Contrapartida Pontificia Universidad Javeriana

De Computationis Jure Opiniones

Número 699 y 700, Mayo 27 de 2013
 

En caso contrario estos elementos se clasificarán como inventario” (Esta modificación aplica desde el 1 de enero de 2013).
 

Así las cosas, las herramientas, los repuestos y el equipo auxiliar son objeto de depreciación únicamente cuando tales elementos están disponibles para su uso, como lo indica la definición del párrafo 6 de la NIC 16, es decir, cuando el elemento “se encuentre en la ubicación y en las condiciones necesarias para operar”(IAS 16, p55).

Por lo tanto, si estos elementos están en una bodega o en una ubicación diferente al lugar donde pueden operar, se deben tratar como inventarios y como tal no son objeto de depreciación, ni siquiera tratándose de repuestos “importantes” ni los que solo pueden ser usados en relación con otro activo (que era el tratamiento anterior).

Con esta modificación se reduce la carga operacional que implicaba depreciar estos elementos aún antes de su instalación o uso.

Así, los pequeños componentes que hagan parte del mantenimiento regular de las Propiedades, Planta y Equipo se reconocen como gasto en virtud del párrafo 12 de la NIC 16, mientras que los repuestos, herramientas y equipos, incluyendo los que se adquieren para prevenir contingencias, se reconocen como inventarios mientras se encuentren en bodegas o sin instalar y solo se reconocen como propiedades, planta y equipo cuando se incorporen al activo principal para su uso.

Por ejemplo, la compra de llantas para un cambio regular, se reconocen como gastos, salvo que se trate de una cantidad que se almacena para su consumo futuro, lo cual cumpliría la definición de inventarios. Una vez instaladas, se reconocen como gastos, excepto que deban depreciarse en razón al uso durante más de un periodo, como en el caso de las llantas de volquetas gigantes en la industria minera.

Una vez incorporados estos elementos en las propiedades, planta y equipo, su depreciación se realiza aun cuando no se encuentren en uso (por ejemplo mientras una máquina está en reparación temporal), pues el método de la línea recta supone una distribución sistemática lineal. No obstante, si el método de depreciación es el de unidades producidas y el elemento no se está usando, la depreciación es nula.

En la primera parte concluimos que las piezas de repuesto, las herramientas y equipo auxiliar no son objeto de depreciación sino están incorporadas, esto es, instaladas y operando de la forma prevista por la Gerencia.

 

Análisis del tratamiento anterior: Si las piezas de repuestos importantes se reconocen como propiedades, planta y equipo, aún sin usarse, deben depreciarse desde el reconocimiento inicial. No obstante, dicho tratamiento, aunque interesante, deja de lado los requerimientos de medición posterior y permite preguntarnos si deben mantenerse al costo o por su valor revaluado.

En caso de aplicar el método del costo, ¿cuál sería el valor de uso?, pues dicho cálculo considera la diferencia entre el valor en libros (si éste es menor) y el valor recuperable (que es el mayor entre el valor razonable menos costos de venta, y el valor de uso). El concepto mismo de valor de uso implica la imposibilidad práctica de reconocer como Propiedades, Planta y Equipo aquellos elementos que aún no están siendo “usados” por la entidad.

En caso de aplicar el método del valor revaluado, ¿la revaluación se debería extender a las piezas que aún no están en uso y se le debería aplicar los requisitos exigidos en el párrafo 35 de la NIC 16?

De esa manera, el cálculo del valor revaluado incluiría todas las piezas de repuesto relacionadas con el activo revaluado. En algunos casos ello conllevaría a no reflejar razonablemente el valor de la propiedad, planta y equipo, máxime tratándose de compañías con alto volumen de inventarios de piezas de repuesto con valores significativos.

En nuestro concepto, las piezas de repuesto importante deben reconocerse como inventarios, pero, por no estar disponibles para la venta, se debe monitorear permanentemente su valor, considerando el párrafo 28 de la NIC 2, el cual establece que: “El costo de los inventarios puede no ser recuperable en caso de que los mismos estén dañados, si han devenido parcial o totalmente obsoletos, o bien si sus precios de mercado han caído.

Asimismo, el costo de los inventarios puede no ser recuperable si los costos estimados para su terminación o su venta han aumentado. La práctica de rebajar el saldo, hasta que el costo sea igual al valor neto realizable, es coherente con el punto de vista según el cual los activos no deben registrarse en libros por encima de los importes que se espera obtener a través de su venta o uso.”

Estos inventarios no son objeto de valoración a través del método de valor neto realizable, por cuanto no están disponibles para la venta, pero la obsolescencia total o parcial, si llegare a presentarse, se reconocería como un deterioro del valor.


Luís Henry Moya Moreno

Juan Fernando Mejía
 

Número 699 y 700, Mayo 27 de 2013

Tomado de: https://www.javeriana.edu.co/personales/hbermude/contrapartida/
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