Lagarde corroboró, en su visita de dos días al país, el buen momento que su institución viene percibiendo de Colombia, pero advirtió que un exceso de confianza puede llevar a la complacencia.
Por eso, considera que el país debe seguir haciendo la tarea, que se resume en defender el equilibrio fiscal y la armonía entre las políticas monetaria y fiscal.
La funcionaria se refirió a los riesgos que vienen del exterior, el hecho de que Estados Unidos logre un acuerdo ante el 'abismo fiscal' y que Europa avance en las reformas con las que se está enfrentando la crisis. En cambio, no ve riesgos en China, donde, a su parecer, no habrá el temido aterrizaje forzoso.
Al término de su visita, Lagarde habló con Portafolio.
¿Qué percepción le deja su encuentro con las autoridades económicas colombianas?
Tuve reuniones con el presidente Juan Manuel Santos, con el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, y con el gerente del Banco de la República, José Darío Uribe. Una cosa es hablar del país leyendo un informe o los gráficos, las tendencias y las cifras de un país, pero es mucho más convincente cuando uno tiene la oportunidad de discutir y debatir las políticas con las autoridades. Entonces, es una combinación de las dos cosas, las cifras fuertes y contundentes, y ver las políticas claras y predecibles tanto en términos de la política monetaria y macroeconómica, las cuales me convencen de que el país está muy estable, y creo que las reformas en curso también son muy promisorias.
¿Qué preocupación le expresó tanto al presidente Santos como al ministro Cárdenas respecto de la situación internacional y sobre lo que usted ha visto en la economía colombiana?
Los riesgos latentes son la resolución del 'abismo fiscal' en Estados Unidos y el efecto que esto puede tener en países geográficamente cercanos y, segundo, un deterioro de la situación en Europa. Diría que estas son las principales posibles amenazas que tenemos en el horizonte. No creo en un aterrizaje fuerte de la economía china como amenaza. Volviendo a la situación de Colombia, me sentí muy complacida de hablar con las autoridades sobre la reforma tributaria y sus consecuencias intencionales y no intencionales. Las consecuencias intencionales tienen que ver con la competitividad y la reducción de los costos laborales en general, y las consecuencias no intencionales tienen que ver con una reducción en el mercado laboral informal como resultado de menores costos laborales.
Usted habló tanto del 'abismo fiscal' de Estados Unidos como de la crisis europea. ¿Cuál es la expectativa sobre lo que puede suceder?
En cuanto al 'abismo fiscal', espero que haya un enfoque exhaustivo para abordar temas inmediatos como el aumento de los impuestos y, también, el gasto que se va a definir en enero y la reducción inmediata del déficit fiscal, al igual que colocar un techo en el corto plazo a la deuda y reducir el endeudamiento en el largo plazo, y creo que se puede llegar a un acuerdo exhaustivo entre el Presidente y el Congreso estadounidense para alcanzar la solución. En la UE, especialmente en la Eurozona, espero que se dé una continuación en las reformas estructurales que se están llevando a cabo en los Estados miembros, al igual que una consolidación del proceso de integración que se está dando, principalmente en la forma de la unión bancaria, seguido por la unión fiscal.
El camino a futuro es muy complejo. ¿Cree que Europa se llegue a encontrar en crecimiento negativo?
No. Tenemos proyecciones de crecimiento positivas para el 2013. Estamos viendo un aumento del 0,2 por ciento, que no es muy grande, pero es positivo.
Comparando sus expectativas de comienzos de año y la situación actual, ¿cree que las cosas han evolucionado como esperaban?
Hemos revisado constantemente hacia abajo desde principios de año, en unas tres ocasiones, y diría que los resultados del 2012 no han sido tan buenos como esperábamos al principio.
Hace unos 25, 27 años...
¡Ah! Sí, cuando éramos bebés...
... cuando estalla la bomba de la deuda en América Latina, el Fondo se convirtió en sinónimo de medidas de austeridad, de costos sociales. ¿Cómo ha evolucionado la institución, de pasar de ser vista como muy estricta y casi que culpable de todas las penas que han sufrido millones de personas?
