Cuando en el 2010 el estadounidense Peter Diamond recibió el Premio Nobel de Economía -junto con otros dos académicos- por su trabajo analítico sobre las fricciones en ciertos mercados incluyendo el laboral, el galardón fue interpretado como un justo reconocimiento. Vinculado al prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts, se ha concentrado recientemente en el tema pensional, sobre el cual ha escrito varios libros.
Esa fue la razón por la cual Asofondos lo invitó como orador a su Congreso anual, que tiene lugar en Cartagena. Portafolio habló con él.
¿Qué percepción tiene sobre el sistema pensional mixto que existe en Colombia?
Qué enfrenta problemas serios y especialmente el régimen de prima media. El de ahorro individual tiene sus similitudes con el chileno, del cual debo destacar el principio de solidaridad adoptado en la primera administración de la presidente Bachelet y que en estos momentos está volviendo a ser examinado por una comisión de expertos.
¿Por qué dice que el sistema que administra Colpensiones tiene problemas?
Le voy a dar un ejemplo. El monto de la pensión es el promedio de los ingresos de los últimos diez años y eso crea incentivos y desincentivos excesivos, dependiendo de la edad de la persona. También genera estímulos para manipular el sistema.
¿No sucede algo parecido en otras latitudes?
En Suecia fijaba un esquema que tenía como base el promedio de los últimos 16 años y hace un tiempo se dieron cuenta de que estaba mal diseñado. Y 16 es menos malo que 10…
¿Qué más dificultades encuentra?
Creo que el poder pasarse de un sistema a otro no tiene sentido.
¿Pueden coexistir dos sistemas en forma paralela, como en Colombia?
Absolutamente. El lío es con la movilidad y eso tiene que estar especificado por la ley. Pero desde un punto de vista general, cuando miro la fórmula que se aplica aquí para la prima media puedo concluir que está mal diseñada.
¿Cómo podría arreglarse?
Cualquier sistema que funcione bien debe reflejar el aumento en la esperanza de vida de la población y también debe permitir que si la persona quiere seguir trabajando unos años más y realiza sus aportes, eso se refleje en la pensión. De lo contrario, hay un incentivo a retirarse apenas se cumplen los requisitos y eso es malo.
Pero en general la edad de jubilación ha aumentado…
Así es. En Estados Unidos se encamina de manera gradual hacia los 67 años y se ha establecido un rango que define ciertos beneficios. Uno encuentra ejemplos similares en cada vez más países.
¿Y qué reacción le produce lo que pasa en Colombia en donde los beneficios y la edad son fijos?
Que está mal diseñado.
¿Deberían retirarse a la misma edad hombres y mujeres?
Hay dos posturas al respecto. Una que dice que debería existir una sola regla para todos, independientemente del género. Otra que reconoce que las mujeres están más involucradas con el cuidado de los hijos y enfrentan limitaciones que los hombres no. Mi opinión es que aquí la decisión debe verse influenciada por factores sociales, porque la familia y su desarrollo nos deben importar.
¿Están quebrados los sistemas públicos de pensiones en el mundo?
No. La razón es que cada vez más se encuentra que los beneficios se van adaptando a factores que se reflejan en los cálculos actuariales. Hay países que se han anticipado y otros, como Estados Unidos, que identifican los problemas futuros y tendrán que ajustarse cuando llegue el momento. Es indudable que hay decisiones que tienen impacto político y en cada caso existen dilemas inevitables como gastos contra ingresos o beneficios contra carga tributaria. A eso se enfrentará Colombia.
Si pudiera diseñar un sistema pensional de cero ¿qué recomendaría?
Una combinación de pilares, sin duda. Pero no hay una respuesta absoluta, pues hay que mirar asuntos como el ingreso de una sociedad o la informalidad. No menos importante es si la política funciona adecuadamente para que sea posible hacer ajustes si son necesarios. Hay mecanismos que pueden ser automáticos, como el de las tasas de mortalidad. Por cierto, en el sistema de ahorro individual estos se encuentran incluidos cuando alguien va a comprar una renta vitalicia.
Hablemos ahora de otro tema. Un número creciente de expertos sostiene que la creciente automatización va a disparar las tasas de desempleo en el mundo. ¿Comparte esa visión?
No la comparto. Hemos venido oyendo predicciones apocalípticas durante siglos. En un horizonte razonable lo que veo como un tema es la diferencia entre salarios dependiendo del oficio que se realice. Tampoco es despreciable tener un trabajo que le dé satisfacción a quien lo hace. No todo es dinero. Veo, en todo caso, que ciertas profesiones van a tener más vacantes que otras, como la de cuidar a una población que se está envejeciendo.
¿Y la jornada laboral?
Va a evolucionar. Hace un siglo lo que es usual ahora era impensable, tanto en términos de vacaciones como de pensiones u horas trabajadas. Es muy posible que en el futuro la gente demande más vacaciones o que los días de trabajo a la semana sean menos.
¿Cuál es su posición frente al salario mínimo?
Pienso que todos los países necesitan un salario mínimo. Dejarlo al manejo de la oferta y la demanda no tiene sentido, porque el poder de una compañía es mayor que el de un individuo.
No obstante, tampoco hay duda de que si el nivel del salario mínimo es muy alto, acaba destruyendo empleo. En resumen, tiene que haber uno que no sea muy alto ni muy bajo, así como debe haber regulación gubernamental, sabiendo que todo extremo es vicioso.
¿Le preocupan las diferencias entre lo que ganan unos pocos y el resto de la población?
Mi opinión simple es que esa diferencia debe ser reflejada en la carga tributaria. El que recibe más tiene que pagar más. Es así de sencillo. Las cargas tienen que estar repartidas de manera diferente.
tomado de:https://www.portafolio.co/economia/regimen-prima-media-colombia