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Hay que dejar a un lado el prejuicio comercial que indica que el factoring solo lo usan las empresas cuando están quebradas y no pueden pagar su nómina. Conozca todo sobre esta figura. Explicación de Héctor Rojas, presidente de Factoring Bancolombia. 

El factoring es una moderna alternativa de financiación, desconocida por muchas personas, que permite a las empresas volver efectivo sus cuentas por cobrar a corto plazo. Bajo esta figura una empresa traspasa la cobranza de las facturas que tiene a su favor y a cambio obtiene el dinero que representan estos títulos con un descuento.

Por ejemplo, si una empresa vendió una mercancía y por esta venta recibió una factura que se pagará en dos meses por un valor de $20 millones, podrá entregársela a la empresa de factoring, que de inmediato le pagará el 90% del valor de la factura. Cuando se cumplan los dos meses, la empresa de factoring cobrará al cliente la factura por el monto original.

El problema es que desde que apareció esta figura en el mercado colombianos, de manera errónea, se ha creído que las empresas utilizan el factoring porque tienen problemas serios de financiación. El factoring se asocia con empresas que no tienen plata para pagar la nómina, que prácticamente están quebradas.

Lo que muchos desconocen es que más allá de ese prejuicio comercial, el factoring posibilita a las empresas obtener liquidez de una forma más rápida y más fácil, que si recurrieran a las líneas de crédito de la banca tradicional o al costoso sobregiro bancario.

A la hora de otorgar un préstamo, los bancos hacen rigurosos estudios de crédito, en los que los estados financieras de la empresa juegan un papel fundamental. Los bancos, no tienen entre sus posibilidades, otorgarle un crédito a una empresa con poco patrimonio o con un alto nivel de endeudamiento. Esto indica que la puerta prácticamente está cerrada para las empresas nuevas y sin capital.

En el caso del factoring, el cupo de las empresas depende de sus clientes. Es, en efecto, un modelo que se orienta de preferencia a las empresas nuevas, que técnicamente son fuertes pero no tienen capital y que además han conseguido hacer algún negocio con una empresa grande. Esto es, en otros términos, una empresa pequeña, con un riesgo grande, que tiene una relación comercial con una de bajo riesgo.

 Por ejemplo, unos jóvenes empresarios que lograron venderle unas manillas al Éxito, o una empresa nueva de software que hizo un contrato con EPM. El activo es que el Éxito y EPM están detrás.

Esta figura también funciona para empresas que quedaron en algún momento mal calificadas, y que ahora enfrentan serias dificultades para acceder al crédito formal. Lo único que necesitan es tener facturas de una empresa grande con buena calificación, ese es su respaldo.

La ganancia para las empresas de factoring es la diferencia entre el dinero que reciben de los proveedores y el que pagaron a la empresa, una vez aplicada la tasa de descuento. Las empresas de factoring además están asumiendo el riesgo de disputa comercial, es decir, que el proveedor no pague, argumentando que el producto que recibió no cumplía con los estándares de calidad establecidos o que su pedido nunca llegó.

Lo que la mayoría de empresas de factoring hacen antes de comprar una factura, es verificar con el cliente que haya recibido a satisfacción la mercancía. Los requisitos, obviamente, cambian según el apetito al riesgo de las empresas de factoring. Los más arriesgados, incluso se quedan solo con los pedidos.

Héctor Rojas, presidente de Factoring Bancolombia, habla en este video sobre todo lo que debemos saber sobre esta nueva alternativa de financiación.

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Tomado de: https://www.finanzaspersonales.com.co/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=988