Aunque los colombianos se sienten agobiados con los impuestos, el país se raja en recaudo del impuesto de renta; cobra más IVA en comparación con los países de la Ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo), pero tampoco obtiene suficiente plata por esa vía. Además, es escasa la captación de recursos por aportes a la seguridad social y hay debilidad en la recaudación regional, pese a la cantidad de ‘impuesticos’.

Ese es el panorama que presentó la Ocde, en el informe ‘Estadísticas tributarias en América Latina’, presentado este martes, según el cual el promedio de recaudo en la región ha crecido en 123 por ciento frente a 1990, cuando era de 9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Hoy, es de 20,1 por ciento, cifra similar al del promedio de países de América Latina (AL), pero muy lejos de la de los países que hacen parte de la Ocde: 34,1 por ciento.

Ángel Melguizo, jefe de la Unidad para América Latina y el Caribe de la Ocde, señala que el hecho de que los contribuyentes sientan que es una carga pagar impuestos es algo en lo que hay poner atención, pues la desconfianza en el uso de los recursos públicos desincentiva el pago de tributos.

¿Qué halló la Ocde en estas estadísticas tributarias?

Analizamos las tendencias de lo que ha sido la recaudación en 20 países de la región, entre 1990 y el 2013, y se compara con lo que ha sido la recaudación en países de la Ocde, es decir, países de renta alta.

Ha habido acercamiento. AL ha empezado a recaudar cada año un poco más, pero esto no implica que las cosas marchen bien, pues el recaudo en la región está en 13 puntos menos que el promedio de la Ocde.

Por impuestos, los del consumo, particularmente el IVA, América Latina recauda más que los países desarrollados: 6,6 por ciento en la región, frente a 6,2 por ciento en la Ocde. Esto se debe a que son tributos fáciles de recaudar.

Pero lo fácil puede ser injusto, porque se cobra por igual a ricos y pobres.

En Colombia tampoco es muy alto el recaudo por IVA. Es de 4,9 por ciento, es decir, un punto y medio menos del promedio de AL. Lo que vemos allí es que es un impuesto en el que hay muchas exenciones que podrían evaluarse y cerrarse cuando no son eficientes. Esto aumentaría la efectividad de la recaudación.

Pero, internamente, el IVA es el que más aporta y, sin embargo, se está pensando en aumentarlo en la próxima reforma.

El IVA es uno de los impuestos que se deben discutir en esa agenda, pero la reforma fiscal estructural en Colombia debe evaluar el conjunto de impuestos, ver la función que podrían tener para facilitar e incentivar la inversión y cuáles son útiles para aumentar la equidad (redistribuyendo el ingreso).

El estudio concluye que en Colombia se recibe poco por impuesto de renta frente al promedio de la Ocde. ¿Significa que hay que poner el ojo en ese tributo?

Hay que poner atención a la informalidad laboral. En el continente, oscila entre 60 y 70 por ciento. En Colombia, bordea el 55 por ciento. No se trata de cobrarles más a los trabajadores formales, que ya aportan, sino de recaudar más impuestos en el conjunto de la población. Allí vemos que se puede poner a aportar a más personas naturales y gravar los dividendos. Es una práctica que se ve en los países de la Ocde y es eficiente y equitativa.

¿Poner a aportar a más personas naturales incluye a los trabajadores?

En principio, no se puede aumentar la recaudación cobrándoles a los trabajadores cuando tienes una realidad de informalidad laboral tan alta. Pero hay que pensar que los mínimos exentos son relativamente altos. Los trabajadores empiezan a pagar impuesto de renta como persona natural cuando ganan entre 2 o 3 veces el salario promedio de la economía. Es una de las explicaciones de la baja recaudación. Otra es la no gravación de los dividendos. La tercera son los beneficios fiscales que hay dentro del impuesto a la renta, lo que, en algunos casos, es para los trabajadores de ingresos altos y las pensiones altas.

¿En el estudio evaluaron qué tanto del recaudo se destina a temas sociales?

No, pero el uso de los recursos es algo que las reformas estructurales deben poner en una primera línea. En el caso de Chile, la reforma tributaria más reciente se hizo para invertir en la educación. Elegir un uso y cumplirlo es clave en una región en la que hay poca confianza en el manejo de los recursos públicos, porque hay percepción de alta corrupción.

En la medida en que los contribuyentes sepan en qué se van a gastar los recursos, se facilitaría toda la economía política de las reformas, que son complejas.

Lo que hemos visto es que los latinoamericanos que están más satisfechos con la salud pública que reciben o con el sistema educativo o de transporte están más dispuestos a pagar impuestos.

tomado de:https://www.eltiempo.com/economia/sectores/reforma-tributaria-debe-senalar-para-que-se-usara-la-plata/15374675