(Portafolio) Por el total de exenciones, el erario público dejó de recibir 59,3 billones de pesos el año pasado.
Por las gabelas tributarias, un beneficio que establece el gobierno para estimular o favorecer determinadas actividades económicas en el país, el gobierno dejó de recibir 59,3 billones de pesos durante el año pasado. Dicho de otra forma, representaron el 6,4% del Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia durante 2017, monto que se vio reflejado principalmente por concesiones en impuestos de renta y el IVA.
El costo de algunos de estos beneficios, que tienen como objetivo promover la inversión, generar empleo, desarrollar las regiones, entre otros, será una de las tareas del gobierno del presidente electo Iván Duque, quien pretende aumentar el recaudo del país simplificando el sistema tributario.
Para ello, Duque ha planteado llevar al legislativo antes de finalizar el año una iniciativa que estipula menores excepciones tributarias y reducción de impuestos. Además, otro frente de trabajo se enfocará en la lucha contra la evasión de impuestos para ampliar la base de tributación.
Según el Marco Fiscal de Mediano Plazo 2018, el gobierno saliente ha logrado un descenso en el costo de los beneficios de las personas jurídicas, de 1,3% del PIB en 2010 a 0,7% del PIB en 2017, que obedece principalmente a la eliminación de la deducción por inversión en activos fijos.
Sin embargo, en el caso de las personas naturales, el uso de los beneficios se incrementó al pasar de 0,3% del PIB en 2010 a 0,7% del PIB en 2016. “Este aumento no corresponde a la creación de nuevas exenciones para las personas naturales (…) se trata de la incorporación de nuevos declarantes del impuesto”, explica el documento.
Sobre este asunto, José Antonio Ocampo, miembro de la junta directiva del Banco de la República y exministro, asegura a Portafolio.co que en el propósito de ofrecer menores excepciones tributarias el nuevo gobierno debe revisar los beneficios otorgados a los sectores de hotelería, las imprentas editoriales y de zonas francas.
“Apoyo la idea de bajar la tasa de impuesto de sociedades eliminando la mayoría de los beneficios e incluso su totalidad, que de hecho fue lo que propuso la comisión de reforma tributaria que se convocó el año pasado”, afirma Ocampo, quien además explicó que de esta manera se podría crear un nuevo impuesto con una tasa mucho más baja.
Mientras que Hernando José Gómez, exdirector del Departamento Nacional de Planeación, sugiere que en este caso los ojos del gobierno se pongan sobre las exenciones tributarias a las entidades sin ánimo de lucro, donde se encuentran las mayores gabelas.
“Hay que dejar con el beneficio a aquellas que tengan mérito social, como universidades, fundaciones de caridad y empresariales. Igualmente, hay que mantener las exenciones en tecnología, ciencia e innovación”, explica Gómez a este portal de noticias económicas y negocios.
Salomón Kalmanovitz, economista y exmiembro de la junta directiva del Banco de la República, señala que el gobierno debe estar pensando con esta iniciativa en aumentar el impuesto a las personas naturales, “que casi no pagan nada”, restaurar el impuesto a los dividendos y rentas más altas para “entrar en un proceso de equilibrio macroeconómico sin aumentar el endeudamiento público”.
Sin embargo, asevera que la decisión de reducir más impuestos es “irresponsable sin enfrentar el problema de un deterioro fiscal que hace necesario un aumento del endeudamiento, una reducción del grado de inversión del país, porque se va a meter en una deuda pública que ya está rondando la mitad de la riqueza generada anualmente en el país”, precisó. “Sobre eso ojalá el gobierno actúe de manera responsable”, anota a Portafolio.co
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