Fuente : https://www.elespectador.com

Sergio Díaz-Granados, ministro de Comercio Exterior, explica de dónde saldrá el billón de pesos que necesitan las nuevas medidas donde segun la reforma impulsará las exportaciones. 

A punto de cumplir su tercer mes al frente del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, Sergio Díaz-Granados ha tenido que aprender a la fuerza a doblar las horas del día. “Ha sido difícil atender todos los frentes de trabajo, tanto dentro como fuera del país, porque este es el Ministerio de la diplomacia comercial”, comenta sentado en un escritorio que no es el suyo, en un día no incluido en la jornada laboral, tan sólo momentos después de bajarse de un avión.

Un trabajo que no cesa al poner los píes en tierra, sobre todo cuando el Gobierno acaba de expedir una ambiciosa reforma arancelaria para corregir el rumbo de la economía (ver gráfico). El ministro le explicó a El Espectador el impacto que tendrán las medidas y las estrategias que su cartera implementará para fortalecer los lazos comerciales con el mundo.

¿Cuáles serán los efectos prácticos de la reforma?

Tendremos un crecimiento calculado del 0,22% en el PIB tanto para este año como para los que vienen. También se generarán 150.000 empleos formales. Todo esto puede tener un costo fiscal aproximado de $1 billón, que el Gobierno y el Ministerio de Hacienda consideran razonables para las finanzas del año entrante.

¿De dónde saldrán esos recursos?

Hay muchas variables que contribuirán: una es la generación de empleos formales que, por vía de impuestos de renta, retención en la fuente y demás ingresos, aportarán al Sistema General de Financiamiento. También lo hará el crecimiento de las importaciones que, aunque será con tarifas menores, a su vez impulsarán las exportaciones. Además, se generará un dinamismo en el comercio que permitirá, gracias al IVA, recaudar más recursos para el fisco, de manera que la reforma tiende a ser neutra desde el punto de vista presupuestal.

Este $1 billón que se deja de recibir beneficiará la productividad y la competitividad de la economía, sobre todo para la pequeña y mediana empresa (pyme). Hay sectores, como el de confecciones, marroquinería, calzado, los productores finales de madera, de plástico, los ensambladores de computadores, que tendrán materias primas más económicas con las que podrán mejorar su productividad.

¿Cómo quedarán los aranceles?

Todo lo que son bienes de capital y materias primas asociadas con la industria tendrán un arancel del 5% y el de los bienes de consumo pasará a 15%. Hay unas rebajas importantes que les servirán inmensamente a la industria agrícola y a la de bienes intermedios y finales, porque tendrán bienes de capital más económicos, al igual que materias primas a precios bajos, para ser transformados.

¿Hay excepciones?

La agricultura no se tocó por considerarse sensible. Colombia tiene cerca de 7.000 partidas arancelarias, de las cuales solamente 4.000 se alteraron con la reforma; alrededor de 3.000 producidas en Colombia, básicamente agrícolas, se excluyeron porque se consideran sectores sensibles, asociados con la economía campesina. Pero ellos serán favorecidos porque vienen maquinaria, fertilizantes y empaques más económicos. Es exactamente lo que queremos que suceda, que estos sectores (particularmente la agricultura y la vivienda) usen las medidas para darles un nuevo empuje al empleo y la productividad.

¿En qué se parece esta reforma a la apertura económica?

Es muy distinta. La reforma de comienzos de los 90 fue una rebaja general de aranceles en todos los frentes y productos en la que se eliminaron las licencias previas de importación, algo que le trajo más transparencia al mercado y que está vigente. Hoy tenemos una rebaja sustancialmente menor, pero que pone a Colombia a tono con el resto de los países de la región. En el ranking del Foro Económico Mundial estamos en el puesto 101 entre 139 países, somos una de las economías más cerradas en América Latina. No podemos quedarnos rezagados en competitividad porque, al final del día, la producción nacional es la perjudicada.

¿Cómo ve el Gobierno el panorama de la industria frente a la revaluación?

El fortalecimiento del peso se da por razones ajenas a Colombia. La economía de EE.UU. ha entrado en una crisis prolongada, generando una guerra cambiaria entre divisas que conduce a presiones hacia algunas monedas. Y el peso está pagando un sacrificio como prima de éxito. Es una situación que está cobrando víctimas, básicamente empleos en el sector exportador. La manera de atajarlo es crear un marco de medidas que controlen la volatilidad del peso.

Cambiando de tema, ¿qué ocurre en la negociación del TLC con Panamá? ¿Por qué se suspendió?

