Fuente: www.elpais.com.co
La discusión acerca del incremento del salario mínimo para 2011 empezó a calentar motores. El Presidente de la Andi, Luis Carlos Villegas, afirmó que un aumento por encima de la inflación significará para el país la pérdida de empleos y un impacto negativo en el sector productivo.
Anticipándose a lo que sucederá en un par de semanas, cuando inicie la negociación con las centrales obreras, el directivo aseguró que este año tomar una decisión será más complicado que nunca, teniendo en cuenta que la industria ha tenido que asumir los costos de la revaluación del peso y que este mismo fenómeno ha llevado a que hoy los colombianos tengan un mejor nivel adquisitivo.
“Veo un gran problema para la discusión de este año y para la competitividad, inclusive aumentar el salario a nivel de inflación ya atenta contra la generación de puestos de trabajo”, afirmó el directivo en el seminario macroeconómico de Anif y Fedesarrollo realizado ayer en Cali.
Según cifras de la Andi, el salario mínimo en Colombia está en US$421 ($777.000 de hoy), incluyendo prestaciones sociales, lo que lo pone por encima de lo que se gana en Perú, Venezuela, Bolivia y México. “En este último decidieron tener menor desempleo con un menor salario. Acá hay más desempleo, con mejor nivel adquisitivo”, dijo.
Para Sergio Clavijo, presidente de la Anif, es prematuro adelantar la discusión sobre el salario mínimo, pero considera que para fijarlo hay que mirar la productividad laboral, el poder adquisitivo y la inflación.
A su juicio, el problema del país no es el nivel del salario, sino los parafiscales que duplican el valor de la compensación. “De los US$421, la mitad son parafiscales y con ese valor es difícil que Colombia crezca en exportaciones no tradicionales, pues la mano de obra es costosa”, afirmó.
Para empresarios como Darío Colmenares, gerente de Sucromiles, plantear un mínimo por encima de la inflación sería muy complicado para la industria, teniendo una revaluación tan alta, pues los costos cuando se pasan a dólares hacen que se pierda competitividad.
“En el caso de nuestra compañía tomamos la inflación causada y la proyectada y con esos parámetros fijamos el aumento y se toma el mayor valor que se presente”, dijo.
Asimismo, Rómulo Marín, gerente de Calzado Rómulo, aseguró que si el país le garantizara a los empresarios una reducción importante en costos, por ejemplo, en el precio de los combustibles, no se dudaría en apoyar un incremento del salario por encima del crecimiento de la inflación.
Pero en las condiciones actuales le resulta difícil al empresario afrontar nuevas cargas laborales con un incremento del salario que esté por encima de esa meta. “Quisiéramos hacer un reajuste alto, pero no es posible, hay que bajar costos para que haya productividad”, dijo.