(Portafolio) Colombia inicia hoy la segunda fase de masificación de esta figura, la cual ya movilizó recursos por más de la mitad del PIB del país.
s un hecho. Desde hoy arranca la segunda fase de masificación de la factura electrónica en Colombia, y lo hace dejando atrás una primera etapa que fue más exitosa de lo esperado.
Las cifras son contundentes: según datos de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian), en menos de un año y varios meses, la facturación vía los mecanismos electrónicos se multiplicó por 10 veces en todo el territorio nacional.
En plata blanca, de acuerdo con la entidad tributaria, actualmente hay 47.897 contribuyentes habilitados y registrados para facturar electrónicamente, y hasta ahora, el valor de las ventas facturadas por este mecanismo asciende a más de $556 billones.
Esto quiere decir en un poco más de dos años, que es lo que lleva operando en forma esta figura en el país, las personas naturales y jurídicas han movilizado dineros equivalentes a más de la mitad del producto interno bruto (PIB) de Colombia del año pasado.
La razón principal para ver que se disparara la facturación por este medio tuvo que ver con que a finales del año pasado comenzó la obligatoriedad de hacerlo para los grandes contribuyentes y para aquellas firmas voluntarias, lo cual le trajo buenas noticias a sus oficinas contables, pero también al Estado.
GANA-GANA
No es gratuito que durante el primer trimestre del año la Dian reportara un incremento de 9,3 % en el recaudo tributario, que, a marzo, llegó a los $38,3 billones, mientras que en igual periodo del 2018 la cifra iba en $35 billones.
Para Ismary Lara, gerente de Stupendo Colombia (proveedor autorizado), “los resultados hasta ahora han sido tan exitosos, que el proceso del 2018 y lo que va del 2019, nos dimos cuenta de muchas oportunidades de mejora que se podían implementar, y también de otros componentes que debería tener la factura, para que de verdad apoye al país. Con esta figura, sí se disminuyen las brechas de evasión y empezamos a recaudar muchos más impuestos de los que el país esperaba recaudar”.
Por su parte, Eduardo Visbal, vicepresidente de Fenalco, señaló: “Los comerciantes apoyamos la factura, pero estamos es pendientes de que salga la reglamentación completa, la cual ya estuvo en consulta pública y se hicieron comentarios; ahora estamos esperando que entre en operatividad plena”.
La más reciente normativa expedida por la Dian sobre esta materia –la Resolución 020 del 2019– justamente reglamentó que desde ayer comenzaron los vencimientos para que las empresas se registren en el servicio informático de factura, en tanto que a partir de agosto empezará la cuenta regresiva para expedir de forma obligatoria las facturas electrónicas.
Según el gerente del proyecto Factura Electrónica de la Dian, Mario José Márquez, este 2 de mayo “se inicia el registro de los facturadores seleccionados por la entidad para facturar electrónicamente con la validación previa, quienes deberán hacerlo como fecha máxima el 1.° de agosto, lo que no implica que puedan hacerlo antes”.
El primer grupo que debe quedar listo es el sector de explotación de minas y canteras, y ahora siguen las industrias metalmecánica, eléctrica, electrónica; y comercio de automotores, repuestos, computadores y equipos, los cuales deben registrarse antes del 1.° de junio y 1.° de julio, respectivamente.
Posteriormente, cada primer día de los siguientes meses hasta mayo del 2020, tendrán que hacerlo las empresas de los diferentes sectores. No obstante, mientras ese calendario corre, a partir del 1.° de agosto de este año comenzará a regir otro cronograma de vencimientos, que es el de las fechas límites para expedir las factura electrónica de manera obligatoria.
Este segundo calendario irá hasta agosto del próximo año, momento en el cual esta figura tendría que estar masificada.
PLUS PARA EL PAÍS
Una vez se logre esto, en un año y medio, el país estará viendo los efectos positivos de la factura electrónica y en el 2020 se verían sus impactos plenos en la tributación nacional y en la competitividad de las empresas.
De hecho, según un informe del Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (Ciat), mientras cada factura tradicional cuesta unos $2.663, la electrónica vale, en promedio, $540 una vez masificada.
Además, según el Ciat, los países que han implementado este mecanismo en América Latina han tenido un impacto positivo en el recaudo de impuestos a corto plazo, pero a largo, este iría disminuyendo.
“Esto puede ser debido a que al principio existe la percepción de un aumento sustancial en la probabilidad de ser detectados en caso de sub-reportar ingresos. Esta percepción va cambiando conforme las empresas se acostumbran el nuevo régimen y mejoran la estimación de esa probabilidad”, concluyó la entidad de tributación.
PRIMEROS VENCIMIENTOS
1.° de mayo: explotación de minas y canteras.
1.° de junio: industria metalmecánica, eléctrica, etc.
1.° de julio: comercio de automotores, repuestos, computadores y equipos.
1.° de septiembre: otras actividades de servicios.
1.° de octubre: comercio materiales, materias primas, químicos, y comercio de bienes domésticos, calzado, textiles y otros.
1.° de noviembre: información y comunicaciones.
Obtenido de: Portafolio