Hay temas que son sensibles para ambos gobiernos y que tienen que ser consultados y revisados, como lo es el acceso de ciertos productos al mercado binacional; adicionalmente, las reglas tienen que ser satisfactorias para ambas partes. Siento que Panamá todavía no ha encontrado la satisfacción en este punto ni tampoco Colombia, de manera que lo mejor es reconocer lo que hemos avanzado, preservar el trabajo realizado (son más de 15 capítulos en los que existe consenso total), pero con el principio de que nada está negociado hasta que todo esté negociado.

¿Qué lecciones ha dejado la negociación de los TLC con Panamá y Corea del Sur?

Son procesos muy distintos, cada uno significa retos para el equipo negociador. Lo importante es que el país sabe qué quiere y lo quiere transmitir con toda transparencia. En el caso coreano ya está listo nuestro planteamiento, ellos van a traer una oferta mejorada y entonces continuaremos con el proceso. En el cronograma debimos haberlo cerrado hace un mes, pero seguiremos hasta enero, porque tenemos que encontrar la mejor opción para ambas partes, al igual que con Panamá. Son relaciones complejas que buscamos fortalecer. Y también queremos abrir otros mercados el año entrante, como el de la Comunidad del Golfo Pérsico, que puede ser clave para la entrada de inversión.

¿Con qué países se negociará?

Básicamente con Emiratos Árabes Unidos, Arabia y todos los países de esa región. Es un mercado que demanda productos y que tiene capacidad de inversión, razón por la que estamos pensando con ellos una negociación y vamos a hacer ofertas. Turquía también nos ha manifestado su interés de negociar con nosotros. Y, además, me gustaría fortalecer las relaciones con República Dominicana y Costa Rica, dos mercados vecinos importantes con los que tenemos una buena relación que puede ser aún mejor. Colombia no sólo necesita exportar, ellos también reciben a nuestros turistas e inversiones.

¿Qué pasará con India? ¿También se negociará un tratado en 2011 con ellos?

En este momento es importante ponerle punto final al acuerdo de protección de inversiones recíprocas. Hablé con nuestro embajador en India y me dijo que la aprobación iba por buen camino; ahora resta el mismo proceso en Colombia. Nos faltan dos debates en Cámara con los que aspiramos a que el tratado quede en firme muy pronto. Lo mismo pasa con China, con quien ya dimos aprobación al primer debate de un acuerdo similar, al igual que con el Reino Unido. Es una forma de ir creando rutas comerciales más sólidas con estos países.

¿Cómo va el proceso de entrada a la OCDE y APEC?

El pasado 8 de octubre la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) nos entregó unas recomendaciones sobre cómo mejorar en algunos frentes. El camino a seguir para ser aceptados es participar en los distintos grupos de trabajo que tiene el foro: sostenibilidad ambiental, protección de la inversión, crecimiento económico, mejoramiento del ambiente laboral, entre otros. Hoy participamos como invitados en dos de ellos. Este proceso puede tardar cuatro años.

En el caso del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), voy a estar en Tokio el próximo 12 de noviembre. Somos, junto con India, los únicos países invitados a sus cumbres. Vamos a intervenir en la discusión con los presidentes de EE.UU., Chile y Perú, y también podremos explicar lo que estamos haciendo, sobre todo en materia de pymes.

¿Cómo recibió el Gobierno la propuesta del presidente peruano, Alán García, de crear un foro económico en el Pacífico latinoamericano?

La vemos con muy buenos ojos. El presidente García nos explicó por qué existen las condiciones para una gran convergencia. Colombia está preparada para ello, así se lo manifestamos, porque tenemos un entendimiento comercial muy profundo con los países de la región. De hecho, podríamos pensar en fórmulas como las mencionadas en la reunión de Ministros de Comercio de Urubamba (Perú), en abrir oficinas conjuntas en mercados lejanos como China, en donde es más difícil atenderlo todo por separado que como un gran bloque comercial.

Parte de hacer este esfuerzo reside en hacerlo de manera conjunta: compartir gastos de oficina, misiones comerciales, hacer una planificación integral basada en las necesidades de cada país. El Ministerio de Comercio incluso ofreció ser líder en materia de inversión, crear unas plataformas que permitan identificar dónde están las oportunidades para la inversión extranjera en el Pacífico latinoamericano, desde México hasta Chile. Es un camino que se puede recorrer con empeño y determinación política.

Tomado de : https://www.elespectador.com/impreso/articuloimpreso-232664-se-necesita-reforma-arancelaria