En países latinoamericanos se estima que al menos 24 millones de empleos se perdieron a raíz de la pandemia y de esta cifra más de la mitad fue de personal femenino
Con la llegada de la pandemia, la brecha existente entre hombres y mujeres en el ámbito laboral aumentó significativamente. Millones de mujeres perdieron su trabajo o tuvieron que dejarlo debido a la carga de tareas domésticas que trajo la pandemia. Conforme a la situación, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó recientemente un balance que evaluó la situación del desempleo de las mujeres en la región.
El informe asegura que hubo varias tendencias preocupantes en el mercado laboral para Latinoamérica, pues entre 2019 y 2020 el desempleo femenino aumentó 32%, frente a 31% en las cifras de hombres.
Con respecto a los países más afectados, se estima que Perú, Chile y Colombia reportaron las cifras más altas de desocupación femenina, aunque Colombia fue el país que tuvo un mayor crecimiento en el desempleo de este género, pues registró una cifra de 24% y un aumento de 11%, con respecto a la cifra de hombres. Además, el estudio demostró que junio fue el mes con mayores perdidas en el mercado laboral femenino con más de 13 millones de empleos perdidos por la crisis sanitaria.
En el caso colombiano, según cifras del Dane, mientras que para 2017 cerca de 33% de mujeres participaban en trabajos remunerados el país, para 2021 la cifra cayó a 4,9%, registrando una participación de 28%. Con respecto a las horas laborales. En promedio, un hombre dedicó a diario siete horas para actividades de trabajo remunerado, a diferencia de las mujeres que emplean nueve horas de su tiempo, en promedio.
En cuanto a las actividades de trabajo no remunerado, las mujeres predominaron en las cifras, pues entre enero y abril de este año 94% de mujeres participó de estas actividades, mientras que los hombres solo participaron 59%. El grupo femenino destinó hasta 10 horas de su tiempo en cuidado del hogar, con dos horas en suministro de alimentos, a diferencia de los hombres que solo destinaron seis horas y una hora respectivamente.
En otros países de la región como Paraguay y México hubo cambios muy superiores entre el empleo masculino y femenino, pues la brecha apuntó a 19% y 10%, respectivamente. En países como Argentina y Ecuador también se registraron diferencias entre la participación de hombres y mujeres, aunque con diferencias menores de 5%.
Con respecto a las mujeres empresarias de firmas pequeñas y medianas, estas sufrieron los impactos de la crisis en mayor medida, pues sólo 29% de los negocios de los hombres fueron cerrados, a diferencia del 40% de cierres que hubo en las empresas lideradas por mujeres.
Según Natalia Suárez, consultora en The Bonding, paridad de género, la preferencia de las empresas en hombres se da debido a que las mujeres tienden a destinar mucho más tiempo al cuidado del hogar o de sus hijos, por lo que esto podría afectar la productividad de las corporaciones.
“Las compañías tienden a considerar que contratar mujeres a veces disminuye el tiempo de trabajo en el que están en la empresa, como por ejemplo, las licencias de maternidad, en las que no se cuenta con el tiempo de la empleada pero si se debe remunerar de la misma forma”, agregó
Con base en estos resultados que demuestran una brecha de genero laboral fuerte, sobre todo en países como Perú y Colombia, el BID plantea que se deben repensar los tratamientos tradicionales de las políticas e incluir la dimensión de género como un componente central en los planes de reactivación.
También, señala la importancia de implementar políticas acompañadas de mejores datos, para visibilizar las dificultades reales que enfrentan las mujeres en el mercado laboral.