Después de haberse masificado la factura electrónica, la nómina electrónica, los acuses de recepción y pronto el documento soporte que hace las veces de la cuenta de cobro, los contadores colombianos se sienten agobiados y tienen la razón.
En los últimos tres años, la responsabilidad del contador se ha incrementado y no estoy tan seguro que sus honorarios así los hayan percibido, porque para nadie es un secreto, que la contabilidad es una profesión de alta competencia y está tendiendo a comoditizarse, más ahora que la tecnología inicia a hacer muchas de las cosas que en la contabilidad de papel se hacían. Pero la responsabilidad, tiene hoy otro precio.
Desde el inició de la resolución 085 el 13 de julio pasado, resolución que todos debemos cuidar por ser el motor del factoring para las Pymes, las empresas que reciben facturas a crédito deben enviar los acuses de la factura y del bien y/o servicio a la Dian y a su proveedor, para que dicha factura sea un soporte fiscal. En las pequeñas empresas, que no tienen una sistematización adecuada, adivinen quien quedó con tamaña responsabilidad, en el contador.
La Dian ha hecho su trabajo, colocando a disposición una solución gratuita de clase mundial, la verdad quedo increíble la reciente actualización, donde más de 200.000 empresas pueden realizar todo el tinglado de documentos electrónicos. Claro, esta herramienta es para operaciones pequeñas porque tiene manualidad.
Los proveedores tecnológicos y los softwares contables han hecho también la tarea, con soluciones intuitivas y con cada vez mejores funcionalidades, aunque claro, algunos han aprovechado el desorden para cobrar tarifas fuera de contexto. Algunos no han entendido, que el valor no está en el documento, sino en los valores agregados, sobre todo a su principal aliado, el contador.
Pero la tarea, aunque ha sido titánica, esta inconclusa. Cuando hablamos del concepto del costo del cumplimiento, que se refiere a lo que a las empresas les cuesta cumplir los requerimientos, con los documentos electrónicos se han logrado triunfos en automatización, pero es una realidad que dicho costo se ha incrementado.
Pero lo que hay que explicar es que la ecuación ha cambiado, el esfuerzo se orienta ahora a los documentos electrónicos, y se debe disminuir en el reporte que usa dicha información. Ya no hay excusa para que la Dian no disminuya la exógena y los medios magnéticos, porque está pidiendo la información dos veces y menos exacta en estos reportes.
También vale la pena mencionar, ahora que viene una reforma, que sea la oportunidad para simplificar los descontables del IVA: exentos, excluidos y prorrateos, son ficciones colombianas que lo hace complicado, no facilita la elaboración de declaración de IVA sugeridas. Igual ya es hora de como Chile, recibir las declaraciones de renta de personas jurídicas para el 2023 totalmente diligenciadas. Las dos declaraciones, IVA y Renta, le traerán la Dian ingente aumento del recaudo, bajo la premisa del riesgo subjetivo.
El nuevo director de la Dian, siempre fue muy insistente en que la Dian debería compartir la data, aprovechemos la reforma para lograr que en la ley, la Dian pueda compartir datos posibles del RUT, que como la responsabilidad fiscal de los contribuyentes, le permite al contador causar las factura sin tener que pedir el RUT al proveedor, o cuando nos comemos un helado nos entreguen una factura electrónica con solo dar la cédula, porque el resto de la información del xml está libre disponible.
El mejor aliado de la Dianes el contador, siempre lo he dicho, y ahora que paso la masificación, debemos exigir a la Dian, que use la información para mejorar el recaudo vía fiscalización inteligente.