Fuente: https://www.cronicadelquindio.com
Sugerencias de Ernst & Young. De cara a la integración de Colombia a las Normas Internacionales de Información Financiera (Ifrs por sus siglas en inglés), las empresas nacionales enfrentan el reto de ajustar el lenguaje empleado en sus estados financieros y que de esta manera se logre una interpretación exacta de sus activos.
Y aunque este procedimiento no resulta obligatorio aún por ley, la consultora Ernst & Young sugirió iniciar con la implementación de estas medidas con el fin de que, cuando entre en vigencia este régimen las compañías se encuentren preparadas al nuevo modelo.
Así lo afirmó el gerente senior de Asesoría en Transacciones de la compañía, Andrés Gavenda: “El valor real de un activo, como lo conciben las normas económicas actuales, ya no se traduce en cuánto lo puedo vender, sino en qué medida la inversión de tal activo será recuperable en el negocio que tenga. Muchas veces los contadores toman un camino y los técnicos especialistas, otro; si les preguntamos cuánto cuestan los activos de su compañía, seguramente la respuesta no será la misma”.
Con esta diferencia de conceptos, resulta indispensable que los empresarios empiecen a justificar si sus activos valen efectivamente lo que se registra en libros contables, o si por el contrario, hay imprecisiones y es momento de acudir a un asesor en la toma física de inventarios, un mecanismo que en ocasiones no se ejecuta por temor a que el nuevo registro les represente mayores impuestos.
“En Colombia, históricamente ha faltado un órgano de control que verdaderamente obligue a las compañías a identificar y valuar sus activos; es una combinación de disciplinas y una responsabilidad conjunta, que contadores y técnicos de la compañía deben asumir. Apenas las Ifrs entren en vigencia, será una buena oportunidad para que las organizaciones reactiven el tema de activos fijos”.
El especialista señala que luego de identificar los activos de la firma evaluada, se procede a valorarlos mediante pruebas de deterioro, para luego conciliar la muestra física con los registros contables y finalmente, desarrollar una herramienta con la cual se puedan controlar tales activos de manera posterior.
“En general, hay cuatro grupos importantes de activos: vehículos, mobiliarios, maquinaria y construcciones y edificaciones. La muestra física se obtiene a través de visitas en sitio, en las cuales se relevan las características físicas y técnicas de cada uno de los grupos de bienes a fines de confeccionar un listado de activos fijos con la mayor integridad posible que luego puedan ser valorizados con un alto grado de detalle. Lo natural sería hacer un levantamiento de todos los sitios donde están, pero muchas veces eso resulta costoso. Si una compañía, por ejemplo, dice que tiene dos estaciones de control, una en Chía y la otra en Villavicencio, a lo mejor si son de características similares, el encargado va a Chía, evalúa las características, valora esa estación y asume que tal valor es el mismo de la otra”.
Al respecto la directora ejecutiva de Assurance de Ernst & Young, Ruth Maritza Falla, indicó que “en Colombia el gobierno introdujo una norma tributaria que les permite a las empresas deducir un 40% más sobre el valor real de los activos productivos”, lo que llevaría a que la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, Dian, comience a ejercer un mayor control sobre estos procesos, lo que llevaría a que las compañías se vean obligadas a presentar el activo por el cual solicitó dicho beneficio y demostrar que efectivamente genera ingresos.
El ejercicio tendría un beneficio adicional para los empresarios, y es la posibilidad de establecer si la rentabilidad del negocio es la suficiente, sobre todo en un panorama económico que ya conoció los efectos de una crisis relacionada con conceptos como renta fija, derivados o los ‘hedge fund’.
