Fuente: www.losrecursoshumanos.com
El proceso de búsqueda de empleo es sin duda una de las facetas que resultan más desgastantes para las personas. Ya sea recién egresados o candidatos con amplia experiencia, el camino que se debe seguir para encontrar la mejor oportunidad profesional no es sencilla; la competencia cada día es más fuerte y los trabajos son para los más preparados; la pregunta que todo candidato se hace es ¿cómo lograr que el reclutador se dé cuenta que soy la persona ideal para el puesto?, ¿cómo sobresalir de los demás que están compitiendo por cubrir la vacante? La respuesta es sencilla: una buena actitud ante los conocimientos y posibilidades de desarrollo de cada persona. El camino a alcanzarlo no es fácil, mucho menos durante el proceso de búsqueda de empleo que puede ser tan frustrante.
Antes que nada, se debe entender que el mejorar la actitud es la culminación de una serie de actividades que tienen que comenzar por el reconocimiento de uno mismo. Realizar un análisis personal objetivo, incluso se puede pedir la ayuda de compañeros de trabajo o escuela, familiares y amigos para destacar las competencias y áreas de oportunidad con las que se cuentan y poder diseñar un plan de acción en donde se puedan potencializar las habilidades y donde se tengan camino para aprovechar las áreas de oportunidad y convertirlas en un punto a favor. Naturalmente esto lleva varios meses llevar a una conclusión satisfactoria, sin embargo, con el simple hecho de tener el primer análisis de nuestra persona, nos muestra un camino a seguir para vender mejor las habilidades que se tienen, redactar un mejor CV, así como aprovechar mucho mejor las entrevistas de trabajo.
El determinar acciones con periodo de tiempo limitado y cumplirlas en su totalidad es fundamental; por ejemplo, si dentro del análisis personal se detectó la oportunidad de aprender un idioma, dentro del plan de acciones se debe considerar el presupuesto, el lugar donde se estudiaría y el tiempo que tomará culminar esta actividad. Para las empresas, el ver que un candidato está preocupado por mejorar sus habilidades y está realizando actividades extras para mejorar sus oportunidades profesionales habla de ambición en la persona, de proyección a mayores retos y en este mundo de alta competitividad, esas son las personas necesarias para alcanzar los objetivos de cualquier organización, esos son los candidatos ideales para cualquier compañía.
Podría sonar un tanto redundante el tercer paso para mejorar la actitud, pero es importante llevar a cabo y culminar con el mejor éxito posible el plan de acción que se diseñó, convertir en realidad lo que se redactó en papel, mejorar nuestras habilidades para proyectar una mayor ambición, esto ayuda al candidato a incrementar sus competencias y la confianza que tiene hacia su persona. Con mayores conocimientos y mayores logros obtenidos, mayor autoestima, con esto, la actitud positiva y de ambición se hace presente rápidamente y las oportunidades de encontrar un mejor trabajo mejorarán indudablemente.
De acuerdo a la última encuesta Workmonitor realizada por Randstad, el deseo de crecer profesionalmente está presente en el 83% de los mexicanos, pero es importante que ese anhelo se transforme en acciones contundentes y precisas, para incrementar la competitividad personal y profesional, mejorando la actitud y abriendo nuevas oportunidades de desarrollo.
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