El superintendente de Sociedades, Luis Guillermo Vélez, señaló que con estas nuevas normas se va a dar un cambio muy profundo al sistema, ya que va a pasar de una contabilidad netamente tributaria a una profundización de la información financiera. "Las nuevas normas, cuyo enfoque no es fiscal sino de información financiera, traen información mucho más sofisticada, exacta y completa que refleja una mejor realidad económica de las empresas", manifestó el funcionario.

Las compañías, por la legislación colombiana, están obligadas a reportar anualmente su cierre fiscal, algo que no cambiará con las nuevas reglas, pero que entra en discusión, ya que las normas internacionales le ofrecen mayor libertad a las firmas para sus balances financieros. "Las empresas pagarán impuestos a través de un reporte fiscal, que seguirá siendo al 31 de diciembre, pero tendrán su contabilidad que va cerrando cuando lo crean conveniente", dijo a LR el Superintendente de Sociedades.

El director de la Dian, Juan Ricardo Ortega, coincidió en que el nuevo sistema contable trae diferencias enormes con el que venían trabajando las empresas colombianas y que por eso se está buscando una transición de uno al otro para que no se vean afectaciones para las empresas.

Por su parte, el contador Samuel Cruz explicó que el país está en un proceso de globalización que obliga a las empresas a entrar en estas nuevas normas y para eso deben estar bien preparadas para que el cambio, que se empieza a dar en 2014, no afecte los estados financieros de la economía.

"La Ifrs-Niif es tan amplia que puede afectar los activos, el sistema tributario o se van a afectar los pasivos de la compañía. Sin embargo, las empresas tendrán que hacer el cierre en diciembre, tal como se viene haciendo", señaló.

A simple vista, las nuevas normas no traerán cambios al cierre fiscal, ya que para lograr hacerlo se debe empezar a cambiar toda la norma tributaria, desde los impuestos, hasta el pago de las obligaciones como las nóminas y los servicios públicos.

El debate empresarial

El presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia y el Consejo Gremial, Rafael Mejía, explicó que a los empresarios les caería bien cambiar el periodo fiscal para otra época del año como se hace en otros países del mundo.

El presidente de la Cámara, Simón Gaviria, planteó la discusión hace un año, asegurando que "este esquema es de alta inconveniencia, ya que para los países de occidente, como Colombia, fechas de alta relevancia como Navidad y año nuevo se dificultan porque muchos de los profesionales especializados en materia contable, auditoria y revisión fiscal están en vacaciones".

Rafael Mejía manifestó que preferiría que se estudiara con mucho cuidado lo que es el año fiscal de lo que es el año calendario. "Tendríamos que sentarnos a mirar cuándo son los vencimientos de las fechas tributarias y otras más elementales como las nóminas y los servicios públicos para hacer ajustes en la materia".

Pero hay empresarios que no están de acuerdo con un cambio en el periodo. Es el caso del presidente de Confecámaras, Julián Domínguez, quien fue enfático en decir que "la mayor conveniencia para el país es mantener el cierre contable y financiero al 31 de diciembre, haciéndolo coincidir con el año calendario". El presidente de Asopartes, Tulio Zuloaga, dijo que "para llevar bien las cuentas, hacer un calculo bien hecho y saber que es lo que va a pasar, es importantísimo que se mantenga con el calendario normal del año".

El año fiscal de la región

En Latinoamérica normalmente el periodo fiscal empieza el primero de enero y termina el 31 de diciembre, aunque hay países que tienen ciertas características diferentes como el caso de Estados Unidos, donde empieza en octubre y tienen mayor libertad. Países como Australia, Egipto e Italia arrancan su año fiscal el primero de julio; mientras que India, Canadá, Hong Kong y Alemania lo hacen el primero de abril.

Tomado de: Larepublica.com.co