Fuente: www.portafolio.com.co
Los analistas consideran que el plan contra la desocupación está bien encaminado, pero se deben reformar otros frentes que dificultan la generación de empleo.
El desempleo nacional para toda la población trabajadora en el segundo trimestre del año fue 12 por ciento; en los menores de 26 años llegó a 22,2 por ciento, casi el doble.
El desempleo juvenil, según cifras del Dane para el mismo trimestre, se ensaña en las mujeres: 28,3 por ciento, frente a 18 por ciento de los hombres.
Históricamente, esa ha sido la relación, de la misma manera que, como dijo el ministro de la Protección Social, Mauricio Santa María, la falta de puestos de trabajo formales ha afectado particularmente a la población de bajos ingresos y a los jóvenes.
La informalidad laboral (ausencia de afiliación de los trabajadores a la seguridad social) se mantiene desde hace varios años por encima de 56 por ciento.
Los expertos independientes y del Gobierno coinciden en que el problema del mercado laboral colombiano (altos desempleo, subempleo e informalidad) es el mayor reto que enfrentan el país y requiere soluciones urgentes. La administración del presidente Juan Manuel Santos le apuesta a superar ese reto con un proyecto de Ley, ya radicado en el Congreso, que busca estimular la contratación de los menores de 25 años (primer empleo) mediante incentivos tributarios a las empresas que los enganchen y fomento de la formalidad, también mediante gabelas impositivas.
"Hay consenso en que el problema del mercado laboral es tan serio que no se pueden tomar medidas parciales", advierte la ex senadora liberal Cecilia López, refiriéndose a la iniciativa y a los dos puntos que contiene: primer empleo y formalización.
En otras palabras, no se puede hablar de uno de ellos sin abordar, obligatoriamente, al otro; pero aún así, falta incluir reformas en otros frentes para que se le apunte a una solución verdadera y permanente a la crisis del mercado de trabajo colombiano.
"Lo que estábamos esperando los economistas es que nuestros colegas (en el Gobierno), que son muy brillantes y que conocen el tema, salieran con una propuesta mucho más coherente y mucho más sólida", reclama Cecilia López.
Como si fuera a anticiparse a ese tipo de reparos, el proyecto reza que para generar puestos de trabajo se requiere una estrategia en múltiples frentes, porque el empleo es, en gran parte, el resultado de una economía fuerte y dinámica.
En consecuencia, el Gobierno se propone concentrar esfuerzos en cinco sectores (locomotoras) que impulsarán las actividades altamente generadores de empleo.
La propuesta oficial en un tema tan sensible, como era de esperarse, ha generado todo tipo de reacciones en los centros de investigación, académicos, empresarios -particularmente de los micro, pequeños y medianos, que parecen ser los destinatarios principales de esa iniciativa- y, por supuesto, los trabajadores.
Las primeras dudas que genera la ley
Para Cecilia López, la propuesta del primer empleo va a llevar a que los empresarios prefieran a los más jóvenes, que van a desplazar a los mayores de 25 años y esto será imposible de controlar.
Además de tildar el proyecto de demagógico, "para darle gusto al Partido Liberal", retomó un argumento que soltó Armando Montenegro: como el descuento de los parafiscales para estimular la formalidad es temporal, la gente, que no es boba, sabe que si el negocio no funciona a los dos años, vuelve a la informalidad.
El director del Observatorio del Mercado de Trabajo de la Universidad Externado, Stefano Farné, señala que estos programas de primer empleo están de moda en América Latina, cuya característica fundamental es financiar parte del costo de contratación de los jóvenes.
La experiencia dice que han funcionado poco, en parte, por el escaso conocimiento de los programas, "pero debe haber una razón más profunda", comenta Farné, a quien le sorprende que ahora, sabiendo que en otros lados no ha funcionado, "Colombia lo quiere implementar".
Ante los temores de que se reemplacen trabajadores 'veteranos' por menores de 25 años, dice que podría controlarse a través del Pila.
El proyecto, según el presidente de Acopi, Félix Antonio Niño, está bien encaminado, pero no es suficiente, aunque hace la salvedad de que es de las primeras iniciativas del Gobierno y está seguro de que se va a redondear una política pública que pueda estimular adecuadamente la generación de primeros y segundos empleos y la formalidad.
No obstante, enfatiza en que, en últimas, la demanda es el mejor estímulo para dinamizar la producción, y le da la bienvenida a la iniciativa comentada porque facilita la reactivación productiva, aunque le gustaría que se aliviara más la carga tributaria empresarial. William Millán, de la cúpula de la Confederación General del Trabajo (CGT), manifestó que la exoneración temporal al pago de parafiscales y de dos puntos de aportes a salud y pensiones no genera empleo, porque lo que hace es reducir costos de producción, pues la creación de puestos de trabajo va de la mano del crecimiento de la producción y la demanda.
Resultados precarios en otros países
Según Stefano Farné programas de primer empleo, o por lo menos así llamados, funcionan, con resultados muy por debajo de los esperados, en diferentes países de América Latina: Paraguay, desde 1982; Panamá, desde el 2002; Chile, desde el 2009; México, desde el 2007 (se previó favorecer a 300.000 jóvenes y apenas llegó a 3.000. Es el más parecido al colombiano.
Brasil, comenzó en el 2003 y terminó en el 2007; en Bolivia y Honduras son programas más de capacitación del tipo Jóvenes en Acción de Colombia.
Perú y Ecuador los quieren implementar.
Gabelas para los empresarios
Los estímulos a los empresarios por vincular a menores de 25 años de edad serán, según el proyecto, a partir del momento en que se apruebe como ley:
* Descuento del impuesto de renta de los aportes parafiscales y algo más de dos puntos de aportes a salud y pensiones (en total alrededor de 11,5 puntos) por el enganche de trabajadores menores de 25 años, que no reemplacen a trabajadores mayores de esta edad.
* Para aplicar ese descuento, los empleadores tendrán que aumentar el número de empleados respecto a los que cotizaban el 30 de junio del 2010 y aumentar el valor total de la nómina teniendo como referencia la fecha anterior.
JORGE CORREA C. REDACCIÓN DE ECONOMÍA Y NEGOCIOS