La era contable en Colombia está pasando del tren al avión, por una razón simple: la globalización de los mercados llevó a las empresas, de cara a una competencia internacional más fuerte, a que vean las bondades de estandarizar sus balances para que un inversionista en Singapur, otro en Canadá y uno en Chile puedan hablar en la misma lengua a la hora de leer un balance.

El sacrificio de las compañías por hacer la transición de la antigua contabilidad al modelo Niif ha sido lento e, incluso, ha implicado inversiones para ponerse a tono con el nuevo esquema. Como en todos los cambios: ha tenido ‘sus más y sus menos’.

Para empezar, hay autoridades del sector, como es el caso de Felipe Jánica, socio de Ernst & Young (EY), quien señala que “en Colombia no se puede hablar o mencionar la sigla Niif porque en las superintendencias han delimitado el uso de ciertos estándares internacionales, en especial de instrumentos financieros. Con esto no se puede inferir que en Colombia se esté aplicando plenamente Niif”, afirma tras destacar que lo correcto es indicar que en Colombia se está viviendo un proceso de convergencia de los principios contables colombianos a Principios y Normas de Contabilidad e Información Financiera de Aseguramiento de Información Aceptados en Colombia: un concepto aún más complicado.

Aún con Niif ‘a la colombiana’ el trabajo ya empezó: las empresas del Grupo 1, es decir las compañías grandes, emisores de valores, matrices, subordinadas y otras entidades, ya empezaron a reportar sus primeros balances Niif al mercado, un primer paso que se constituye en una buena carta de presentación para el mundo internacional. De paso, el regulador les exigió el envío periódico del estatus de la implementación y primeras cifras bajo este régimen.

Estas compañías al terminar el año de transición construyeron los primeros estados financieros no comparados; es decir, balance general y estado de resultados con la revelación de utilidades bajo el nuevo estándar. Solo hasta terminar este año contarán con estados financieros comparables con 2014.

Según Ricardo Vásquez, socio de Baker Tilly, “con estos primeros estados no comparados, las empresas pueden advertir, por primera vez (en forma real y no simulada), el efecto del marco internacional en los ingresos, costos, gastos y utilidades. Los estudios previos habían detectado que el impacto o variación en las utilidades dependía de las siguientes operaciones que vienen adelantando las empresas y que deben ser reconocidos en forma distinta”, afirma.

Con relación al patrimonio, los especialistas advierten que los efectos ya se produjeron y se hizo evidente en los estudios de la Superintendencia de Sociedades, que reflejan cómo las empresas tuvieron una disminución patrimonial que estuvo entre el 7% y 10% del valor reportado sobre normas locales. “Ahora se espera el efecto en los resultados del primer año, no comparado, más que en efectos patrimoniales”, dice el especialista.

Los lunares

Aunque Colombia camina a paso firme en el proceso, aún se observan nubarrones en el escenario Niif. Uno de ellos es la ‘soledad’ de las áreas financieras contables y el bajo involucramiento de la alta gerencia. “Es un cambio que afecta toda la operación y no solamente al área financiera”, afirma Juan Antonio Colina, socio líder Niif de PwC Colombia.

Esto sin contar las sorpresas que se avecinan en términos de resultados financieros, pues en el caso de los patrimonios, algunas compañías sintieron el ‘revolcón’ a Niif. Tampoco resulta muy precisa la expectativa para empresas del Grupo 3, es decir, pequeños negocios que si bien no tienen las exigencias para una empresa que aplica las Niif plenas (Grupo 1), deben ser persuadidos a llevar una contabilidad más avanzada.

“Los desafíos para los procesos que vienen son varios: las automatizaciones en el sistema de información, la preparación a tiempo de las revelaciones y el borrador de los primeros estados financieros (tema que toma mucho tiempo y es normalmente subestimado) y el claro entendimiento de las normas técnicas contables que serán la base para definir las políticas que realmente reflejen lo que ocurre en el negocio”, según Colina.

Tampoco dejará de resultar engorroso para la generalidad de las empresas la necesidad de reconocer en libros separados la información para fines tributarios, lo que implica darles continuidad a las bases de registro y medición fiscal que disponga la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian).

“Este es un proceso que ha representado importantes ajustes en temas de tecnología. La envergadura y complejidad del efecto dependen de las variaciones de reconocimiento, medición y presentación de una operación o hecho económico bajo Niif, frente a los mismos criterios para fines fiscales. Esta causa generará consecuencias mayores o menores en función del carácter de las transacciones y del modelo de negocio”, sentencia Vásquez, de Baker Tilly.

Pero quizá uno de los grandes retos tiene que ver con el papel de las juntas directivas, que deben involucrarse más en estos procesos en la interpretación y aprobación de las Niif en los nuevos estados financieros.

“Por eso es importante invertir en capacitación para los funcionarios, especialmente de las áreas financieras, en la aplicación práctica de las Niif”, advierte Juan Carlos Olave, socio de Auditoría de Deloitte.

Por su parte, para Byron Montoya, presidente de Standard Consulting, los retos al implementar los estándares Niif en Colombia tienen que ver con varios factores: el mejoramiento de los procesos financieros y el desarrollo tecnológico en las organizaciones; además que los profesionales en las áreas financieras deben estar altamente capacitados para estar a la altura.

“Las gerencias de las empresas podrán, si así lo consideran, tomar estos estándares como base para evaluar su gestión de negocio, con una información más aproximada a la realidad económica de los hechos. Además, las empresas colombianas podrán ser más competitivas en los mercados internacionales”, agrega Montoya.

Si bien las empresas del Grupo 1 ya entraron en materia con las Niif, las pequeñas y medianas empresas del país (casi 80% de las compañías en Colombia) que no estén listadas en bolsa, deberán volcarse hacia los nuevos estándares desde el próximo año. Su reto: pensar que el gobierno corporativo no solo se remite a los emisores y empresas de renombre, sino a compañías de carácter familiar, por ejemplo, que deben pensar en la perdurabilidad en el tiempo.

La coincidencia de los consultores es que este proceso no puede verse como imposible o costoso y en el que la angustia por el cambio debe reemplazarse por la necesidad de llevar mejor las cuentas y, en el caso del Grupo 2, que ahora hace fila para entrar en el nuevo esquema, deben enfocarse en la construcción de un balance de apertura.

Lo cierto es que, en la medida en que haya estados financieros más claros y a la altura de los estándares internacionales, se pueden favorecer los negocios al lograr un mayor acceso a los mercados de capitales, una mayor competitividad de las empresas en el mundo y una mejor visión sobre la economía colombiana.

Retos con la adopción de las Niif

  • Mayor involucramiento de la gerencia y la junta directiva en el proceso.
  • Entender que las buenas prácticas no solo deben ser tarea de empresas listadas en bolsa.
  • No delegar en un consultor el proceso de transformación, debe ser una filosofía de empresa.
  • Desprenderse (en el caso de las empresas del Grupo 1) de las normas locales para los reportes.
  • En el mediano plazo lograr que la autoridad tributaria también converja a Niif y, por lo tanto, las empresas no deban llevar doble balance.


Lo que viene

¿Qué sigue tras adoptar las normas en las grandes empresas?

Después de las empresas del Grupo 1, ahora es el turno de adoptar los cambios para las compañías de tamaño grande y mediano que no sean emisores de valores ni entidades de interés público. Estas organizaciones hoy están en proceso de transición y deben converger totalmente a Niif antes del 31 de diciembre de 2016.

tomado de:https://www.dinero.com/edicion-impresa/finanzas/articulo/radiografia-del-proceso-implementacion-niif-colombia-2015/209864