Fuente: https://www.finanzaspersonales.com.co/

Las tarjetas de crédito, independientemente de la que se trate, NO deben ser utilizadas para financiarse… ¡y mucho menos si se trata de gasto corriente! Opinión de Rigoberto Puentes.

El fin de semana, mientras estaba haciendo la fila para pagar en el supermercado, inadvertidamente escucho cuando a la señora que estaba delante de mí le dicen el monto de su compra (algo así como $220.000). Veo que saca su tarjeta de crédito y el cajero le hace la acostumbrada pregunta: “¿Cuántas cuotas?”… Hasta ahora todo normal…

-Veinticuatro –respondió tranquilamente la señora.

-¡¿Quéeee?! -pensé para mis adentros, mientras me mordía fuertemente la lengua y procedía a acomodar mi compra en el mueble de la caja registradora…

¿Por qué algunas personas hacen esto? ¿Qué pasaría si alguien le hiciera caer en la cuenta a esa señora que su compra de $220.000, manejada de la manera en la que lo hizo, va a terminar costándole $270.000 aproximadamente?

Muy seguramente lo pensaría dos veces y actuaría de una manera diferente.

Las tarjetas de crédito, independientemente de la que se trate, NO deben ser utilizadas para financiarse… ¡y mucho menos si se trata de gasto corriente!

Las tarjetas de crédito deben ser usadas solamente por facilidad y comodidad… Y si saben emplearse bien, se obtiene dinero prestado durante 29 días sin pagar intereses…

Ahora bien… no es fácil. Psicológicamente el efecto que se tiene al sacar $220.000 de la cartera para pagar por algo es muy distinto al que se siente cuando simplemente se pasa el plástico al cajero y “luego veremos”…

Pero… ¿qué hace ahora el apreciado lector, cuando está leyendo esto y ya tiene una enorme deuda de tarjetas de crédito?

Lo primero es ¡retomar el control de sus finanzas! Hay que hacer un presupuesto… determinar exactamente cuánto ingresa y cuánto sale mensualmente… y si está muy desorganizado hacerlo semanalmente o hasta diariamente.

Hay que darle prioridad al pago de la tarjeta de crédito y saldar esa deuda lo más pronto posible. Para ello, probablemente habrá que recortar algunos gastos no esenciales. Por ejemplo: ¿es necesario tomarse esas cervezas con los amigos después del trabajo?, ¿tiene que almorzar en la calle?, ¿no puede comer en la casa o llevar el almuerzo al trabajo? No lo sé… Eso es algo que cada quien debe determinar según sus características personales. Pero lo que sí sé es que… ¡hay que ser creativo y eliminar esa deuda!

Poco a poco… edúquese financieramente y retome el control de sus finanzas… ¡Sí se puede!

Tomado de: https://www.finanzaspersonales.com.co/wf_InfoArticulo.aspx?idArt=816