El Consejo Técnico de la Contaduría Pública (CTCP) ha emitido una aclaración importante para contadores públicos y revisores fiscales que desempeñan funciones en empresas relacionadas, abordando la incompatibilidad de ejercer simultáneamente como revisor fiscal en una entidad y contador en una empresa filial o subsidiaria de la misma. Esta situación, además de constituir una inhabilidad expresa según el artículo 51 de la Ley 43 de 1990, plantea un claro conflicto de interés que afecta la objetividad e independencia del profesional. La normativa establece que, en estos casos, el contador debe abstenerse de aceptar el cargo de revisor fiscal por un periodo mínimo de seis meses tras haber cesado en su rol de empleado o contador de la empresa o de sus subsidiarias. Este principio busca proteger la integridad del ejercicio profesional y garantizar la transparencia en la información financiera presentada a los usuarios y accionistas.
Este concepto del CTCP enfatiza la necesidad de prácticas éticas y objetivas en la contaduría pública, reforzando que el profesional debe mantener una distancia prudente de roles que puedan interferir con sus decisiones. La prohibición de asumir funciones de revisoría fiscal en entidades donde el profesional ha tenido una relación laboral reciente, asegura que no existan vínculos que comprometan su juicio y le permita actuar con total independencia. Así, el CTCP reafirma su compromiso con la ética contable, proporcionando directrices claras que orientan a los contadores en la toma de decisiones responsables y en el mantenimiento de la confianza que el público deposita en sus informes y recomendaciones.