La pretendida modernización del sistema laboral por parte del gobierno Petro no pasó este semestre.
Tras el “naufragio” del proyecto de ley de la reforma laboral, con el que el gobierno de Gustavo Petro buscaba proteger y reivindicar los derechos laborales de 22,03 millones de trabajadores colombianos, la expectativa ahora se centra en cómo se reforzará la iniciativa para ser tramitada de nuevo en el Congreso, en el segundo semestre de este año.
Al lamentar el hundimiento del proyecto y responsabilizar a los “dueños del capital y de los medios” de lo ocurrido en el legislativo, Petro anunció que “el gobierno del cambio no abandonará los intereses de los trabajadores”. ¿Qué significa esa expresión?
Para algunos es claro que el mandatario insistirá en que se debata y apruebe una propuesta 2.0 que, como la radicada en marzo, rescate derechos como recargos dominicales y festivos del 75% al 100%, recuperar la nocturna de 6:00 p.m. a 6:00 a.m., priorizar el contrato a término indefinido y disminuir la tercerización laboral, para favorecer la estabilidad laboral.
Pero, para Jorge Iván Díez Vélez, vicepresidente segundo de la Confederación General del Trabajo (CGT), el proyecto hundido tenía poco futuro en las sesiones de Senado y Cámara, pues a su juicio el Gobierno está debilitado en sus apoyos políticos con los partidos, y en las calles hay movilizaciones masivas contra las reformas.
Igualmente, anotó que los peores riesgos de ese proyecto de ley eran: “Una reforma bastante cuestionada por las negativas consecuencias al empleo, la creciente informalidad, la inminente pérdida de puestos de trabajo y la inviabilidad empresarial”.
Las lecciones
Desde la óptica de Luis Alejandro Pedraza, expresidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), el texto que se hundió debe mantenerse y el presidente podría presentarlo para la próxima legislatura, el 20 de julio.
“El Congreso está en el deber de debatirlo, modificarlo o aprobarlo e incluso derrotarlo, pero en franco debate y votación”, comentó Pedraza, quien cuestionó la estrategia del ausentismo, según él, usada por los congresistas para no tramitar la propuesta de reforma.
El exdirigente sindical insistió en que todo proyecto de ley está sujeto a modificaciones, recortes e incluso a sustituirlo por uno que sea concertado, el cual sería el fruto del debate y la conciliación.
A su turno, Díez señaló que la lección que le queda al Gobierno es presentar un nuevo proyecto, en la próxima legislatura. “Debe reformularlo, concertarlo con todos los sectores, hacerlo viable, proteger el empleo, generar empleo, contrarrestar la informalidad y cuidar a las empresas”.
También aseguró que la CGT no le firmará un cheque en blanco al gobierno para las reformas. “Consideramos que si se pretende imponer una reforma laboral que beneficie a sectores sindicales afines al presidente Petro y desconozca otras posiciones, incluidas las que defendemos de independencia, autonomía, la generación de empleo y la sostenibilidad de los puestos de trabajo, no tendrá apoyos para presentar su proyecto de ley”.
Y es que la CGT consideraba que la reforma estaba diseñada para fortalecer expresiones del sindicalismo afines a las políticas del gobierno Petro, y la negociación se concentraba en fortalecer a los sindicatos mayoritarios, tendientes a desconocer los derechos de negociación colectiva de los sindicatos minoritarios y, además, minaba la posibilidad de crecimiento de organizaciones que estén por debajo en número de afiliados, en comparación con otros sindicatos.
¿Cambios por decreto?
Francisco Maltés Tello, presidente de la CUT, estima que ante el hundimiento de la iniciativa en el Congreso, el presidente Petro podría avanzar en algunas modificaciones laborales mediante la expedición de una serie de decretos, para implementar las recomendaciones que se han hecho desde diversas entidades como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el comité de Asuntos Laborales y Sociales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), y del plan de acción suscrito entre Colombia y Estados Unidos.
¿Cuáles serían puntualmente las transformaciones que en ámbito laboral se podrían lograr a través de esos decretos? “Por ejemplo, limitar el uso de la tercerización, y todo lo que tiene que ver con la estabilidad laboral reforzada. El trabajo en plataformas y el trabajo doméstico, entre otros asuntos podrían implementarse por esa vía”, respondió el dirigente sindical.
Otra de las apuestas del Gobierno con el proyecto de reforma hace referencia al reconocimiento de las horas extras y dominicales, pero Maltés comentó que para eso es necesario tramitar una ley modificatoria de la Ley 789 de 2002.
Añadió que por decreto también podría eliminarse los pactos colectivos de trabajo, que es una de las recomendaciones de la OIT y la Ocde. Y criticó la actuación reciente de algunos parlamentarios. “Los congresistas deben entender que les pagamos para que trabajen y legislen, no para que se ausenten. Vamos a hacer los esfuerzos para que en el segundo semestre vayan a trabajar”.
A juicio de Bruce Mac Master, presidente de la Andi, este escenario sirve para proponer soluciones que atiendan a toda la sociedad. “Es la oportunidad de resoluciones claves, como la discusión de la productividad del trabajo, de cuyo aumento depende la capacidad que tengamos a largo plazo de producir prosperidad para todos”.
De otro lado, la presidenta de la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi), Rosmery Quintero, dijo que lo acontecido con la propuesta de reforma es una oportunidad para que los diversos sectores sigan aportando y contribuyendo para generar un ambiente propicio que fomente el empleo, brinde oportunidades a aquellos que no tienen trabajo y promueva la adopción de incentivos para reducir la informalidad.
“En este sentido, consideramos fundamental seguir profundizando y simplificando la normatividad para que el mayor número de microempresas se vinculen a la formalidad laboral y empresarial”, concluyó Quintero.
Para María José Bernal, directora de Fenalco Antioquia, es momento de proponer una reforma laboral que sí refleje las necesidades de Colombia, y que esta no salga del deseo de privilegio de una minoría, ni que tampoco sea fruto del análisis desconectado de oficina en la capital del país a puerta cerrada, ni excluya a 2 de cada 3 colombianos. La dirigente gremial, en su cuenta de Twitter planteó: “Una reforma laboral que sí quiera formalizar, generar empleo. Sacar gente de la pobreza pasa por flexibilidad laboral, contratación formal por horas, menos costos laborales, eliminación de recargos nocturnos, la no estabilidad laboral reforzada y tercerización”. Además, abogó por horarios flexibles, modelos híbridos de trabajo y contrataciones flexibles. “Es el momento de trabajar por una reforma que sí entienda el mercado laboral, que tenga en cuenta más del 60% de la fuerza laboral que está desempleada o es informal. Una reforma con la que dejen camellar”, anotó.