Fuente : www.larepublica.com.co
Sin embargo, cuando la crisis global toca las entrañas de las compañías, sin importar si es grande o pequeña, comienzan a salir los posibles culpables.
Ernst & Young vio en este tema la posibilidad de profundizar y realizó, la semana pasada, el seminario CEO+junta directiva: el trabajo conjunto es la clave para lograr el éxito.
"¿Qué está fallando?, ¿cómo podríamos hacer las cosas mejor o diferente?", se pregunta Mariana Rodríguez, especialista del sector financiero y ponente del encuentro que reunió a 18 altos ejecutivos de empresas del país, quienes manifestaron su interés en hacer que esa llave entre la junta y el gerente se cada vez más efectiva.
Otras de las razones que motivaron su presencia y que fueron cuantificadas, fueron: en el 19% de los casos, entender los verdaderos roles de las juntas; en otro 19% aprender a fortalecerlas; el 13% llegó con el objetivo de conocer los temas que más preocupan en estos grupos; y el 31% votó por la opción "todas las anteriores".
Según Rodríguez, "son muchas las horas invertidas en una junta, por lo que hay que aprovechar al máximo los espacios que se generan". Por eso agregó que, aunque el tiempo de duración y la periodicidad de las reuniones son relativas de acuerdo a cada empresa y cada sector de la industria, aseguró que es uno de los puntos más importantes por corregir.
Según ella, no importa si las reuniones son bimestrales, trimestrales o semestrales, con tal de que el tiempo invertido sea proporcional al tamaño de la industria, de la empresa y del movimiento que ésta tenga.
Otro tema que, si bien es relativo muestra una inclinación por parte de los directivos, es el número de integrantes que debe tener una junta. Aunque todos coinciden en que el número depende de la organización, también están de acuerdo en que la cifra debe ser impar debido a que, de esta forma, las decisiones no dejan espacio para la polémica ni para la igualdad al momento de apostar por la democracia para tomar una decisión importante.
De los asistentes, el 47% votaron por cinco miembros, el 29% por tres, el 24% por siete o más, mientras que ninguno de los ejecutivos le dio su aprobación al cuatro o a algún otro número par.
Según Rodríguez, lo normal en empresas pequeñas es que el número oscile entre cinco y nueve y que en las grandes no pase de 15. Respecto a las de gran tamaño, habló sobre la necesidad de que las juntas trabajen por comités para garantizar un orden.
¿Un requisito legal?
Según Jorge Piñero, socio director de Fids y moderador del seminario, comentó que muchas compañías ven en las juntas una obligación. Agregó que razones como que en Colombia es un requerimiento legal del código del comercio, en muchas ocasiones significan el fracaso de las compañías debido a la mala relación que existe entre una junta que no mira en la misma dirección que el CEO.
Un tema clave en el que coincidieron Piñero y Rodríguez fue en que todas las juntas deben tener integrantes independientes, que puedan analizar con objetividad los asuntos de la empresa y de esta forma llegar a fraudes que serían imposibles de detectar si quien rinde las cuentas es el mismo eventual ladrón de la organización.
Por eso, otro punto clave para que esa relación gerente-junta sea exitosa, según ellos, es incluir varios perfiles dentro de los miembros. De los 18 asistentes al seminario, ninguno llevaría a alguien de ventas y mercadeo, mientras que el 53% incluiría, entre los integrantes, a alguien que piense en las estrategias de negocios. Lo más común, señaló la argentina, es que asista alguien con conocimiento en el sector financiero y contable.
"Ojo con el líder negativo"
El peruano Héctor Cateriano, quien cuenta con nueve años de experiencia en Seaf, tocó un tema que, probablemente, esté en la mayoría de las compañías y que pocas veces encuentra una solución.
El empresario habló de esos miembros con poder que no son acertados en sus comentarios y que poco o nada aceptan que la retroalimentación siempre es positiva. Cateriano apuntó que es tarea del gerente reunirse a solas con este personaje y persuadirlo sobre la energía negativa que está llevando a las reuniones. "El gerente debe tener una relación uno a uno con todos los miembros de la junta", agregó.
Dijo, además, que entre quienes no se atreven a hablarle a esta persona debe haber reuniones periódicas con el CEO. De esta forma, los comentarios malintencionados no dañarán el ambiente de la compañía y el gerente puede enrutar esta información en beneficio del negocio y del clima organizacional.
"Una deuda pendiente en las empresas"
Las seis mujeres de los 18 asistentes presentes en el seminario dieron pie para que estos tres extranjeros, Jorge Piñero y Mariana Rodríguez, de Argentina; y Héctor Cateriano, de Perú, aplaudieran la relativa alta presencia de mujeres en las juntas directivas de Colombia, en comparación con otros países.
Según Rodríguez, una de las razones de que las mujeres no tengan la misma posición de los hombres en las gerencias y en las juntas directivas es que "no nos hacemos sentir lo suficiente, nos falta más coraje. Tenemos que hacernos sentir y ser desafiantes en los niveles altos de las empresas. Tenemos que hacer más esfuerzos en buscar ese posicionamiento". Sobre el tema, Cateriano aceptó que es una deuda pendiente que existe en la sociedad y en los altos directivos, y aplaudió que Colombia sea uno de los países que más oportunidades les dan a las mujeres en altos cargos.
Aparte del tema de géneros, todos concluyeron que, sin importar el número de miembros y la compañía, no se puede distinguir en el tamaño de la industria para aceptar que "una junta es como un mejor amigo".
Las opiniones
Ramiro Sánchez
Gerente de Biomax
"Permanentemente se tiene que revisar la relación entre el CEO y la junta directiva, pues de eso depende lo correcta que sea la toma de decisiones importantes para la empresa".
Jorge Piñero
Director de Fids
"Hay opiniones muy dispares en cuanto a las labores de las juntas directivas. Es un llamado a la reflexión sobre qué es una junta y cómo se debe trabajar en equipo".
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