e acuerdo con el portal web Inc, son ocho las condiciones para crear una “tormenta perfecta” que mata por completo las ganas de prosperar, de cumplir metas y de crecer de los empleados.
1. Gente tóxica
El negativismo, el irrespeto o “la mala energía” de algunas personas en un ambiente laboral suele ser fatal para la motivación. Si quizá hay trabajadores que en vez de ofrecer o encontrar soluciones a los problemas, lo que hacen es aumentarlos, definitivamente esto hace que una persona no tenga incentivos para ser más productivo o generar resultados.
2. No hay desarrollo profesional.
Una de las principales motivaciones laborales de las personas es superar retos, para lo cual se capacitan, invierten tiempo y empiezan a crecer profesional y personalmente. Pero si el trabajo es estático y no ofrece nuevos desafíos, las personas empezarán a adaptarse a la monotonía y dejarán de pensar en ser propositivos.
Esto también está relacionado con lo que se conoce como “hacer carrera”, un factor que hace que los profesionales decidan o no ingresar a determinada empresa. Dentro de lo posible, lo mejor es ofrecer las condiciones o capacitaciones para que no sólo estos empleados se sientan a gusto sino también para aumentar su sentido de pertenencia.
3. La falta de visión.
Esto es no tener un norte claro y no determinar en qué enfocarse. Sin ella, incluso los empleados más productivos y eficientes son menos eficaces, porque es difícil para ellos sobresalir si el mismo jefe o directivo no comprende cuál es el panorama general.
4. Pérdida de tiempo.
Los correos electrónicos inútiles, las reuniones constantes o largas llamadas que a la final terminan siendo improductivas, hacen que sus trabajadores empiecen a generar un sentimiento profundo de frustración. Lo importante es expresar que se los valora, demostrando que se valora su tiempo.
5. Comunicación inadecuada.
Uno de los grandes inconvenientes es la falta de comunicación, pues esto hace que la gente gaste gran parte de su tiempo intentando adivinar lo que se quiso decir con un correo, o descifrando las órdenes confusas de sus directivos, etiquetando de urgente lo que no es o, incluso, hacer que dos personas hagan la misma tarea. Lo mejor es procurar ser lo más claro posible con las funciones, brindar espacios de consulta y utilizar un lenguaje cotidiano en vez de técnico, para evitar mal entendidos.
Aquí también caben aquellos rumores o chismes sobre decisiones importantes que suelen darse entre pasillos. Un buen líder directivo debe mantener una comunicación fluida, tranquila y sencilla.
6. Gestión Vertical.
“Yo sólo hago caso porque usted es el jefe”. Quizá esta es la expresión que permite comprender con totalidad lo que es la gestión vertical. La frustración también proviene de saber que las propuestas o ideas de los empleados no fueron tenidas en cuenta por tratarse de una persona que no tiene un cargo importante o influencia.
7. La falta de aprecio.
Un “gracias” o “buen trabajo” son palabras que, increíblemente, tienen un fuerte efecto motivante en las personas. Pero cuando los resultados de una labor fueron excelentes o los esfuerzos duros no son reconocidos, la gente empieza a tornarse aburrida y apática.
Las recompensas por las buenas labores pueden ser reconocidas no sólo de manera material, sino también halagando el trabajo hecho.
8. Mal liderazgo
Un directivo que no sabe ejercer liderazgo afecta a todos los miembros de su equipo y toda su organización. Todos los colaboradores, incluso los mejores, necesitan de un liderazgo efectivo para sobresalir. Así, lo más importante será empezar a desarrollar esas habilidades, incluso, tener una retroalimentación de parte de sus empleados para saber en qué puede mejorar.
Haciendo esta pequeña evaluación puede estar a tiempo de eliminar estos factores y con ello, lograr que sus colaboradores sean más productivos y eficientes en su trabajo.
tomado de:https://www.finanzaspersonales.com.co/trabajo-y-educacion/articulo/como-matar-motivacion-empleados/55540