Pero esta estructura del 85% ha sido la tendencia desde la última reforma constitucional de 1991, luego podemos decir que durante 25 años se han consolidado como los tributos más importantes del nivel nacional y toda la economía empresarial en esencia gira alrededor de estos dos gravámenes.

Alteraciones como la del CREE, IMAN, IMAS e impuesto al consumo efectuadas recientemente no dieron los resultados esperados en el recaudo nacional, pero a no dudarlo hacen altamente complejo el sistema tributario a las ganancias principalmente en el caso de Colombia como se expuso en un artículo anterior en esta columna.

En 2015 el complemento del 83% para llegar al 100% es decir el 17% se explica por Gravamen a los Movimientos Financieros GMF más timbres por el 6%, impuesto a la riqueza 4%, gasolina y ACPM 3% y aranceles 4%.  Vemos una mejor distribución de portafolio en estos tributos en el sentido que no hay alta concentración en alguno de ellos como sí ocurre con el impuesto a la ganancia y el IVA en el 83% y que analizamos previamente.

Se advierte en primera instancia que eliminar cualquiera de los tributos que representan el 17% del total nacional al 2015 podría generar complicaciones delicadas macroeconómicas y es el caso específico del GMF, del cual se propone insistentemente en la inconveniencia de este tributo para el sistema financiero y la bancarización de la economía. Reemplazar un 6% del total del recaudo nacional no es una tarea menor e ingeniar un tributo que sea efectivo y que no haga ruido en las transacciones de la economía todavía no se ha descubierto. Aclaramos que los recaudos por impuesto de timbre tiene un muy bajo impacto y que sumamos con el GMF simplemente para facilitar el análisis pero son dos impuestos que no tienen absolutamente ninguna correlación.

Aparece un nuevo actor en el recaudo a partir del 2013 y es el impuesto a la gasolina y al ACPM que rápidamente se posesiona en el 3% del total del recaudo nacional durante 2014 y 2015 inclusive, pero que no logra desplazar todavía en los niveles de recaudo al GMF y por ahora no sería conveniente un incremento en tarifas de este tributo por los efectos inflacionarios que pudiera generar.

En resumen una reforma tributaria sobre la estructura del 85% del recaudo del total nacional en promedio de los últimos 25 años que son los tributos de renta e IVA, deberá ser revisada técnicamente y sin improvisaciones como las observadas recientemente para evitar posibles desajustes macroeconómicos.

Cordialmente,

GABRIEL VASQUEZ TRISTANCHO

Columnista Vanguardia Liberal

Tax Partner – Baker Tilly

E-mail: [email protected]

Bucaramanga, 25 de abril 2016