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El lugar de trabajo actual es más demandante que nunca en términos de horas y desempeño.

Eso está creando una creciente ola de resentimiento entre los 70 millones de jóvenes de la nueva generación que inundan la fuerza laboral.

Los de esta generación ya saben lo que quieren – y no es la dinámica de “todo trabajo sin nada de vida” de sus padres. Quieren una nueva versión de bonificaciones, según “Bookend Generations”, un estudio del Centro de Política para la Vida Laboral.

En lugar de los incentivos tradicionales ofrecidos por un cargo prestigioso, una posición poderosa y una compensación elevada, valoran oportunidades laborales desafiantes, colegas estimulantes, un lugar de trabajo comunal bien diseñado y opciones laborales flexibles.

Efectivamente, 89% de la generación dice que las opciones laborales flexibles son una consideración importante al escoger dónde emplearse. “Los milenarios consideran que tienen derecho al equilibrio entre el trabajo y la vida personal”, observa Ron Alsop en “The Trophy Kids Grow Up”, un libro publicado en 2008.

Y a las organizaciones multinacionales tal vez les sorprenda descubrir que este sentimiento se ha globalizado – y que tienen que adaptarse. Las compañías que quieren verse como el mejor sitio para trabajar están aprendiendo a tratar el tiempo como moneda de cambio – a través de opciones de trabajo a distancia, horas escalonadas, acuerdos de medio tiempo y trabajos compartidos y minisabáticos. “La flexibilidad es uno de los aspectos más importantes de ser un empleador competitivo”, destaca Kerrie Peraino, vicepresidente sénior de recursos humanos internacionales de American Express.

La flexibilidad en el trabajo también confiere a los patrones numerosas ventajas de bajo costo y alto rendimiento. El beneficio más obvio: los empleados pueden concentrarse sin ser interrumpidos por llamadas telefónicas, reuniones y otras distracciones de oficina. Aparte de fungir como poderoso atractivo para reclutar gente de alto calibre, la flexibilidad también ayuda a retenerla.

Un enfoque exitoso de horarios flexibles es Work Strategies, de Citi. Este programa empezó como modelo para los futuros espacios laborales verdes, costo-efectivos y amigables con los empleados, pero pronto se convirtió en una opción benéfica para los interesados en acuerdos laborales flexibles.

Comprendiendo que en algunos casos Citi desperdiciaba recursos en espacios que nadie usaba, la división sugirió compartir oficinas, “hospedándose” en oficinas satélites y pactando acuerdos para trabajos a distancia con la finalidad de reducir el portafolio de bienes raíces de la organización. Desde entonces, el programa ha evolucionado para abarcar horarios de medio tiempo, trabajo a distancia, horas flexibles de inicio y finalización y repartición de trabajo.

Y la estrategia está rindiendo frutos. Los sondeos anuales entre los empleados de Citi muestran que los participantes del trabajo flexible cada vez se involucran más, tienen más probabilidad de quedarse con la empresa y es más probable que recomienden a Citi como un excelente lugar para trabajar.

LR preguntó a expertos sobre el tema. El decano de la facultad de Economía de la Universidad Javeriana, Gustavo Tobón, el análisis evidencia una necesidad laboral permanente, si se tiene en cuenta que la calidad de vida no está dada por la dedicación a un puesto, sino por el uso del tiempo libre que le permita a las personas “no solo realizarse en sus competencias profesionales, sino en otros campos de la vida, como el familiar, las artes o simplemente, el gozo del tiempo disponible al cual tiene derecho”, asegura.

Para Tobón, las exigencias de las nuevas generaciones van a la par con los lineamientos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en los que, entre otras cosas, se define como un trabajo decente aquel que además de satisfacer las necesidades básicas, aboga por una jornada laboral que se cumpla, pero que no se extienda más allá de las exigencias de tiempo que necesitan las personas para otros fines.

Las jornadas extensas y la dedicación casi que plena al trabajo, sostiene el académico, son cosas del pasado. Las personas y las empresas han comprendido que la calidad de vida está directamente unida a su condición laboral, por lo que, en ese sentido, asegura, la posición actual de los jóvenes no es más que una exigencia lógica en una relación de empresa y empleados.

Concluye el catedrático, las compañías deben ser concientes de que exigir más allá de lo necesario, puede llevar a a que sus empleados no se sientan a gusto con su trabajo, deteriorando las relaciones laborales y, en últimas, perjudicando los resultados empresariales.

Lo que significa un `trabajo decente` para la OIT

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), un trabajo es el conjunto de actividades humanas que, remuneradas o no, producen bienes o servicios en una economía. Por su parte, la definición de un empleo, está contemplada como un “trabajo efectuado a cambio de pago, sin importar la relación de dependencia (dependiente, asalariado o independiente”, mientras el término `trabajo decente`, de acuerdo con el organismo internacional, hace referencia a un empleo que, entre otros aspectos como el respeto, la igualdad y la justicia, dignifica y permite el desarrollo de las propias capacidades de las personas.

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