trabajo de los mayores de 50 años que no han logrado ahorrar para una pensión mínima.
Frente al crecimiento en el segundo trimestre: ¿optimismo sobredimensionado? Es clave mirar que si bien se esperaba una expansión del PIB de 5,4 por ciento, las cifras no fueron tan buenas y que debemos concentrarnos en que la fortaleza de la recuperación se podría estar sobredimensionando dado que no hay motivos para pensar que el crecimiento vaya a ser superior al observado durante los dos primeros trimestres. Hay que tomar la cosas con calma.
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