Fuente: www.portafolio.com.co
La revaluación, el desestímulo de la industria nacional que manipula el mercadeo, son algunas razones para que crezcan.
Las importaciones colombianas de alimentos de consumo humano y para la agroindustria siguieron sin parar durante el primer semestre de este año.
Así lo reportó la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas (Fenalce), que tiene en cuenta los reportes de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian).
Las únicas materias primas en las que se nota una merma son maíz blanco, el garbanzo y el fríjol; de resto, en 9 productos más se reportan incrementos que van desde el 10 hasta el 62 por ciento.
En general, las explicaciones para que esto se presente son varias:
Revaluación y mercadeo
En primer lugar está la tasa de cambio, la cual hace que las importaciones de todo tipo de productos, incluyendo alimentos, sean más baratas. Sin embargo, debe reconocerse que el tema de la revaluación de las monedas locales -frente al dólar estadounidense- es un tema mundial.
No obstante, Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) reconoció que estas importaciones van en contra del desarrollo de las empresas del sector agropecuario y del empleo formal en el sector rural. “La revaluación no puede solucionarse como lo pretende el Gobierno, quitando los aranceles; esto sólo traerá más desempleo en el campo”, dijo Mejía.
Por su parte, el gerente de la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas (Fenalce), Henry Vanegas, destacó que los incrementos de las importaciones se deben al desestímulo que tiene el productor colombiano frente al la posición dominante de la industria en cuanto a la comercializacion.
“Hay que rogarles para que nos compren, mientras que fijan los precios de compra a su antojo”, destacó el dirigente gremial.
Manipulación de precios
Acerca del tema, destacó que, por ejemplo, el precio de compra del trigo en Colombia, por tonelada, es de 650.000 pesos, el mismo desde hace dos años, mientras que las cadenas comerciales del cereal lo pagan a 800.000 pesos.
“Ahora, si los precios internacionales suben, aquí no pasa nada y siguen pagando de acuerdo con sus criterios; esto, definitivamente, no hace crecer las áreas, la producción o la productividad”, destacó el dirigente gremial.
Por último, el vocero de Fenalce destacó que, además del precio, las manipulaciones del mercado terminan por deprimir la economía agraria, pues los agricultores terminan por entregar sus cosechas a los intermediarios que tienen la infraestructura (silos) necesaria para mantener en buen estado los productos.
Además, pidió del Gobierno Nacional que trace una política de seguridad alimentaria apoyando la producción local de todos los productos que incrementaron sus importaciones durante el primer semestre.
Hay sorgo y maíz represados en Tolima y Córdoba
Como evidencia real de la manipulación que ejerce la agroindustria frente a la producción cerealera del país, Fenalce denunció que hay 20.000 toneladas de maíz represadas en el departamento de Córdoba.
Por esto, los agricultores le pidieron a la agroindustria la compra inmediata del cereal.
“Hasta el momento la industria no ha honrado su compromiso de comprar el producto nacional y que ello tiene angustiadas a miles de familias cordobesas que viven de las cosechas semestrales”, dijo el gerente de Fenalce.
Además, afirmó que aunque existe la obligación de que la industria nacional absorba el 30 por ciento de la producción de maíz a esta altura del año sólo ha comprado 11 por ciento, lo que ha provocado el represamiento del cereal en las bodegas y secadoras de los gremios de la región.
Los productores de Córdoba indicaron que la baja demanda del producto por parte de la industria provocará una baja en las áreas cultivadas que hoy están en 14.000 hectáreas.
Este hecho puede afectar el futuro de unas 28.000 familias cordobesas que dependen del cultivo del maíz en la zona. Una situación similar se está viviendo en el departamento del Tolima con 3.000 toneladas de sorgo que no tienen mercado.