“Ser feliz tiene que ver con disfrutar lo simple, lo poco o lo mucho que tengamos, valorar el trabajo actual, el sueldo y explorar el espacio en el que nos encontramos”, así lo asegura Juan Manuel Correal, comunicador y conferencista, autor de los libros ‘Sonríe, todo está bien’ y ‘La Escalera al Cielo’.
Correal afirma que todos somos felices, lo que sucede es que empezamos a negociar la felicidad por cuenta de obedecer las exigencias del mundo, como la vanidad, el ego, la necesidad de demostrar lo que tenemos y lo que somos, los rótulos profesionales y sociales, entre otros. “Estos empiezan a ponernos en un nivel de competencia que nos estresa, pero todos tenemos el mismo nivel de felicidad”, agrega.
Andrés Ramírez, profesor de la Cátedra de la Felicidad del CESA y la Universidad Sergio Arboleda, dice que una persona feliz es una persona coherente entre lo que piensa, dice y hace; una empresa con personas coherentes, conoce el propósito y el porqué de lo que hace, además, asegura que las personas felices se comprometen y trabajan dando lo mejor de sí.
“La felicidad está conectada con el ser y somos seres humanos los que formamos las empresas. Estoy convencido de que la felicidad se puede enseñar, podemos usar la felicidad como herramienta, como vehículo para transformar a las personas, las organizaciones y los gobiernos”, añade Ramírez.
Correal y Ramírez coinciden en que trabajar por un sueldo, sin propósito ni pasión, no entender para qué nos levantamos cada mañana, convivir con el estrés, la angustia, la preocupación, la ansiedad y la prisa hace que perdamos el norte y la coherencia y nos hace ser personas infelices en el trabajo.
“Cuando estas necesidades nos atrapan, terminamos pensando que es normal vivir bajo la tensión y la presión que ejerce este nivel de vida y empezamos a negociar nuestra calidad de vida y espacios de felicidad y terminamos haciendo lo que nos toca y no lo que nos gusta”, dice Correal.
De acuerdo con el Barómetro Global de Felicidad, América es la región más feliz del mundo: Argentina, México, Perú y Brasil están por encima del promedio de felicidad global y el 58% de los colombianos no cambiarían a Colombia como país de residencia.
Características de una persona feliz:
* Es comprometida y amable.
* Saluda.
* Entiende los dones, las virtudes y los talentos de su equipo para trabajar.
* Reconoce el trabajo de todas las personas a su alrededor permitiendo que otros brillen.
* Disfruta de la oportunidad de ir a desarrollar sus labores
* Sonríe.
* No tiene el ceño fruncido.
* No ve problemas donde no los hay, ni siquiera le llama problemas a las situaciones de la vida.
* Es positiva.
* Cree que todo tiene solución.
tomado de:https://www.elempleo.com/colombia/consejos_profesionales/felicidad-laboral-utopia-o-meta-de-la-vida-/15434536