Renunciar al trabajo que se ha tenido, no es una decisión para tomar a la ligera, sobre todo cuando se llevan años e incluso décadas. Es necesario evaluar con antelación y detenimiento diferentes aspectos para evitar arrepentimiento o frustración posteriores.
Es recomendable aterrizar los motivos por los cuales se origina el retiro y no dejarse llevar por las emociones, sino calmarse y pensar detenidamente si la razón de la renuncia es válida.
De lo contrario puede ocasionarle al empleado inestabilidad económica, profesional, personal y familiar, según explica Sofía Said, consultora Asociada para la división de Sales & Marketing en la firma caza talentos Hays Colombia.
Sentir que su empleo ya no le aporta, ser contratado en otra empresa o emprender un negocio propio son algunos de los motivos principales para salir de un trabajo, porque a partir de ellos es posible establecer un plan que facilitará las acciones a tomar, agrega Natalia Bonilla, consultora en recursos humanos y comunicación.
Por ejemplo, alguien soltero no afrontará de la misma forma una renuncia que una persona casada o que otra con hijos.
Por tanto, los especialistas consultados recomiendan analizar previamente cuál es su situación personal, personas a cargo y compromisos económicos. Puntualmente aconsejan evaluar los siguientes aspectos:
- Contar con apoyo familiar, tanto anímico como económico en caso de ser necesario.
- Tener un 'colchón' económico para sostenerse, al menos, seis meses luego de un retiro laboral.
- Evaluar todas las alternativas del nuevo camino a tomar.
Al final, si idea y ejecuta un plan de renuncia de manera ordenada y juiciosa puede aumentar sus posibilidades en ese nuevo trabajo o proyecto.
Ante todo, un buen adiós
Quedar en términos cordiales con el jefe, los compañeros de trabajo y la empresa en general, sí es posible.
Hay que considerar si la relación establecida durante el periodo de trabajo fue buena, porque este tipo de despedida representa, de alguna forma, un 'duelo' para todos, puntualiza Natalia Bonilla.
En este sentido es clave notificar con anticipación sobre la renuncia para darle tiempo a su superior y al área de recursos humanos de buscar un remplazo o encargarle las funciones a otro colaborador.
Es ideal hacer un empalme con el nuevo empleado, aunque no siempre es posible. Por otro lado despedirse formal o aunque sea verbalmente, ofrecer sus servicios para el futuro y dejar las puertas abiertas son algunas acciones que permitirán mantener su imagen y prevenir una salida abrupta.
Tomado de: elempleo.com