Fuente: https://www.portafolio.com.co/

Richard Welch, especialista en mercadeo al frente de Lowe Counsel, afirma que el comprador actual tiende al ‘menos es más’.
 

El consumidor viene cambiando y la crisis económica también ha hecho su aporte. Ahora las personas son más conscientes en sus compras y tienden a favorecer marcas que son socialmente responsables.

Así lo cree Richard Welch, experto en mercadeo, quien se ha dedicado a la investigación que busca comprender el comportamiento de los adolescentes y sus actitudes. Estuvo en Colombia y habló con PORTAFOLIO.

¿Cuál ha sido el impacto de la reciente crisis financiera sobre los consumidores?

Más allá de las consecuencias financieras obvias, existen varios cambios de actitud que, en mi opinión, van más allá de la crisis. La gente con un ingreso promedio en las economías establecidas ha comenzado a evaluar la diferencia entre querer y necesitar. Esto ha dado como resultado una nueva actitud hacia los productos y las marcas.

Por ejemplo, los productos de marcas privadas han visto un marcado incremento de sus ventas dado que los consumidores deciden no pagar más por comprar ‘de marca’. Este es el caso particular de los productos alimenticios y de bebidas populares, pero se extiende a diferentes categorías.

También está la conciencia de que muchos de los productos que antes deseaban son superfluos, lo cual ha generado un movimiento o tendencia de que ‘menos es más’.

¿Hay diferencias claras de actitud en las diferentes partes del mundo?

Hay grandes diferencias de actitud entre las economías emergentes y las establecidas. En las economías emergentes, especialmente en aquellas que no han sido tan duramente golpeadas por la crisis, la gente sigue mostrando una tendencia aspiracional. Si miramos los conglomerados de artículos de lujo, tales como LVMH, no sorprende que sus objetivos e inversión estén enfocados en Asia, particularmente en China.

La gente en ese país y en otras economías emergentes quiere usar estas marcas para mostrarle al mundo que ellos ‘sí lo lograron’ y que hacen parte de un caso de éxito.

Por supuesto, hay muchas otras diferencias que uno puede identificar en territorios específicos que se relacionan con la cultura, la religión y la geografía.

¿Volverán las cosas a lo que eran hace tres años?

Creo que es poco probable que las personas vuelvan por completo a las actitudes previas, así como a sus hábitos y preferencias de consumo. Existe una gran demanda por aquellas marcas que se quieren destacar por ser transparentes y honestas.

 La gente está frustrada por la inequidad que se percibe entre las corporaciones y los consumidores. Ahora ellos tienen el poder colectivo de forzar a las marcas a cambiar o a enfrentar las consecuencias. Esto es bueno, y definirá la dinámica del futuro.

¿Se aprendieron algunas lecciones?

Sí. Obviamente, el sistema financiero necesitaba una revisión y más controles y chequeos. El capitalismo rampante no funciona, se necesita un nuevo esquema, uno que tenga ética y transparencia.

Creo que mucha gente ahora también quiere marcas que pongan en práctica un buen manejo en relación con la responsabilidad social y la sostenibilidad.

El consumo a futuro

¿Cómo evolucionará el consumo, si se tiene en cuenta que la población mundial está envejeciendo?

Habrá un mayor enfoque en los servicios que ayuden a los individuos a planear cómo vivir más tiempo y en mejores condiciones, ya sea mediante el sistema de salud, los seguros, las pensiones o los productos orientados a ayudar a los adultos mayores a vivir una vida con mayor comodidad y facilidades.

 Tomado de: https://www.portafolio.com.co/negocios/administracion/habitos-de-consumo_8144320-3