""Vive como si fueras a morir mañana, aprende como si fueras a vivir para siempre"
Mahatma Gandhi

Es una tercera parte de la permanencia de personas entre los 55-64, descendiendo desde los 3.2 años frente al mismo estudio realizado en el 2012.

Ríos de tinta han corrido alrededor de la supuesta "incapacidad" de esta generación, la última en entrar al mercado laboral, de tener estabilidad, de comprometerse en el largo plazo. Los retos de las corporaciones de seducir a esta generación con carreras más largas y proyectos que demandan la "típica" paciencia para crecer, pareciera no estar funcionando con los Millennials, y la verdad es que estos jóvenes pueden tener razón.

La explicación pudiera estar en las fases del proceso de aprendizaje que los especialistas han definido en cuatro etapas:

La Incompetencia Inconsciente: Es la primera etapa de dichosa ignorancia porque es aquella en que no sabemos que no tenemos alguna competencia y por lo tanto no nos afecta.

La Incompetencia Consciente: Es la segunda etapa. Nos damos cuenta que no sabemos. En el entorno organizacional el tránsito de la primera a la segunda etapa es muy rápido y aunque va acompañado de algo de tensión, es de enorme emoción. Queremos aprender.

La Competencia Consciente: En la medida en que vamos adquiriendo una habilidad nos hacemos conscientes de cada paso. Admitimos los errores pero disfrutamos el estar llegando a la maestría en un proceso.

La Competencia Inconsciente: Ya no nos damos cuenta que poseemos una competencia porque la dominamos con los ojos cerrados, se vuelve intuitiva. El problema es que deja de ser un reto y se convierte en rutina.

En el entorno organizacional, no importa la destreza de la que se trate, y partiendo de la base de que tratamos con gente inteligente, estas fases son de corta duración. Para ponerlo en otros términos, es bien difícil encontrar área del saber, en donde estas etapas no se surtan en tres años, que es precisamente el tiempo en donde, en paralelo, la curva motivacional empieza a descender y las inquietudes por cambiar empiezan a aparecer.

Y es que no importa el proceso o proyecto, incluso cuando de hobbies se trata, que no genere aburrimiento, incluso tedio cuando se vuelve una tarea repetitiva, algo que las nuevas generaciones claramente no están dispuestas a tolerar.

El mercado laboral se está dando en la cabeza con esta realidad y su capacidad de aprendizaje pareciera estar en la etapa de Incompetencia Inconsciente. No se han dado cuenta que la estructura de valores de esta generación cambió dramáticamente; van al ritmo de la tecnología y no solamente aprenden más rápido, sino que tienden a ridiculizar culturas y jefes que los someten a rutinas carentes de emoción.

La generación Y es retadora, irreverente, ágil, afiliativa cuando de proyectos interesantes se trata. Al mismo tiempo es impaciente, incluso irrespetuosa de organizaciones o jefes que claudican en su proceso de enseñarles o dejan de entregarles proyectos que alimenten su ansiedad de conocimiento. Se equivocan quienes piensan que los motiva simplemente el ánimo de ganar más. El Millennial por encima de todo quiere nuevas experiencias, acompañar proyectos con el sello no de utilidad sino de relevancia y no tienen problema alguno en migrar (incluso a costa de esperar un tiempo en su casa) si a lo que tiene que someterse es al "tedio" de la rutina.

Esta realidad no va a cambiar, así que o cambia la forma de retenerlos, y acomodamos nuestras culturas a modelos que los nutran, o veremos salir por la puerta del frente, y con la cabeza en alto, a muchos de los futuros líderes del nuevo mundo corporativo. El mundo cambió, el balón está en nuestra cancha!.

tomado de:https://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/generacion-y-inestabilidad-inconformismo/207973