Hoy día nos están criticando más duramente en los países europeos que en los asiáticos y en los de América Latina. Diría que es el destino del Fondo Monetario el tener que ser narrador implacable de la verdad cuando las situaciones son difíciles. Diría que eso forma parte del ADN de nuestra institución. El enfoque ha evolucionado ligeramente. Es decir, tenemos programas que no son tan detallados ni tan invasivo como lo eran hace 25 o 30 años. Son más pautas. Más guías. Ese es el primer punto. Y el segundo punto es que ahora somos más sensibles. Les prestamos más atención a los más pobres en las diferentes economías. Procuramos calibrar nuestras recomendaciones para asegurarnos de que las personas que padecen los golpes o los sacrificios de estas políticas no sean los más pobres ni las personas más necesitadas. O sea que cuando miramos un esquema pensional, procuramos proteger a los pensionados más pobres. Procuramos proteger a las personas con salarios más bajos cuando recomendamos una reforma laboral. Eso es un ejemplo de cómo hemos cambiado.
¿O sea que eso depende de quién esté en crisis?
No. Yo francamente no lo creo. Hemos aprendido de las crisis asiáticas y de América Latina, y hemos evolucionado. Si ahora enfrentáramos una crisis en Asia, en América Latina o en el Caribe, aplicaríamos los mismos principios que acabo de enumerar.
América Latina ha tenido una buena década. ¿Qué lecciones podemos extraer de lo que estamos viendo?
Se ha observado una política fiscal equilibrada. Se han enfocado en tener bajos niveles de endeudamiento a futuro. Y una combinación de política monetaria y política fiscal, tal como han sido aplicadas en países como Colombia. Esas son buenas lecciones que podemos extraer y que, además, debemos tener presentes a medida que evoluciona la economía en el tiempo. Y si tenemos que aprender algo de lo que está sucediendo en otras partes del mundo, yo diría que es cómo protegerse en casos de que surjan riesgos de contagio, y por eso estamos recomendando tener mayores defensas y el establecimiento de reservas, precisamente para poder resistir en casos de choques externos.
En ese sentido, ¿sería recomendable que Colombia renueve la línea de crédito flexible que tiene desde hace unos años?
Todavía no hemos recibido de Colombia una solicitud de renovación. Ciertamente, la acogeríamos, y la junta tendría que tomar una decisión. Pero yo diría que ha sido un buen instrumento para el país.
¿Qué puede ser más dañino para América Latina: una desacelaración en China o una recesión en Europa?
Yo creo en los husos horarios. En las zonas de tiempo. Porque lo que sucede en la vecindad inmediata geográfica es más importante que lo que sucede más lejos. Claro que lo que sucede en China es de gran importancia para todos los que les exportan materias primas y productos básicos como Colombia. Ahora, lo que suceda en Estados Unidos es de una importancia crítica, y eso me lleva al punto anterior, y es que los mercados financieros son magníficos conductores para el contagio, lo cual quiere decir que si en Europa el sector financiero no está correctamente desconectado del riesgo soberano, y Estados Unidos no se ocupa de sus problemas, esos serían los principales riesgos para América Latina.
¿Estamos viendo los problemas muy lejanos? ¿Cuando usted habla con los ministros de la región, hay que decirles que sean prudentes?
Su pregunta es muy buena, porque la confianza es fundamental para el crecimiento, para los hogares, para las empresas, grandes y pequeñas. Pero demasiada confianza puede llevar a la complacencia y eso es un peligro, y nuestra labor como el Fondo es advertir ese peligro.
Es, básicamente, decirles que todavía tenemos nuestro trabajo que hacer. Claro, siempre tenemos que hacer nuestras tareas, como los buenos estudiantes. Incluso cuando sacamos 5 aclamado. Igual, hay que hacer las tareas para seguir sacando 5 aclamado.
Usted dice que no espera un aterrizaje forzoso para China. ¿Por qué?
Nuestras proyecciones para el crecimiento chino están en un rango de 7,5 y 8 por ciento, que es un crecimiento bastante significativo.
Las cifras son bastante sólidas, y el hecho de que ya se tenga un nuevo equipo político en el Gobierno, con la reafirmación de las políticas económicas y el refuerzo del mercado nacional y del mercado de exportaciones, son factores muy sólidos que sustentan nuestra opinión de que no habrá un aterrizaje forzoso en el país asiático.
¿Y esta es una de las lecciones para Colombia?
Sí, correcto.
Tomado de: Portafolio.co