De Computationis Jure Opiniones
Numero 1632, 26 de Octubre de 2015.

La angustia de los contadores llegó a lograr que el artículo 73 de la Ley 43 de 1990 estableciera: “El Gobierno Nacional procederá a dictar las normas a que haya lugar, con el único fin de evitar el desequilibrio entre el número de profesionales de la Contaduría y la demanda de servicios de tales profesiones dentro de los parámetros establecidos en la presente Ley. Para tal efecto intervendrá por mandato de la ley en los términos del ordinal 11 del artículo 76 de la Constitución Nacional, en todos los aspectos de formación profesional de la Contaduría Pública”. Esta norma fue declarada inexequible en el año 2000. Durante su vigencia nunca se aplicó.

En estas épocas hay mucha presión para que se establezca la habilitación o certificación obligatoria. Se pretende subir el nivel mínimo de preparación. Hoy muchos programas se posicionan aduciendo que forman personas más competentes; algunos incluso dicen que sus egresados tendrán talla mundial.

Una vez la gente obtiene el título se hace valer. Si hay quienes se consideran superiores, automáticamente se alinean en su contra. Como se sabe, hoy las agremiaciones congregan una minoría de la profesión, pues la mayoría ha resuelto desentenderse de su actividad. Poco a pocolas dos principales agremiaciones crecen sobre la base del aumento de servicios a sus miembros.

Recientemente IFAC publicó la investigación NEXUS 1: THE ACCOUNTANCY PROFESSION, BEHIND THE NUMBERS. Entre otros hallazgos se encontró que “Reflecting new entrants to the accounting profession, growth in membership of IFAC PAOs significantly outpaced total employment growth in all but one region. In developed economies, IFAC PAOs grew 20%, despite slower growth in total employment; in the least developed nations and the large, fast-growing MINT group of economies, IFAC PAOs grew 17% and 18%, respectively.” Con todo “Based on national statistics, Cebr estimates that IFAC PAO members represent only one-third of those working in accounting-related fields around the world.” Tal vez estas cifras sirvan para ver las cosas con una óptica mundial y no con el estrecho catalejo de la nacionalidad.

La cuestión es que las academias hemos dejado de formar miembros activos de la profesión. Los egresados se dispersan una vez graduados. Por todos lados, a instancia de los criterios de registro calificado y de acreditación, se han activado programas de recuperación del egresado. Los profesionales buscan nuevos medios de capacitación y los encuentran en la empresa privada. Hoy, como hace más de 60 años, las Cámaras de Comercio juegan un papel importante. Ahora bien: que IFAC represente la tercera parte de la profesión ciertamente es significativo.

Hernando Bermúdez Gómez