Fuente: www. portafolio.com.co

Según la firma consultora Ernst & Young, la forma en que los empresarios planeen estas tendencias durante la próxima década determinará cuáles serán las compañías del mercado que liderarán el mañana.

El crecimiento de los mercados emergentes, la tecnología, el tema ecológico y los efectos que dejó la reciente crisis finciera global son algunas de las que hay que tener en cuenta en el corto plazo.

1) Aumento de los mercados emergentes y de su influencia


El siglo XXI estará marcado por el dominio de los mercados emergentes. Aunque ya son una fuerza tangible, en los próximos años estos se convertirán en competidores pares con los mercados desarrollados y tendrán mayor poder económico y político.

Mientras el comercio y la inversión se producen en tal contexto, nuevos mercados emergentes florecerán. Una combinación explosiva de poblaciones urbanas grandes, jóvenes y cada vez más cualificadas, con mejores niveles de ingresos (como en Indonesia) y recursos naturales (como en Nigeria), impulsará a los nuevos mercados. Los números lo dicen todo: se espera que los mercados emergentes crezcan 5,1 por ciento en 2010, comparado con sólo 1,3 por ciento para los mercados desarrollados. Este poder económico es impulsado por las empresas chinas e indias, así como los fondos de riqueza soberana del Medio Oriente.

2) Eficiencia de recursos y cambio climático


En un mercado global, el ‘verde’ puede convertirse fácilmente en el nuevo lenguaje. A nivel mundial, el ritmo de la legislación e iniciativas políticas enfocadas en problemas ecológicos aumenta claramente. Entre julio de 2008 y febrero de 2009, por ejemplo, 250 regulaciones de cambio climático fueron promulgadas en el mundo.

Por otro lado, los gobiernos, tanto emergentes como desarrollados, aceleraron la implementación de políticas que apoyan las tecnologías limpias (cleantech). Sin duda, las normas obligatorias sobre el consumo eficiente de energía, los biocombustibles, las emisiones de vehículos y la etiqueta ecológica, tendrán un efecto mayor que en años anteriores. Las empresas líderes reconocen que los esfuerzos de sostenibilidad no sólo hacen parte de una buena ciudadanía, sino que, por el contrario, son conductores críticos de la ventaja competitiva.

En sus intentos por disminuir la dependencia de combustibles fósiles y minimizar el daño ambiental, las empresas están revisando sus cadenas de suministro, reduciendo las emisiones de carbono y desarrollando productos verdes.

3) La transformación del panorama financiero


La tormenta que atacó a la industria financiera los últimos dos años terminó, pero su legado será una mayor regulación y reestructuración del sector. La poca disponibilidad de capital cambiará el énfasis del capital privado y aumentará el costo del endeudamiento para las compañías.

Actualmente, los gobiernos poseen importantes inversiones en una serie de entidades de servicios financieros y, aunque las salidas podrían verse a largo plazo, es poco probable que se reflejen en los próximos años. El consenso es que los legisladores en EE. UU. y Europa se reunirán en torno a una propuesta de “testamento vital” institucional.

Esto requiere que las grandes entidades elaboren planes para su propia disolución en caso de dificultades. El mundo de la postcrisis impondrá mayores exigencias de información normativa, requisitos de capital más estrictos y estructuras tributarias cambiantes en las instituciones financieras, incluyendo operaciones no bancarias, tales como las firmas de capital privado y fondos de cobertura.

250 regulaciones de cambio climático fueron promulgadas en el mundo, entre julio de 2008 y febrero de 2009.

4) Intervención de los gobiernos


El colapso financiero mundial ha traído un debate de larga data: ¿hasta qué punto deben intervenir los gobiernos en el sector privado? Claramente, la teoría del ‘mercado eficiente’ los mercados poco regulados siempre toman decisiones correctas y los gobiernos deben permanecer al margen- se ha visto empañada. Sin embargo, eso no significa que el sector público se haya convertido en el villano, sino que su relación con la industria privada continuará siendo estrecha, pero con mayores variaciones y llena de matices.

En las economías desarrolladas, las medidas fiscales y monetarias extraordinarias adoptadas en los últimos 18 meses fueron diseñadas específicamente para reparar el sistema financiero, y la intención de los gobiernos ha sido la de volver a las operaciones básicas de libre mercado tan pronto como sea posible.

En los países desarrollados, estas medidas extraordinarias (gasto fiscal masivo, tasas de interés cercanas a cero, planes de estímulos) podrían tener consecuencias negativas a largo plazo (como enorme déficit presupuestario en algunos países). Mientras comienza la recuperación económica, se agita el debate sobre la naturaleza y el tiempo de salida de estas medidas de emergencia por parte del Gobierno. Una salida prematura podría estancar o descarrilar la recuperación, y su uso prolongado podría conducir a la inflación y a otra burbuja de activos.

5) Una nueva ola de innovación tecnológica


El mundo espera una siguiente ola de tecnología digital, que no sólo produzca mayor dinamismo en los negocios y consumidores, sino que genere más oportunidades de inclusión e igualdad. En la economía de información, la toma de decisiones exacta dependerá del acceso instantáneo a datos relevantes, y la tecnología avanzada está haciendo que sea posible rápidamente.

Las herramientas de análisis sofisticadas, el aumento de la conectividad y las nuevas plataformas digitales, darán oportunidades sin precedentes a las empresas para que impulsen sus ventajas competitivas.

Los mercados emergentes empezarán a dominar este sector, dejando atrás las tecnologías legadas y obteniendo una ventaja en innovación en este sector. Al tiempo, las empresas en todo el mundo tendrán más libertad en la elección y uso de la tecnología, con la posibilidad de tercerizar más sus necesidades en este campo y comprar servicios de TI, según sea necesario.

6) Fomentar una fuerza de trabajo global en tiempos dinámicos


Sin duda, una fuerza de trabajo global y diversa ofrece a empresarios el acceso a una amplia gama de talento, conocimiento y experiencia. Al mismo tiempo, tal fuerza plantea desafíos únicos, incluyendo importantes cambios demográficos y geográficos. Por otro lado, la recesión económica ha creado algo aún más difícil: problemas sociales urgentes a los que cada compañía debe ofrecer respuestas a corto plazo.

Uno de los mayores dilemas para las empresas es cómo manejar una crisis creciente en planes de jubilación que han estado bajo presión en países de tendencias demográficas y económicas a largo plazo -como el envejecimiento de la población y la contracción de los mercados laborales.

La desaceleración económica ha empeorado las presiones sobre los tres pilares de los sistemas de pensión: planes de seguridad social patrocinados por el Gobierno, planes apoyados por empleadores y apoyo familiar, y de ahorros personales.

Esto puede retrasar la jubilación de muchos trabajadores, sobrecargando los mercados laborales ya restringidos. La investigación en el último año ha mostrado que los empleados mayores intentan permanecer en la fuerza laboral más de lo previsto.

Tomado de: https://www.portafolio.com.co/negocios/administracion/seis-tendencias-que-afectaran-al-sector-empresarial_8126500-3