Ahora bien, es importante desentrañar el objetivo de la emisión de esta norma diferenciada (“¿para qué se emitió la NIIF para las PYMES?”), porque los malos entendidos en referencia a ello suelen suscitar una serie de construcciones intelectuales y debates que se diluyen cuando se los enfrenta con tales fundamentos.

Tal vez deberíamos comenzar por decir que el título “NIIF para las PYMES” nos induce a esta incomprensión profunda de lo que en realidad motivó al IASB a emitir esta norma diferenciada.

El IASB, como consejo emisor de estándares de información financiera, no desarrolla “normas-basadas-en-entidades” (es decir, cuyo “punto de partida y fin último” sean y se orienten a satisfacer las características del emisor de los EFPG); sino “normas-basadas-en-usuarios” (es decir, en las necesidades que tienen los USUARIOS PRINCIPALES de la información financiera de propósito general para tomar decisiones sobre proveerle recursos a la entidad que informa). Así, luego de varios análisis de las evidencias empíricas recogidas, se pudo comprobar que –a diferencia de las empresas que hacen oferta pública de sus títulos de deuda o de sus acciones u otras, como bancos o aseguradoras, que comprenden ese universo conocido como “entidades de interés público” (porque si fueran a la ruina, arrastrarían a su misma suerte a miles de inversores individuales que quisieron “apostar” sus ahorros en aras del rendimiento que le ofrecían tales entidades)– las pymes no construyen su financiación de forma sistemática mediante el ahorro público. Más bien, las pymes financian su actividad:

a) o bien a través de los aportes de sus propietarios; o

b) o bien, a través de instituciones de crédito (por ejemplo, bancos, mutuales de créditos, etc.)

En este orden de idea, debemos recordar que un alto porcentaje de las entidades que solemos calificar como pymes se financian con los aportes de sus propietarios que a su vez son gestores de tales unidades de negocios.

Bueno, la NIIF para las PYMES no está diseñada:

a) para proveerle información a los propietarios de una pymes que además participan en la gestión del capital invertido (es decir, que gerencian el negocio);

b) para proporcionar una herramienta que le facilite a miles de entidades pequeñas y medianas la preparación de EF bajo estándares internacionales.

La NIIF para las pymes están diseñadas para aquellas entidades que no afectan de forma masiva al ahorro público (es decir, las que NO son empresas cotizantes, bancos, aseguradoras…) pero que gestionan capital que ha sido aportado por terceros (pero que no son “un amplio grupo de individuos”) que usan tales EFPG para evaluar la solvencia y la liquidez de la pyme en el corto y mediano plazo.

Pongamos en ejemplos las palabras anteriores:

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Situación “A”

La pymes “A” es una empresa “cerrada” (no cotiza sus títulos valores) dedicada a la actividad industrial. No tiene líneas de crédito formalizada con instituciones financieras, más que una autorización para sobregiros bancarios en caso de que sus necesidades de liquidez así lo demanden. La casi totalidad de sus actividades están financiadas por sus accionistas, a excepción de cuentas por pagar de cortísimo plazo que tienen que ver con las condiciones del mercado donde compra la pyme “A” más que con su propio interés financiero. Todos los accionistas de la pyme “A” participan en la gestión del negocio, ocupando diferentes puestos.

Análisis de la situación “A”

La pyme “A” no tiene usuarios de su información financiera destinada al público externo distintos que sus propietarios-gerentes, los cuales no son USUARIOS PRINCIPALES de acuerdo con la idiosincrasia del IASB. Al margen de que la pyme “A” podría usar como base la NIIF para las PYMES para preparar sus EF, probablemente no “rentabilizaría” tal información como se supone que debería, porque la usaría más bien con otros propósitos –fiscales o para cumplir con alguna obligación forma de presentarla ante un regulador–.

Situación “B”

La pymes “B” tiene las mismas características que la pyme “A”, a diferencia de que para renovar sus maquinarias, realizó una operación de leasing con un banco, el cual evalúa de forma semestral sus EFPG para ratificar o rectificar el interés del préstamo realizado, en base a la situación económico-financiera que se deja en evidencia en tal análisis.

Situación “B”

Si la pyme “B” preparase sus EFPG de acuerdo con la NIIF para las PYMES, no solo tendría información basada en normas para producir información financiera de propósito general, sino que le daría además el uso que este tipo de informes tiene previsto, ya que tiene al menos un USUARIO PRINCIPAL de los que son definidos por las NIIF (un prestamista; en este caso, en banco).
*Ello no limita la posibilidad de que la autoridad fiscal o el regulador también estén interesados en tal información y le requieran a la pyme “B” que la presente o la emplee como base para cumplir ciertas obligaciones.

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En definitiva, la NIIF para las PYMES es más bien una “NIIF para los usuarios principales de los EFPG de las pymes”. La lógica subyacente es:

“Si los usuarios principales de los EFPG necesitan información ‘menos exigente’ para sus evaluaciones, en virtud de los horizontes de análisis que manejan, ¿para qué exigirle a las pymes producir información más costosa que sus usuarios no encuentran estrictamente necesaria?”

Por eso, la NIIF para las PYMES es una norma:

a) que busca satisfacer las necesidades de los usuarios de los EFPG de las pymes (atención: de los USUARIOS PRINCIPALES);

b) que simplifica sus requerimientos atendiendo los costos y capacidades de las pymes. Es decir, ante un requerimiento cuyo cumplimiento podría ser muy costoso para una pyme, la pregunta que sigue es “¿genera esto información que sea una imagen fiel y que resulte en información relevante para los usuarios principales de los EFPG de las pyme?”. Si la respuesta es no, ahí existe un requerimiento a simplificar o eliminar.

Por eso, en el ámbito de las NIIF, el término “pyme” no hace alusión al tamaño del ente emisor, sino más bien al tamaño del universo de inversionistas y prestamistas –proveedores de recursos en general– que podrían correr una suerte ruinosa en caso que la pyme gestione mal los recursos que se le proveen.

EN EL “MUNDO NIIF”, NO SE ES PYME O “NO PYME” EN FUNCIÓN AL TAMAÑO DE VARIABLES INTRÍNSECAS DE LA ENTIDAD EMISORA –MAGNITUD DEL ACTIVO TOTAL, IMPORTE DE LAS VENTAS O DE LOS RESULTADOS, CANTIDAD DE EMPLEADOS– SINO EN FUNCIÓN A LA MAGNITUD DEL DAÑO FINANCIERO QUE UNA ENTIDAD PUEDE CAUSAR A “UN AMPLIO GRUPO DE TERCEROS” POR UNA MALA ADMINISTRACIÓN DE LOS RECURSOS QUE SE LE CONFIARON.

** Al respecto, le sugerimos leer: 1) la Sección 1 de la NIIF para las PYMES – 2) la guía de autoformación de la Sección 1 preparada por la iniciativa de educación de la Fundación IFRS – 3) los fundamentos de las conclusiones del Q&A 2011|02 desarrollado por el SMEIG (grupo de implementación de las pymes del IASB, que asesora a este último en temas de contabilidad para pymes).

Dr. Hernán Casinelli, Buenos Aires. Argentina.