Una vez pase la efervescencia de las discusiones de la reforma tributaria, el siguiente gran ajuste en la agenda debe ser el tema pensional.

Así lo considera Jorge Humberto Botero, presidente de Fasecolda, gremio que esta semana realizará su Convención anual.

¿Como ve el desempeño de la economía?

Tendrá un crecimiento de 2,5% anual, que es mediocre pero mejor que el promedio de América Latina. Pese a la desaceleración, el empleo formal muestra una estabilidad notable e incluso sigue creciendo, lo que obedece a que los desestímulos a la generación de empleo se han reducido. La inflación muestra una tendencia descendente, pero es un proceso gradual que tomará al menos dos años. Si bien se han notado tendencias de indexación de precios, parece que las expectativas también están disminuyendo, con lo cual hay algo de tranquilidad. Y en el frente externo, se está reduciendo el déficit en la cuenta corriente.

¿Qué le preocupa?

Tenemos el posible aumento en las tasas de interés de la Reserva Federal, que será un problema severo para quienes tienen déficit de cuenta corriente. El Banco de la República tiene herramientas para afrontar un retiro de inversión de portafolio si se diera: reservas internacionales y la línea de crédito con el Fondo Monetario Internacional. Es un problema serio, pero no excede la capacidad de gestión.

¿Qué espera de la reforma tributaria?

Tengo la certeza de que el Gobierno presentará una buena reforma, que redistribuya las cargas, aumente el recaudo y mejore la equidad del sistema. Hay buenos insumos como el informe de la Comisión de Expertos y los de otros organismos, y creo que se está trabajando con seriedad. Una buena reforma implicarádisminuir la dispersión de impuestos que gravitan sobre los empresarios y bajar la carga.Hay que entender que las compañías no son más que medios para la producción de riqueza y empleo.

¿Quién debe asumir la carga?

Las empresas no son ricas, pero los dueños sí lo son, y esas personas de alto ingreso (fundamentalmente rentistas de capital, no tanto los asalariados) tienen que tributar más, seguramente sobre los dividendos que reciban. 

Inevitablemente el país tiene que afrontar una reforma del IVA, habrá que universalizar el gravamen, evitar la dispersión tarifaria y quizá en alguna medida, un incremento tarifario. Hay que gravar la canasta familiar, pero tomar medidas para evitar el impacto en los sectores más pobres.

¿Eso no le pone otro freno a la economía?

El momento difícil de la economía da para pensar que si se pone a pagar más impuestos el proceso de recuperación será difícil, pero si no se reduce el problema de déficit, habrá un proceso de ajuste traumático, con una pérdida de capacidad de gasto o de consumo. Colombia no ha tenido una situación de esas, y es por eso que no hay mucha sensibilidad al respecto.Esperamos que el proceso de discusión en el Congreso produzca un resultado virtuoso.


¿Qué otros temas considera prioritarios?

Colombia debería tener una política minera y proactiva, porque esta actividad está en mínimos y estamos abocados a perder la autosuficiencia petroleraPor otra parte, este fue otro año sin reformas a la seguridad social, yo esperaría que el Gobierno lo afronte el año entrante. 

El sistema no está proveyendo pensiones adecuadas porque son pocas las personas que logran acceder. Sin cotizaciones, fidelidad y ajuste de edades de retiro, será imposible tener pensiones adecuadas. Hay que seguir combatiendo la informalidad, crear un seguro de desempleo y fortalecer el pilar solidario, entre otros temas.

¿Cuáles son los temas de la agenda aseguradora?


Estamos desarrollando estrategia de seguros inclusivos, para llegarle a poblaciones marginadas (no necesariamente de bajos ingresos), con productos masivos y de bajo costo. 

Igualmente, tenemos grandes preocupaciones sobre el Soat, por el fraude y porque en algunos casos es más alto el costo de expedirlo que la prima misma. Y en general, hay que revisar las tarifas y categorías del seguro, porque todos los riesgos son diferentes.