Fuente : www.larepublica.com
Leído en buen español significa que las cosas van mal para todos y que la economía está pasando su cuenta de cobro a los países que desatienden su producción y las relaciones con sus potenciales o mayores socios comerciales.

En Colombia, el desempleo superior a 12 por ciento está azotando a cientos de familias, por eso es tan importante que se avance en la consolidación de mercados y acuerdos comerciales con potenciales compradores de los productos nacionales.

De allí que nos parece un acierto el anuncio de la nueva estrategia del presidente Juan Manuel Santos, ante quien me quito el sombrero por su jugada maestra de enviar al vicepresidente, Angelino Garzón, como embajador de la causa colombiana ante los reticentes congresistas estadounidenses que argumentan maltrato y peligros para los trabajadores para mantener frenado el TLC bilateral.

Garzón intentará aliviar los problemas de imagen que mantienen los legisladores de Estados Unidos que tratan sin contemplaciones a los exportadores nacionales, porque están convencidos de que en Colombia ser sindicalista es la principal causa de muerte de los trabajadores, sólo por estar agremiados o ser parte de la nómina de las empresas. Caso que por su puesto no es cierto.

Angelino, o mejor el señor vicepresidente, es un sindicalista de pura cepa, y será, sin duda, una buena carta en un juego difícil. Tendrá que ganar en ¡las entrañas del monstruo en Washington! para sensibilizar a los congresistas que han frenado el tratado argumentando que en Colombia no es seguro ser sindicalista ni trabajador.

Creemos que si Garzón logra un buen desempeño tendrá que sacar el sí por aclamación de los congresistas estadounidenses que ven como en Colombia una persona de izquierda, si es demócrata, goza de respaldo popular y hasta puede ejercer uno de los cargos más importantes en el país, con opción de ser el Primer Mandatario de los colombianos. Confiemos en que Angelino será un buen Caballo de Troya.

De la mano con estos contactos, Colombia trabaja para reforzar sus acuerdos comerciales. Ya la Cámara de Representantes le entregó el balón a la Corte Constitucional para que siga en la jugada y le dé el visto bueno al acuerdo comercial con Canadá que nos permitirá el acceso a un mercado de 34 millones de compradores de productos como derivados de cacao y chocolate, grasas y aceites, y camarones y carnes, autopartes y las confecciones especializadas, sin el pago de aranceles. Así podemos unir esfuerzos contra el desempleo.

En Colombia, a diferencia del lío en que se encuentra Cuba, tenemos alternativas para proteger el empleo y sectores gananciosos que muestran que es posible ser productivos contra viento y marea, pese a la constante caída en el precio del dólar.

Hay sectores que como el floricultor exporta a Estados Unidos 79 por ciento de su producción. En 2009 fueron 858 millones de dólares vendidos con un total de ventas externas en flores por 1.050 millones de dólares de acuerdo con reportes del Dane. Sólo a Rusia, el segundo mercado, al cierre de 2009 exportamos cerca de 64 millones de dólares en flores.

Igualmente, los cafeteros van bien. Acaban de reportar que su producción creció 55 por ciento, con 615.000 sacos de 60 kilos en agosto de 2010, frente a los 397.000 sacos cosechados en agosto de 2009. Entre enero y agosto de 2010 se han cosechado 5,4 millones de sacos de 60 kilos, es decir 4 por ciento por encima de la producción de los ocho primeros meses dl 2009. Y faltan datos de otros municipios.

Es bueno saber que incluso Cuba está adaptándose al modelo de economía que impone la globalización y empieza a pensar en ahorro de costos, aunque es preocupante que se hable de provocar 500.000 desempleados porque debe reducir 10 por ciento de su nómina como ajuste fiscal del Estado.
El fenómeno del desempleo es preocupante si se tiene en cuenta que según el reciente reporte de Naciones Unidas, aunque va en caída, todavía hay cerca de 925 millones de personas afectadas por el hambre, por falta de ingresos dignos.

La Isla de Cuba llega rezagada al mundo de la globalización de mercados. Pero nunca es tarde para aprender la lección y ahora tendrá que apurar el paso para retomar una ruta de crecimiento que permita generar nuevos empleos y evitar que la pobreza se apodere de su población. En Colombia seguimos en la batalla, confiemos de apoyar el empleo.

Tomado de : https://www.larepublica.com.co/archivos/OPINION/2010-09-20/desempleo-aranceles-y-otros-demonios_110914.php