Las "colombianadas" como se ha venido denominando al exceso de creatividad y de malicia de la gente en el país no tiene límites.
Un ejemplo de esto es que se las ingenian para sacar el dinero de las cesantías argumentando que son para vivienda o educación, tal y como lo establece la ley, pero en realidad el destino de los recursos es diferente.
Al presidente del Fondo Nacional del Ahorro (FNA), Ricardo Arias, no le cabe duda que muchos, aunque no la mayoría, retiran los ahorros de las cesantías para invertirlas en fiestas de 15 años o de primeras comuniones.
Esta percepción también la tiene el presidente de Asofondos, Santiago Montenegro, quien adiciona dos motivos más: algunos las retiran para convertirla en plata de bolsillo y otros para financiar vacaciones.
Mentiroso, mentiroso
Tanto a los fondos privados de cesantías como al Fondo Nacional del Ahorro llegan cotizaciones para mejoramiento de vivienda que son realizadas en ferreterías. Sin embargo, el dinero se destina en muchas ocasiones a fiestas ocasionales.
Otros presentan documentos autenticados (en notaría y legalmente) para que les desembolsen el dinero y no faltan los que llevan las facturas con el sello de "PAGADO" argumentando que necesitan recuperar cuanto antes la inversión que hicieron en la vivienda.
Tanto alcance tienen las mentiras que algunas personas se inventan estudios con tal de echarle mano al dinero que las empresas depositan en los fondos de cesantías.
Arias recomienda no hacer esto. "Nadie se equivoca en la vida ahorrando porque es el único modelo que ha prevalecido desde el inicio de la vida económica, el que ahorra no corre riesgos", señala.
Defecto de la ley
La norma que regula las cesantías es la Ley 50 de 1990, en la que claramente expresa que los trabajadores únicamente pueden utilizar las cesantías para estudios superiores de cualquier miembro de la familia, compra de vivienda o mejoras de la misma, el pago de hipoteca o para cumplir con obligaciones de impuestos.
Pero en esa misma autorización recae una especie de contradicción, pues si alguien tiene que pagar por ejemplo el Impuesto de Valorización puede presentar esa factura para que se le desembolse el dinero total o parcial y lo invierta en otra cosa.
Aunque se entiende que finalmente el dinero es de cada trabajador y cada uno hace con él lo que quiera, el término cesantías proviene de "cesante" que significa que cuando el trabajador pierde el trabajo ese dinero es un ahorro que le servirá hasta que consiga un nuevo puesto.
"Las cesantías no deberían tener limitantes, quien quiera retirarlas se las puede llevar porque no existen todos los controles posibles para poder vigilarlos a todos. Si alguien quiere comprar una moto que lo diga y le damos la plata", señala el presidente del FNA.
En qué se las gastan
Como advertimos al inicio de este artículo la mayoría de colombianos no fabrica mentiras para retirar las cesantías, lo cual queda demostrado con el más reciente informe de Asofondos.
Según la entidad, durante los años 2011 y 2012 del total de los retiros mensuales de cesantías el 44% se destinó a gastos asociados a vivienda, el 35% para protección del empleado por desvinculación laboral y cerca del 8% a fines educativos.
Este 14 de febrero vence el plazo para que las empresas consignen en los fondos de cesantías lo que le corresponde a cada trabajador, el monto debe ser igual salario devengado.
Recuerde que lo ideal es mantenerlas ahorradas o utilizarlas en vivienda o educación.
Tomado de:finanzaspersonales.com.co